'Somos Ecos': la película que le apuesta al cine colombiano de ficción

La película aborda el conflicto armado colombiano desde la perspectiva de tres jóvenes.

Crédito: Cortesía

16 Agosto 2023

'Somos Ecos': la película que le apuesta al cine colombiano de ficción

La película colombiana, dirigida por Julián Díaz Velosa, ha sido elogiada en el Festival de Cine de San Diego, donde ganó en la categoría de mejor película. El largometraje llegará a las salas de cine colombianas este jueves.

Por: Angie Tatiana Rodríguez

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En la violencia de la selva colombiana, el conflicto armado atraviesa la vida de tres jóvenes. Un punkero remiso, un guerrillero infiltrado y una campesina reclutada son alejados de sus sueños a las filas de diferentes bandos de un conflicto al que no quieren pertenecer. Esta es la premisa de la nueva película colombiana Somos Ecos, que se estrenará el próximo 17 de agosto en Colombia.

El largometraje, dirigido y escrito por Julián Díaz Velosa, “busca mostrar la complejidad del conflicto armado y cómo afecta a todas las personas involucradas, especialmente a los jóvenes. Los personajes lidian con la inseguridad, la violencia y la pérdida de seres queridos, pero también encuentran esperanza en medio de la diversidad”, cuenta un comunicado oficial del film.

Para la realización de la película, se hizo una investigación previa que contó con la participación de 175 personas entrevistadas. Somos Ecos es una película de acción a gran escala, que se hizo en coproducción con Estados Unidos e Italia.

“En la búsqueda por dar una voz a estos jóvenes que, como yo, pensaron que ser parte del conflicto ayudaría a resolverlo, decidí investigar a fondo, entrevistando a más de 160 personas durante cinco años, personas que lo habían vivido: víctimas, exguerrilleros, exmilitares, exparamilitares, políticos y líderes sociales, tratando de entender sus puntos de vista, sus experiencias en el conflicto y descubriendo que, en la mayoría de los casos, ni siquiera querían estar ahí”, relata el director de la película.

Velosa también agrega que el objetivo de la película es que otros jóvenes tengan la oportunidad de soñar, alejados del conflicto, enfocándose entonces en las similitudes humanas y no en las diferencias.

 

Este largometraje fue beneficiario del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico para su posproducción. Además, fue producida por por Timeless Entertainment, Cova Pictures (Estados Unidos), The Motus Studio (Italia), Gun Service International SAS, Wideangel Films, Mateo Vergara, Mabel Velosa, Diana Ojeda, Tyler Rousseau, Emanuele Moretti, Giorgio Bruno, y Jose Ramirez.

Somos Ecos fue elegida como: ‘mejor película’ en el Festival internacional de cine de San Diego; ‘mejor película’ y ‘mejor fotografía’ en el Festival Internacional de Cine de la India. Además, ganó tres premios en el Festival de Cine de Bogotá.

En conversación con CAMBIO, Sebastián Velásquez, uno de los protagonistas de la película, habló sobre la preparación de su personaje y el impacto que esta producción podría tener en el cine colombiano.

CAMBIO: ¿Cómo fue el proceso para preparar al personaje?

Sebastián Velásquez: Esta es la primera vez que yo hago cine porque antes me había enfocado más en teatro. Entonces, fue un trabajo muy arduo. Trabajar con Julián fue brutal porque él ya llevaba previamente un proceso de investigación con más de 150 entrevistas a nivel nacional.

CAMBIO: ¿Qué retos tuvo para la interpretación del personaje?

S. V.: Fue complejo traducir las experiencias de mi personaje: un joven punkero, citadino, que se ve obligado a vivir el conflicto armado. El director me conectó con parches reales de punk en el centro de Bogotá. Estuve con ellos para poder representar lo más fiel posible la esencia de mi personaje. Y no solo fue entender el mundo del punk, sino también el de la milicia. Para ello, tuvimos entrenamientos con soldados de fuerzas especiales, donde cognitiva e incluso corporalmente nos entrenaron. Además, resalto que fue una investigación llevada a la práctica, por lo que no eran solo los datos, sino también ir a los lugares, hablar con personas que nos retroalimentaron durante el proceso.

CAMBIO: ¿Vio algo de Sebastián, su personaje, en usted?

S. V.: Lo primero que me pregunté fue: “¿qué tiene Sebastián que yo tengo?” y viceversa. Luego, empecé a comprender las partes más complejas, es decir, las diferencias que tengo con el personaje. Desde el nombre encontré similitudes, pues ambos nos llamamos Sebastián. Los dos hemos sido muy rebeldes, desde un momento sin causa, aunque después logramos encontrar una causa y siento que muchos jóvenes se podrían identificar con eso. En algunas ocasiones tenemos libertad de decisión, pero en otras estamos obligados a vivir en ciertos contextos. Lo que más me marcó fue el proceso de cuestionar esos mismos contextos para permitir una transformación y un diálogo.

CAMBIO: Esta es una temática que se ha abordado mucho en el cine colombiano. Desde su experiencia, ¿cuál sería el diferencial que percibió de la película?

S. V.: Lo primero que diría es que es una película netamente colombiana que parte desde la ficción. Por otro lado, usualmente en el cine se retrata a la guerra como algo que es bueno o malo. Sin embargo, nosotros buscamos amplificar esta visión independientemente del contexto que cada persona tenga. Cada uno de los tres jóvenes que protagonizan la película tiene una realidad completamente diferente y a partir de ahí, toman unas decisiones, que no son ni buenas ni malas. Precisamente la película parte de ahí: de entender las diferencias y generar un diálogo.

CAMBIO: ¿Qué diría que esta producción le trae al cine colombiano?

S. V.: Creo que estamos cansados de que las cosas se cuenten de una sola manera y esta producción viene con una voz e identidad propia. Es una entrega profesional, que tiene un propósito y que marca la diferencia en lo que es la industria. El cine colombiano se está posicionando técnica y profesionalmente. De hecho, en Colombia se sacan productos increíbles a nivel audiovisual, artístico y cultural, pero también pasa que estamos muy sesgados y creemos que solo hay una forma de narrar. Tenemos todavía un montón de historia, patrimonio cultural y voces que aún pueden moldearse para ser escuchadas de una forma totalmente distinta a lo que ya se consume.

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