Sonidos insospechados, un espacio de reflexión para la política pública de la música
18 Abril 2023

Sonidos insospechados, un espacio de reflexión para la política pública de la música

Crédito: Foto cortesía de la Fundación Batuta

Artistas, investigadores y gestores culturales se reunirán mañana para intercambiar experiencias y conocimientos, expandir la participación y la reflexión en el proceso de la definición del Plan Nacional de Desarrollo, el proyecto Sonidos para la Paz y el proyecto de Ley de Música. Se llevará a cabo en la Biblioteca Luis Ángel Arango. Es abierto al público y se transmitirá en vivo.

Por: Eduardo Arias

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Un grupo de artistas, académicos, investigadores y gestores culturales se reunirán mañana para aportar a la reflexión en la actual coyuntura política de discusión y aprobación del Plan Nacional de Desarrollo 2022- 2023, el proyecto Sonidos para la Paz y el avance del proyecto de Ley de la Música en el Congreso.

Los organizadores lo han denominado académico porque buscan un espacio de reflexión, de lentitud, para no caer en afirmaciones apresuradas, estereotipadas o que todo lo reducen a posiciones binarias o nostálgicas.

Las conclusiones del evento se remitirán al Gobierno y al Congreso. Para conocer más en detalle acerca de los alcances de esta reunión. CAMBIO habló con Juan Luis Restrepo, uno de los organizadores del evento. Restrepo, además de ser un músico sobresaliente, es investigador y gestor cultural con una muy larga trayectoria.

Bicho
Juan Luis Restrepo.


CAMBIO. ¿Por qué hay tanta preocupación en este momento en relación con la música?

Juan Luis Restrepo. La elección del actual Gobierno tuvo el apoyo de un sector amplio de personas de la cultura, y de la música en particular, entre los cuales la promesa de un reconocimiento amplio de derechos y la intención de mejorar las oportunidades para comunidades generalmente excluidas de los principales proyectos de acción cultural tuvo peso importante a la hora de elegir.

CAMBIO. ¿Qué motivó ese apoyo?

J.L.R.: Se interpretó la subida del Gobierno como el momento para el empoderamiento de expresiones y proyectos comunitarios de diferente índole, étnicos, campesinos, urbanos, juveniles, feministas, ambientalistas…

CAMBIO. ¿Qué les ha hecho cambiar de opinión?

J.L.R.: En el lento arranque de la cartera de Cultura apareció de repente como proyecto prioritario y punta de lanza de la acción cultural la iniciativa de un programa masivo de educación musical en el formato orquestal sinfónico, noticia que inicialmente cayó como un balde de agua fría a los activistas del sector musical que esperaban una expansión (estallido, usando los términos de la campaña y sus seguidores) del proyecto de ejes de música regional y tal vez un reconocimiento especial para las músicas urbanas asociadas a los movimientos de protesta que apoyaron las posiciones y planteamientos del actual presidente.

CAMBIO. ¿Ustedes no han buscado espacios de diálogo para debatir el tema?

J.L.R.: Precisamente el impacto inicial se agravó cuando en acercamientos iniciales al Gobierno a través del Ministerio de Cultura se hizo evidente que la iniciativa del proyecto no parecía (o no parece) ser negociable ni modificable. Esta situación se subrayó con la remoción de la ministra Ariza, vocera visible de la promoción de las expresiones más diversas, y la designación como ministro encargado del maestro Jorge Zorro, cuya especialidad reconocida es la enseñanza superior de la música académica. Esta respuesta contradice el postulado de protección y promoción de la diversidad cultural consignado en la Constitución, promovido por el Plan Nacional de Música en las décadas anteriores y pregonado por el Gobierno en su campaña. Se señaló al proyecto sinfónico como un riesgo para la promoción y protección de esta diversidad cultural para la pluralidad sonora. A lo anterior se suma la presentación en el Congreso de un proyecto de Ley de Música.

CAMBIO. ¿Qué problemas le ven a ese proyecto?.

J.L.R.: Hizo recorrido incipiente por distintos espacios autónomos de organización del sector musical, como la Mesa Nacional de Músicos, pero fue radicado por los congresistas ponentes a pesar de tener poco desarrollo y sobre todo muy escasa concertación entre las bases de agentes de la música de las cuales se extrajeron las problemáticas que piensa atender. El apoyo inmediato del Ministerio de Cultura al proyecto a pesar de su precariedad estructural y la ausencia de una orientación clara de política que pudiera ayudar a darles fuerza y claridad, sumados a la anterior coyuntura del proyecto de formación musical sinfónica, hicieron evidente un vacío en la política pública para la música y para la cultura en el nivel nacional. Las dos situaciones, cada una por su lado pero de manera similar, generaron un reclamo creciente entre sectores de la música, sobre todo sectores cercanos a la academia, exigiendo la discusión sobre los principios en los cuales se sustentarían ambas decisiones, y la presentación de proyectos estructurados que pudieran ser base para esa discusión.

CAMBIO. ¿Han obtenido alguna respuesta al respecto?

J.L.R.: No. En ambos casos las respuestas se han demorado en llegar, entre otras cosas porque los principales cargos responsables del tema en el Ministerio de Cultura estaban (o están) en encargo.

CAMBIO. Últimamente se han publicado cartas abiertas y peticiones públicas por parte de ustedes. ¿Han tenido algún efecto?

J.L.R.: El sector musical ha sido activo en las calles pero no lo había sido en el debate público. Estas circunstancias llevaron a pronunciamientos públicos, cartas abiertas y argumentaciones manifestadas en espacios de encuentro y en escritos que tuvieron eco en los medios de comunicación, llevando al Ministerio de Cultura a establecer mesas de concertación con la promesa de que sus deliberaciones tendrían carácter vinculante, situación nunca antes vista en las interacciones del sector musical con el ministerio.

CAMBIO. ¿Por qué lo denominaron Sonidos Insospechados?

J.L.R.: Además de ser una imagen del reclamo no esperado de un sector como el de los músicos, con frecuencia silencioso frente a los asuntos colectivos, el título es una referencia a las voces no escuchadas, a lo que no se ha hecho notar, a la música que no se conoce. Aquello que es más difícil, que no se sospecha y no se espera, es lo que más enriquece. En la música, lo que para una sociedad se considera ruido, es el indicio insospechado las éticas, las estéticas y las formas de los tiempos futuros. También se refiere a la conveniencia de que la política cultural, antes que normativa, sea una política que esté atenta a escuchar los sonidos insospechados de una realidad compleja.

CAMBIO. ¿Además del foro tienen planeadas otras actividades?

J.L.R.: Se espera que del Foro resulten conclusiones y recomendaciones que puedan aportar en la actual discusión orientada a estructurar y concertar las políticas para el sector musical, y que contribuyan a establecer bases para la discusión conceptual y técnica de los proyectos y los instrumentos normativos que se están adelantando para el sector. Si bien no está planeada una siguiente etapa de esta discusión, sí esperamos que el impulso de este primer ejercicio derive en acciones siguientes en las que se pueda profundizar el debate, pueda generarse una comunidad de debate y puedan precisarse recomendaciones para esta inesperada e insospechada coyuntura.

Sonidos Insospechados

Sala Biblioteca Luis Ángel Arango.
Jueves 20 de abril.
8:30 de la mañana a cinco de la tarde
Transmisión FBLive

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