'¿Who's next' o 'Hackney diamonds'? Un dilema absurdo para tiempos convulsionados
29 Octubre 2023

'¿Who's next' o 'Hackney diamonds'? Un dilema absurdo para tiempos convulsionados

The Who y The Rolling Stones son noticia por dos novedades musicales que llegan para alterar las aguas mansas del rock y para recordarnos que todo tiempo pasado fue mejor. El escritor Jacobo Celnik opina sobre ambas novedades.

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Por Jacobo Celnik
Es descabellado lo que planteo en el título de esta columna de opinión, no tiene nada que ver lo uno con lo otro, lo sé. Es como comparar musicalmente a King Crimson con Bon Jovi. No se puede poner en la misma balanza una novedad de 2023, lo más cercano a un esfuerzo en solitario de Mick Jagger como lo es Hackney diamonds, el nuevo trabajo en estudio de los Rolling Stones, con una pieza de museo tan grande como el Guernica, uno de los álbumes más importantes de la historia del rock como Who´s next, un disco que ha resistido el paso del tiempo y cuya marca o atemporalidad es incuestionable. Dudo que ese sea el caso de Hackney diamonds, pero puedo estar equivocado.
La pregunta del titular surge a partir de una escucha dedicada, constante y a conciencia del nuevo material en estudio que nos ofrece el trío Rolling Stones, tras 18 años sin ofrecerles a su público composiciones propias, un paso arriesgado porque el punto de comparación es el excepcional A bigger bang de 2005. Hice un barrido por diversos medios serios en materia de reseñas y crítica como Variety, The Guardian, Classic Rock, Mojo, Rolling Stone, entre otras y casi que al unísono (salvo la sensatez The Quietus que sentenció: This is what happens when you employ the fan of a certain terrible group to produce your new álbum…) todos se rinden ante la “grandeza y brillantez” de un disco que intenta sonar moderno (entre siete y nueve estrellas le dan los más complacientes), pero que para oídos habitués en cuestiones Stone apela al sonido del grupo en los años 70 y 80 para legitimar su presencia actual. ¿Será acertada tanta complacencia con Jagger y compañía o el rock está tan mal que cualquier cosa merece elogios?

Hackney
Vamos por partes. Cuesta, a veces, criticar o cuestionar la pertinencia de un nuevo disco de una banda o artista que uno aprecia e idolatra como el caso de los Rolling Stones, pero tampoco se puede caer en falsas pleitesías y apologías a la hora de hablar del álbum porque el oído no miente. No debo ser maestro en Apreciación Musical, Musicología, Solfeo y Contrapunto del Conservatorio de Viena para decir lo que siento y lo que me genera un álbum de rock, del artista que sea (a mis idolatrados Yes y McCartney también los he cuestionado). Me da la impresión de que en estos tiempos turbulentos hace falta un poco de crítica sensata en el universo de los libros, el cine, el teatro y los discos, de unos años para acá tan complaciente en función del like, sin tomar una posición que cuestione la pertinencia de una obra y en función de lo políticamente correcto.

¿Será acertada tanta complacencia con Jagger y compañía o el rock está tan mal que cualquier cosa merece elogios?


Entiendo que para los doctores del mundo Stone, esos ayatolas que saben más de la vida y obra del grupo que los propios músicos, es inconcebible que un puñado de críticos o periodistas “arrogantes” en todo el planeta no se rindan a los pies de este nuevo disco del grupo. Sin embargo, no todo lo que han creado los Rolling Stones es perfecto, sublime e inmaculado (escuchen, con cierto grado de objetividad, Bridges to Babylon, Undercover y Dirty Work). Hackney diamonds no es la excepción porque por sonido, concepto y producción parece más un esfuerzo solista del señor Jagger, quien manda, dicta y determina qué y cómo se hacen las cosas en su grupo, desde la producción, sonido, mercadeo y arte, entre otros temas.

Me da la impresión de que en estos tiempos turbulentos hace falta un poco de crítica sensata en el universo de los libros, el cine, el teatro y los discos, de unos años para acá tan complaciente en función del like, sin tomar una posición que cuestione la pertinencia de una obra y en función de lo políticamente correcto.


Que Hackney diamonds tiene unas cuantas buenas canciones, es claro, innegable, sería absurdo tapar el sol con una mano (entre ellas están Angry, Live by the sword, Rolling stone blues y Tell me straight, la misma canción que ha hecho Keith Richards desde 1978 y que le sigue funcionado). Que el disco tiene buenos pasajes de guitarra, también es un hecho; que afortunadamente Charlie Watts estuvo presente en la mayoría de las canciones, es una bendición para una percusión impecable; que es más que glorioso que tres septuagenarios que bordean los 80 años sigan dando de qué hablar en el mundo del rock, sin lugar a dudas; que está lleno de lugares comunes, evidentemente, la música de los Stones es una marca registrada y la mayoría de las diez canciones que conforman este intenso viaje de 48 minutos navegan en un universo de lugares comunes como Tumbling dice, Start me up y Fool to cry (Sweet sounds of heaven es su hija perdida). Que el álbum emociona, impacta por su genialidad o supera las expectativas, no lo sé, es un poco exagerado decirlo cuando los referentes son grandes obras maestras del pasado y me da la impresión de que los Stones perdieron cierta magia desde que el bajista Bill Wyman dejó el grupo a inicios de la década de los noventa. En ese orden de ideas, creo que todas las percepciones son válidas y respetables. A unos les encantó el disco, a otros, como a mí, no tanto. Es arte, no hay verdades absolutas, aunque los ayatolas no entiendes de esto.
Alguien puso en su muro de Facebook que este nuevo álbum es más de lo mismo y le respondí, con algo de ironía y picardía (para sacarle una sonrisa a este amigo virtual, aunque no se logró), que si esperaba que los Stones sonaran a Pink Floyd. Y esa ironía, entre chiste y verdad, es válida porque la banda de Mick, Keith y Ronnie es una marca fiel a una fórmula y un estilo, y eso está bien, es lo que hay. Que lo diga AC/DC que todos sus discos posteriores a Back in black suenan igual.
Para cerrar el tema de los Rolling Stones me quedó con las palabras sabias y sensatas del periodista Daniel Casas, un tipo objetivo y mesurado cuando se trata de hablar de la música que nos apasiona: “'Hackney diamonds' es un disco en el que los Rolling Stones se reinterpretan a sí mismo. En esencia es una producción en que sus temas brillan por cualquier cosa menos por su originalidad. Un buen fan de los Stones debe encontrar fácilmente los puntos de convergencia de cada tema con alguno del pasado”. Palabras pertinentes que difícilmente encontrarán eco entre los ayatolas del mundo Stone, que abundan y me producen mucha tristeza últimamente.

Es arte, no hay verdades absolutas, aunque los ayatolas no entiendes de esto.

Alabados sean The Who y Pete Townshend
Por eso, ante el dilema que planteo en el título, la respuesta, una y mil doscientas veces, será Who´s Next / Life House de la banda más grande (en mi opinión) que ha dado la historia del rock: The Who. No se puede comparar una novedad con una reedición, en eso estamos de acuerdo. Pero resulta que esta reedición, en su extensa edición de 10 discos, trae, entre otras cuestiones, remezclas del álbum original que salió en 1971, y 14 temas extra supervisados por el músico e ingeniero Steven Wilson. En total son 155 canciones con nuevas mezclas y arreglos, 89 de ellas inéditas (es decir, son novedad para los oídos más doctos del mundo Who), además de otros 57 cortes que ya habían sido publicados tanto por The Who como por Townshend como solista.

Who's next
Pensando en bolsillos realistas (no todo el mundo tiene 300 dólares para invertir en un "box set" de lujo de una banda de rock), Townshend lanzó una edición doble en CD que incluye la remezcla completa a cargo de Steven Wilson, con un segundo disco que es la joya de la corona porque incluye doce tesoros, varios de ellos inéditos hasta hoy, que serán muy apreciados y valorados por los seguidores del grupo como una versión descartada de Behind blue eyes con solo de órgano a cargo de Pete, descartada para la versión final del disco y que hizo parte de las sesiones de grabación en los estudios Record Plant de Nueva York.
También aparece una versión cruda, con introducción de piano, cantada por Pete y oculta por casi cincuenta años, de Getting in tune, canción que se concibió originalmente para el proyecto cinematográfico Life house (por eso la reedición de este disco incluye Life house en el título). Antes de seguir con los elogios a uno de mis álbumes preferidos de la historia del rock, hago un paréntesis necesario para quienes desconocen cómo se gestó Who´s next, una de las ironías más absurdas del rock porque fue el resultado de los restos de Life house, un proyecto cinematográfico que Townshend había planeado como continuación de Tommy, y al que John Entwistle, Keith Moon y Roger Daltrey se opusieron rotundamente. A diferencia de lo que sucedía en la dictadura de Pink Floyd con el antisemita Waters, The Who era una democracia.
Otra grata sorpresa de la reedición de Who´s next es el tema Mary, toda una novedad en el universo de los Who, concebida especialmente para Life house, o la primera versión que Townshend grabó del tema Pure and easy, la misma que él les presentó a Paul y Linda McCartney en 1970 y que dejó a la pareja sin palabras (versión que apareció en Who came first de Townshend). También hay un par de versiones en vivo de Won´t get fooled again, My wife y Baba O´Riley tomadas de un show en San Francisco en 1971, que difiere de la selección que se hizo en 2014 para la "Deluxe edition" de Who´s next y que incluyó todo el show en el Young Vic Theater de Londres, grabado en abril de 1971. Por donde se le analice, es una caja de pandora esta reedición y que el lector decida cuál de estas dos novedades lo hará más feliz. Es solo rock and roll y nos gusta…

Edición de luWho

Escuche los álbumes:

Hackney diamonds

Who's next

 

 
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