“Yo quería mostrar a esas mujeres que lo tienen todo, pero viven en el silencio y la opresión”: Marta Orrantia
15 Abril 2024

“Yo quería mostrar a esas mujeres que lo tienen todo, pero viven en el silencio y la opresión”: Marta Orrantia

Marta Orrantia.

Crédito: Alejandra López.

‘Juego de té’, la nueva novela de Marta Orrantia, saca de las tinieblas a varias de sus antepasadas, que, a pesar de pertenecer a familias poderosas y adineradas, fueron violadas, agredidas, maltratadas y anuladas.

Por: Eduardo Arias

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Hace pocos días se publicó Juego de té, la más reciente novela de Marta Orrantia, un relato de ficción que se basa en sucesos y hechos reales. que comienza cuando la narradora recibe de herencia un juego de té muy fino que desde mediados del siglo XIX pasó de madre a hija sin que ninguna de ellas llegara a usarlo. Conocer tan extraña historia lleva a la narradora a indagar acerca de la vida de sus antepasadas, de las que apenas hay escasos registros, ya que se consideraba en el pasado que las mujeres estaban destinadas a las labores del hogar y un par de oficios más, así que sus vidas no merecían ser contadas.
La primera protagonista de la búsqueda es Dolores, una mujer que quería ser monja y fue forzada a casarse. Sigue María Antonía, huérfana de madre, quien a los 12 años de edad tuvo que cuidar a sus hermanos menores, lo que echó por tierra su intención de dedicarse a la literatura. Después sigue Isabel, esposa del presidente Marco Fidel Suárez, y por último está Tona, quien al morir su madre siendo ella niña se convirtió en la primera dama de la nación, al ser su padre el presidente de la república. A medida que la narradora avanza en sus pesquisas también cuenta cómo ha sido su llegada a Roma, donde su esposo ocupa un alto cargo en un organismo internacional que lo obliga a viajar continuamente mientras que su hijo decidió estudiar en París.
Marta Orrantia, periodista y narradora, nació en Bogotá en 1970. Como reportera trabajó en el diario El Tiempo. Fue editora de la revista Gatopardo y editora internacional de la revista SoHo. Fundó y dirigió la revista Rolling Stone para la Zona Andina y Panamá. También fue profesora en la Maestría de Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia. Escribió el libro de reportajes Todopoderosos de Colombia y las novelas Orejas de pescado, Mañana no te presentes y Cipriano. CAMBIO habló con Marta Orrantia acerca de esta novela, que presentará en la Feria del Libro el 27 de abril a la una de la tarde.
 

CAMBIO: ¿Qué la motivó a escribir la novela?
Marta Orrantia:
Hace poco tiempo conocí a una tía, Teresa, que tiene casi 90 años. Ella me dijo que por ser la mayor de las mujeres de mi familia, debía heredar un juego de té de porcelana y oro que lleva cinco generaciones sin ser usado. No me pude quitar de la cabeza esa frase, y volví para decirle a Teresa que no quería ese juego de té tan lujoso, sino contar la historia de sus dueñas.
 

CAMBIO: ¿Por qué se decidió a contar una historia de su pasado en código de novela?
M.O.:
Si bien este libro es ficción, transita peligrosamente en esa línea entre lo real y lo imaginario. El hecho de que sea tan personal lo hizo más difícil de escribir. Pero era una historia que tenía que contar, en parte para explicarme a mí misma quién soy y de dónde vengo. Así como uno hereda los ojos de la mamá o la altura del abuelo, uno hereda muchas cosas de sus antepasados. Quería descubrir quién era yo a través de estas dueñas originales del juego de té.
 

CAMBIO: A primera vista son dos libros en uno. Por un lado, la historia de las cuatro antepasadas, y por el otro, el relato de cómo hizo la narradora para armar esa historia y también de cómo fue su llegada a Roma.
M.O.:
Sí. Pueden ser dos libros en uno. Las historia de las mujeres y la de la narradora que las cuenta. Pero lo que ocurre es que esta narradora, a medida que va aprendiendo sobre las vidas de estas mujeres, se va transformando, va aprendiendo quién es, y se va apropiando de su realidad y de su vida. Entonces, creo, esos dos libros de los que habla se alimentan mutuamente hasta ser uno solo, porque uno explica al otro.
 

Portada

CAMBIO: ¿Podría decirse que este ejercicio literario es una manera de sacar de un segundo plano a las mujeres de su familia?
M.O.:
Puede ser, claro. El darles voz las rescata del olvido. Sin ser panfletaria, creo que las mujeres de mi familia, como tantas otras, fueron víctimas de muchas violencias, y que el hecho de ser privilegiadas o estar cerca del poder, no impidió que también fueran violadas, agredidas, maltratadas y anuladas. Yo quería también mostrar eso, el rol de esas mujeres primeras damas, o superioras de un convento o esposas de hombres muy ricos, que aparentemente lo tienen todo, pero viven en el silencio y la opresión.
 

CAMBIO: ¿Piensa usted que la historia, o al menos muchas historias de la historia, deberían reescribirse teniendo en cuenta el punto de vista de las mujeres, rescatarlas del olvido o darles la relevancia que realmente tuvieron?
M.O.:
Por supuesto. Durante muchos años los narradores fueron los hombres y narraban para los hombres. Conocemos esta historia, la que cuento, desde el punto de vista de Marco Fidel Suárez, por ejemplo. O sabemos de la Guerra de los Mil Días por sus batallas y por su historia política. Pero, ¿dónde estaba Isabel Orrantia, la esposa de Suárez? ¿Qué vivieron sus hijos y cómo se vio esa guerra desde el ámbito privado? Creo que tenemos mucho que contar y hasta ahora las mujeres estamos empezando a narrar la sociedad con nuestra mirada. Estamos de alguna manera recuperando un espacio que no fue compartido con nosotras, pero al recuperar la narrativa, también rescatamos la memoria colectiva, nuestra identidad. Nos recuperamos a nosotras mismas. Este libro, de pronto es muy ambicioso decirlo, cuenta la historia transversal de unas mujeres que hemos tenido privilegios pero que muchas veces nos hemos sentido menos que los hombres que nos rodean. Son dos siglos de historia política y social del país narradas a través de ellas, de un juego de té cuya presencia nos advierte el rol que tenemos y lo que se espera de nosotras. Pero más allá de eso, es la historia de un país en guerra, de una sociedad clasista, una historia de desarraigo, de una persona que envejece lejos de sus antepasadas y de su país, al que ve desmoronarse con la impotencia del que está lejos.

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