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¿Bajar el precio de generación de energía reducirá las facturas en todo el país?
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Desde su llegada a la Presidencia, Gustavo Petro ha insistido en que el país requiere un cambio en la fórmula para calcular la tarifa de la energía, de modo que sea más bajo el precio y beneficiar a los colombianos. Ahora, insiste en cambiar el valor de la generación de energía eléctrica ¿La idea es una bala de plata para todo el país?
Por: Angélica M. Gómez
Colombia lleva al menos dos años discutiendo sobre el costo de la energía eléctrica, en especial en los seis departamentos del Caribe, y la fórmula como se calcula el precio de cada kilovatio. Para el presidente Gustavo Petro, la raíz del problema está en las generadoras, el primer eslabón de la cadena. Sin embargo, eso podría no ser cierto para todo el país.
La cadena de la fórmula para definir el precio de cada kilovatio por hora en el país es la siguiente: Generación + Transmisión + Distribución + Comercialización + Pérdidas + Restricciones. En el promedio nacional, para los usuarios residenciales, quienes más pesan según la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios son la generación con el 30 por ciento y la distribución con otro 40 por ciento.
Pero no todos los meses se cumplen esos porcentajes y tampoco funcionan así para todos los consumidores. Por ejemplo, para las empresas, los consumidores industriales, que se conectan a una red de tensión más alta que los hogares, la generación puede pesar entre 70 y 80 por ciento.
¿Cambiar la fórmula y bajar precios en Generación sirve?
En cuanto a los usuarios residenciales, que son la mayoría, las cifras de la Superservicios dejan ver que en julio de este año, en el promedio nacional, la generación de energía pesó el 39 por ciento en la tarifa, mientras que la distribución ocupó el 29 por ciento y la comercialización el nueve por ciento.
Sin embargo, los promedios esconden las diferencias regionales. En los últimos doce meses, el kilovatio de energía por hora costó 901,5 pesos en el país sin contar con los seis departamentos del Caribe. Allí, en los tres atendidos por Afinia el kilovatio costó 1.037,3 pesos mientras que donde opera Air-e el costo fue de 1.067,6.
Las diferencias están principalmente en el componente de pérdidas, que pueden ser técnicas y usualmente bajas o no técnicas como las conexiones irregulares al sistema o estafas como viviendas y/o establecimientos que logran modificar sus contadores para pagar menos de lo que consumen. Además, en la costa Caribe todavía se cobra la Opción Tarifaria con un valor que, al menos en Air-e, supera el precio de las pérdidas.
La subida y la bajada del precio en el componente de generación, a su vez, depende de cuánta energía compran los distribuidores en la bolsa de energía y cuánta con contratos que son de largo plazo y suelen tener precios más estables.
Sin embargo, en la factura final que llega a los hogares colombianos también se incluyen otros costos como los créditos o tarjetas de crédito que ofrecen algunas de las empresas comercializadoras e impuestos territoriales como el del alumbrado público y la tasa de seguridad.
En el caso de la Costa Caribe, el superintendente de Servicios Públicos Dagoberto Quiroga ha hablado con los alcaldes y gobernadores de la zona para expresar la preocupación del gobierno ya que estos cobros equivalen aproximadamente al 30 por ciento del cobro de la factura para cada hogar.
En esa misma región, todavía no se termina de pagar la opción tarifaria que redujo precios de la energía durante el confinamiento por Covid-19 y, en promedio, ocupa el 20 por ciento de la tarifa de energía como se compara aquí.
A eso se suma la manera en la que las empresas están cobrando dicha opción a sus usuarios. Mientras Afinia, que es respaldada por Empresas Públicas de Medellín (EPM), hizo un plan para recuperar esos recursos en cinco años para no elevar demasiado el costo para los usuarios, la empresa Air-e decidió, por problemas en el flujo de su caja, hacerlo de manera acelerada.
En otras regiones del país los pesos de cada componente cambian y otros compensan, por ejemplo el costo de generación, pues lo demás puede ser más barato. Al final, las mismas empresas del sector de energía eléctrica reconocen que, después de 30 años, hay espacio para mejoras en la cadena, pero sin que esto afecte la sostenibilidad de las empresas, las que finalmente le aseguran un servicio de calidad a los habitantes del país. Dicho en otras palabras, la fórmula del precio de la energía eléctrica necesita actualizaciones, pero como dicen popularmente, “el precio no se puede bajar a sombrerazos”.