¿Cómo afecta la regla fiscal a los ciudadanos?

Andrés Velasco, director técnico del Comité Autónomo de la Regla Fiscal.

Crédito: Carf

3 Octubre 2023 05:10 pm

¿Cómo afecta la regla fiscal a los ciudadanos?

Andrés Velasco, director técnico del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF), explica cómo un descuido de las finanzas públicas no solo puede afectar el gasto social del Estado en bienes y servicios para las personas y los intereses que pagan los ciudadanos.

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

En 2011 nació en Colombia la regla fiscal, un mecanismo que le indica al Gobierno cuál es su límite de gasto en relación con su nivel de ingresos. A partir de entonces, cada mandatario se ha sometido a ella, con mayor o menor éxito, con mayor o menor responsabilidad.

Respetar la regla fiscal es importante porque un descuido en las finanzas públicas no solo tiene repercusiones en las cuentas nacionales, sino en las cuentas de las empresas privadas y en los bolsillos de las personas.

Así, en 2021 surgió el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF), que se dedica a analizar ese cumplimiento. Andrés Velasco, director técnico del CARF, conversó con CAMBIO sobre la importancia de la regla, sobre por qué es relevante no solo para el Gobierno sino para los ciudadanos y sobre por qué es necesaria para la sostenibilidad de las finanzas públicas. 

CAMBIO: ¿Cuál es la importancia de la regla fiscal?

Andrés Velasco: La regla fiscal es una institución que existe hace más de diez años en el país, que busca promover la sostenibilidad de las finanzas públicas. Eso se puede entender como que el Estado ofrece a los colombianos una cantidad de bienes y servicios, y la única forma de que los ciudadanos tengamos la certeza de que el Estado nos va a poder seguir ofreciendo esos bienes y servicios en el corto, mediano y largo plazo es que las finanzas públicas sean sostenibles

Es como en un hogar: si llega a un punto de endeudamiento muy alto o no se porta bien con los pagos, le toca hacer ajustes de consumo y disminuir los gastos. De igual forma, si las naciones no son responsables con su sostenibilidad fiscal, inevitablemente se verán obligadas a hacer ajustes. Por eso es importante la regla fiscal. 
 
CAMBIO: ¿Cómo se ha comportado Colombia con la regla fiscal? 

A.V.: Hemos sido bastante juiciosos. La regla nos ha acompañado en varios momentos complicados de las finanzas públicas, y desde el principio ha tenido unos componentes que, en el corto plazo, protegen también el gasto, porque no es una regla rígida, sino que tiene dos componentes de ciclos: el económico y el petrolero.

CAMBIO: ¿En qué consiste la flexibilidad de la regla fiscal? 

A.V.: La regla le dice al Gobierno: cuando la economía está en épocas de "vacas gordas", la nación recibe recursos tributarios más altos de los que típicamente le llegan, gracias a un nivel de actividad económica más alto. En esos casos, lo que dice la regla es que el Gobierno debe aprovechar y ahorrar. Ese ahorro generalmente genera menos déficit y el Gobierno puede pagar sus deudas. 

"Los gastos estructurales, los gastos permanentes o recurrentes, deben ser financiados siempre con ingresos que son estructurales, permanentes o recurrentes".

Pero en épocas de "vacas flacas", en que los ingresos tributarios se caen porque la economía se desaceleró, por una menor actividad económica, lo que le dice la regla al Gobierno es: usted puede gastar como si tuviera los ingresos que típicamente tiene, de esa forma protege el gasto público. Esa capacidad de política contracíclica le permite al Gobierno gastar un poco más de lo que recibe y ayuda a la economía a no perder tantos empleos y a mantener la provisión de bienes que el Estado da a sus ciudadanos. Y también protege las finanzas públicas, exceptuando gastos e ingresos de única vez, de los objetivos de la regla.

En 2021 se hizo un cambio en la regla fiscal, para no solo tener una meta sobre el balance fiscal, un ancla para el nivel de deuda. Ese fue uno de los aprendizajes de esos primeros diez años. A pesar de que el país cumplió la regla fiscal siempre, se produjeron aumentos de la deuda pública. La nueva regla fiscal establece, por ley, un máximo de deuda: 71 por ciento como porcentaje del PIB, pero dice que lo recomendable es estar en 55 por ciento, que es el ancla. Se tienen los dos números para generar una especie de colchón en la deuda y tener espacio para reaccionar ante una eventualidad con política contracíclica. 

CAMBIO: La semana pasada el director de Planeación Nacional habló de cambiar unas condiciones de la regla fiscal: no contabilizar cierto gasto "verde" o con propósito ambiental. ¿Qué opina? 

A.V.: Esa fue la noticia, pero también fue noticia que el Gobierno salió luego a explicar lo que quiso decir y a refrendar su compromiso con la regla fiscal. Lo importante acá es que todos entendamos que los gastos estructurales, los gastos permanentes o recurrentes, deben ser financiados siempre con ingresos que son estructurales, permanentes o recurrentes. Ese es el principio. Alejarnos de eso puede aumentar la deuda, lo cual es indeseable, por los niveles en que la tenemos hoy, del orden del 57 por ciento del PIB. Y esa es la posición del Comité sobre la regla. 

Entender la regla es entender que es una herramienta de credibilidad de las finanzas públicas, de credibilidad para la economía colombiana, no solamente para el Gobierno, sino para toda economía colombiana. Si se genera credibilidad en los mercados, que nos crean en que nuestros planes fiscales son sostenibles, el Gobierno se va a beneficiar, porque va a reducir la necesidad de pago de intereses. También se van a beneficiar el sector privado y los mismos hogares, porque eso hará que sea más fácil financiar los planes de inversión. 

El Gobierno hoy está pagando una tasa que es alta por la deuda. La tasa implícita está como en 8,5 por ciento. Y todas las tasas parten de lo que paga el Gobierno; si el Gobierno paga más, pues todos vamos a pagar más

"Colombia en 2024, según el Presupuesto General de la Nación, va a pagar 77 billones de pesos en intereses. El próximo año, uno de cada 4 pesos de los ingresos tributarios se irá en pagar intereses".

CAMBIO: ¿Qué pasa cuando un país no genera esa credibilidad? 

A.V.: Es un poco lo que nos ha pasado en los últimos tres años. Antes Colombia tenía un nivel de credibilidad cercano al de México y Perú, y veíamos a Chile y decíamos que ojalá pudiéramos estar con Chile, pagando las tasas de interés más bajitas de la región. Pero en 2021 nos separamos de ellos, y pensamos que era temporal, por las manifestaciones y el debate de la tributaria, pero los inversionistas son difíciles de convencer. Una vez ellos ven un cambio estructural empiezan a formar sus expectativas de forma diferente. Ahí nos comenzamos a acercar a la percepción de riesgo de un país como Brasil, que paga tasas de interés mucho más elevadas. Pero la situación no paró ahí y hoy pagamos tasas más altas que Brasil.  

La consecuencia es como cuando los prestamistas le pierden la confianza a un hogar: si a uno le dejan de prestar barato y nos empiezan a prestar caro, como los recursos son limitados –en el caso de la nación, se generan vía impuestos– hay que ajustar gastos en otras cosas. Colombia en 2024, según el Presupuesto General de la Nación, va a pagar 77 billones de pesos en intereses. El próximo año, uno de cada 4 pesos de los ingresos tributarios se irá en pagar intereses, y además tenemos que pagar parte del capital que nos prestaron. Si destinamos 25 por ciento de los ingresos tributarios a pago de intereses, se están sacrificando otros rubros que seguramente la nación podría pagar con esos recursos. Por eso hay que ser juiciosos. 

CAMBIO: En la pandemia se rompió la regla fiscal. Si bien era una crisis, ¿qué implicación trajo esto? 

A.V.: El Gobierno tomó la decisión de suspender la regla fiscal. En ese entonces había una ley anterior que permitía ese mecanismo. En 2021, con la ley nueva, se generó una posibilidad de que cuando exista la necesidad hay una cláusula de escape. Pero el Gobierno tendrá que analizar en qué momento la situación es tan grave como para llamar a una cláusula de escape, y en ese momento el CARFse pronunciará de manera no vinculante. 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí