El FMI estima que el crecimiento económico mundial caerá a 2,8 por ciento en 2023
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En su actualización de proyecciones económicas, el Fondo Monetario Internacional pronostica una mayor desaceleración en la economía mundial y una disminución en la inflación en 2023.
Por: Redacción Cambio
Una vez más, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de crecimiento para 2023 y 2024. Según el más reciente informe de la organización, se estima que el crecimiento económico mundial caerá del 3,4 por ciento en 2022 a 2,8 por ciento en 2023, antes de estabilizarse en 3 por ciento en 2024. Se trata del pronóstico a mediano plazo más bajo en décadas.
También, el FMI prevé que las economías avanzadas experimentarán una desaceleración del crecimiento del 2,7 por ciento en 2022 a 1,3 por ciento en 2023.
Sin embargo, en un escenario con mayor tensión en el sector financiero, el crecimiento mundial caería hasta aproximadamente 2,5 por ciento en 2023 y el crecimiento de las economías avanzadas estaría por debajo del 1 por ciento. Este sería “el crecimiento más débil desde la desaceleración mundial de 2001, sin contar la crisis inicial del covid-19 en 2020 y durante la crisis financiera mundial de 2009”, según la organización.
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De acuerdo con el multilateral, estas proyecciones se deben a la orientación restrictiva de la política monetaria que es necesaria para reducir la inflación, a las consecuencias del deterioro de las condiciones financieras, a la guerra en Ucrania y a la creciente fragmentación geoeconómica.
¿Cuáles son las proyecciones de crecimiento por región?
El FMI hace las siguientes proyecciones para el crecimiento del PIB real de cada región en 2023:
- Estados Unidos: 1,6 por ciento
- Zona del Euro: 0,8 por ciento
- América Latina y el Caribe: 1,6 por ciento
- África Subsahariana: 3,6 por ciento
- Oriente Medio y Asia Central: 2,9 por ciento
- Asia emergente y en desarrollo: 5,3 por ciento
¿Qué dice el FMI sobre la inflación?
“La inflación ha disminuido a medida que los bancos centrales han elevado las tasas de interés y que los precios de la energía y los alimentos han disminuido, pero las presiones subyacentes de los precios están resultando pertinaces, con estrechez en el mercado laboral en varias economías”, describe el informe.
Se prevé que el nivel general de inflación disminuirá del 8,7 por ciento en 2022 al 7 por ciento en 2023 a causa de los menores precios de las materias primas, pero es posible que la inflación subyacente (básica) disminuya más lentamente y es poco probable que la inflación retorne al nivel fijado como meta antes de 2025.
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“La inflación subyacente podría resultar más persistente de lo previsto, y para combatirla se necesitaría un endurecimiento monetario aún mayor. La fragmentación en bloques geopolíticos tiene el potencial de generar cuantiosas pérdidas del producto, en particular debido a sus efectos en la inversión extranjera directa”, continúa el reporte.
En este caso, la tensión en el sector financiero podría extenderse y debilitar la economía real debido al deterioro de las condiciones de financiamiento, lo que obliga a los bancos centrales a replantear la trayectoria de sus políticas.
