¿Por qué rayos la inflación no baja?
9 Abril 2023

¿Por qué rayos la inflación no baja?

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

Aunque los precios de algunos grupos de bienes y servicios comienzan a caer, el tal techo de la inflación parece no llegar. Los analistas calculan que la cosa seguirá así por lo menos otros tres meses. ¿Cuál es la razón?

Por: Angélica M. Gómez

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Al ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, le tomó solo un mes cambiar el discurso de “la inflación llegó a su techo” –que anunció en febrero– a “es hora de que los empresarios ayuden", que acaba de pronunciar por cuenta de una inflación que se niega a descender.

En marzo, el dato anual saltó de 13,28 por ciento a 13,34 por ciento. Aunque los precios ya no suben tan rápido, el hecho es que siguen subiendo, lo cual demuestra que el tal techo todavía no ha llegado. 

Ocampo celebró que, al menos, el rubro de alimentos ya no es el que lidera la subida mensual, aunque siga siendo el que más incida en el cálculo anual. El presidente Gustavo Petro, por su parte, trinó que tenía un acuerdo con los empresarios de la Andi y la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) para implementar medidas que reduzcan más los precios de los alimentos. 

Ambos, ministro y presidente, andan preocupados por el impacto de la inflación en los hogares de ingresos bajos, que se moderó en marzo pero sigue siendo más alto que el promedio nacional. Según el Dane, la inflación para este grupo poblacional fue de 13,87 por ciento anual, mientras que el de los vulnerables fue de 13,99 por ciento. 

Los combustibles y los servicios públicos

La inflación se puede revisar por meses, por trimestres, por año corrido o comparando el dato actual con el del mismo mes del año anterior. También se puede analizar por grupos, para ver qué tanto influyen en la ecuación general o qué tanto se comportan ellos solos, comparados con otros grupos específicos.

En este orden de comparación, el grupo de los "regulados", en el que se ubican los combustibles líquidos y los servicios públicos domiciliarios, fue –según Laura Katherine Peña, economista de BBVA Research para Colombia– el que mostró la mayor aceleración en el mes (0,87 puntos porcentuales), ubicándose en 14,7 por ciento en comparación con marzo de 2022. Las mayores contribuciones en esta provienen de combustibles, electricidad, transporte y gas. 

Precios combustibles

Los combustibles, la electricidad y el gas también se evalúan en la inflación del grupo de energéticos, que pasó de 11,35 por ciento en marzo de 2022 a 20,52 por ciento este año. El motivo es que, además del incremento en los precios de la electricidad y el gas, desde octubre de 2022 los precios de los combustibles están absorbiendo el déficit del Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FEPC). Esta estabilización, que aumenta el precio de los combustibles a razón de 400 pesos mensuales, incide en el promedio del grupo y tiene un impacto directo sobre otros grupos, como el del transporte y el de los alimentos, que sufren la subida de precios del transporte.

El efecto de las importaciones

El otro factor que tiene que ver con la inflación es el dólar. Aunque en marzo y los primeros días de abril tendió a bajar, el precio de la moneda estadounidense sigue afectando el bolsillo de los colombianos por un fenómeno que se conoce técnicamente como pass-through o “traspaso”. 

Esto sucede cuando los importadores le trasladan a los consumidores una parte del costo, en pesos, de comprar esa lista de bienes en dólares. “Lo que estamos viendo es que esos bienes y servicios que tienen que ver con el dólar, si bien siguen bastante altos, cada vez generan menor inflación”, dice Sergio Olarte, economista de Scotiabank Colpatria,

Hay, incluso, ciertos alimentos que, por regulaciones relacionadas con la salud, han sufrido de inflación escandalosa, por la escasez. Es el caso de la mostaza dijon, que se consigue en páginas de internet casi de manera clandestina y a precios de prohibición. 

Michel Janna, presidente del Autorregulador del Mercado de Valores (AMV), le envió vía Twitter un mensaje al Gobierno sobre el precio del dólar y su impacto en la inflación. Para él, se trata de “una devaluación que se nutre de la incertidumbre que generan los anuncios de marchitar aceleradamente los sectores petrolero y minero”.

La contradicción entre tasas altas, gasto social e indexación

Janna también le respondió al ministro sobre la ayuda que les pidió a los empresarios. A su modo e ver, si bien es cierto que los empresarios pueden “tal vez contribuir a bajar la inflación”, hay dos factores que dependen del Gobierno. Uno de ellos es la devaluación del peso; la otra, el gasto público, que crecerá este año 2,3 puntos del PIB: "demasiado", piensa. 

La razón por la que Janna menciona el gasto público es porque, pese a las subidas de tasas de interés, el gasto empuja –o dinamiza– el consumo, lo que va en contravía de la intención de las tasas altas, que buscan contraerlo. 

Olarte, economista de Scotia Bank, agrega: “No hay que descartar que la inflación, sobre todo aquella que tiene que ver con la indexación de precios –es decir, cuando se corrigen los precios con la inflación pasada o con el salario mínimo– sigue siendo muy alto. Los arriendos, por ejemplo, continúan siendo bastante altos, y en este mes tenemos los elementos de la crisis aérea, que puede hacer que el transporte siga alimentando la inflación”.

El Dane mide dos tipos de arriendos: los imputados, que miden cuánto arriendo pagaría alguien por vivir en la vivienda que compró, o por el local en el que tiene su negocio, y el arriendo efectivo, para quienes viven o trabajan en alquiler. 

En marzo, los arriendos imputados crecieron 10,60 por ciento anual; los efectivos lo hicieron en 14,56 por ciento, para un total de 25,16 por ciento. Según las cuentas de la entidad estadística, solo en marzo la inflación de arriendos aportó 0,17 puntos porcentuales al promedio nacional de 13,34 por ciento, una cifra que es más del doble de lo que había aportado en los dos últimos años. 

Arriendos marzo 2023

La razón es que los arriendos aumentan cada año con base en el dato de inflación del año anterior, lo que significa que, cuanto más alta es la inflación del año pasado –como sucedió en 2022, cuando la inflación terminó en 13,12 por ciento, más suben los arriendos–.

Por el lado empresarial y de los costos de los productos, en los primeros meses del año siempre se agrega a la inflación una parte del impacto del incremento del salario mínimo, que para 2023 se decretó en 10 por ciento, para llegar a 1.160.000 pesos por trabajador, sin tener en cuenta el subsidio de transporte. Esto hace más costosa la producción. Parte de ese mayor costo también termina trasladado al consumidor. 

Sin mucha esperanza

Las expectativas de los expertos indican que la inflación seguirá alta por lo menos otros tres meses, es decir, hasta finalizar la primera mitad del año. De ahí en adelante, más por un efecto estadístico que por otra cosa, calculan que empiece a bajar con calma hasta terminar el año en 9 por ciento. 

Si ese pronóstico se cumple, el Banco de la República podría dejar sus tasas de interés quietas en el actual 13 por ciento durante lo que queda del año –o una buena parte de este–, y empezarlas a bajar cuando sea claro y seguro que la inflación no va a rebotar. El tiempo dirá si ahora sí se cumple el pronóstico o no.

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