Juan Castañeda Fernández investigador y director del Vinson Centre de la Universidad de Buckingham.
Crédito: CAMBIO
“Se necesita un gobierno que cuadre presupuestos y no genere sistemáticamente déficit público”: experto en bancos centrales
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El economista Juan Castañeda, experto en el estudio de los bancos centrales y sus reglas de política monetaria, conversó con CAMBIO sobre el impacto que tiene la relación entre la inflación, la compra de bonos que hace el Banco de la República y la situación fiscal. Habló de las elecciones de Estados Unidos, la crisis en medio oriente y la política de Javier Milei.
Las finanzas públicas que debe equilibrar el Estado y la política monetaria que manejan los bancos centrales van de la mano. Muchos estudiosos se han dedicado a analizar esa relación y ese es el trabajo del economista Juan Castañeda Fernández. Nació en España, donde estudió Economía y se doctoró en 2003 en la Universidad Autónoma de Madrid, y desde 2012 es profesor de la Universidad de Buckingham, donde es director del Vinson Centre, un tanque de pensamiento de corte neoliberal clásico.
“Apostamos por un gobierno fuerte, pero reducido, que deje libertad a los individuos y las empresas para operar. Nuestro trabajo no es meramente teórico, sino también aplicado. Analizamos a los autores clásicos y las escuelas liberales del siglo XX y vemos como esos debates se pueden aplicar a problemas y políticas económicas y públicas”, explica el economista, quien visitó recientemente Colombia y conversó con CAMBIO.
Castañeda se especializa en el estudio de los bancos centrales y sus reglas de política monetaria, es autor de varios libros y artículos de investigación, ha colaborado con la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo y fue director del Instituto de Investigación Monetaria Internacional de 2016 a 2023.
CAMBIO: En los últimos años hemos visto un contexto económico complejo que mantiene resentidas a las economías. ¿Cómo ve el proceso de recuperación global y en particular el de América Latina?
J.C.: Estamos ante una crisis global diferente a la última gran crisis que fue la Gran Recesión de 2008. La pandemia afectó sobre todo el lado de la oferta y los sectores productivos no podrían operar, por eso mismo la recuperación a nivel global ha sido mucho más rápida que en otras crisis. Eso es algo que no vimos luego de 2008 con la crisis internacional. La caída de la producción en 2020 fue muy fuerte, pero también la recuperación en 2021 fue muy rápida. Esto ya fue superado.
Lo que quizás no hemos superado todavía son los efectos de las políticas monetarias y fiscales que se adoptaron para responder a la pandemia. Es algo diferente y son efectos que aún estamos viviendo. Los gobiernos intervinieron en la economía sosteniendo rentas, ayudando a los empresarios a pagar un porcentaje de los salarios, ¿y cómo se ha pagado esto? Fundamentalmente a través de la monetización de la deuda pública.
CAMBIO: ¿Qué significa eso?
J.C: Básicamente la deuda pública emitida por los estados, los TES, la han comprado los bancos centrales nacionales. Han creado nuevo dinero para pagarle al Estado el déficit público, y por tanto, hemos padecido la inflación de los últimos años. Hoy estamos viendo una desaceleración de la economía, pero se mantienen niveles muy altos de inflación.
CAMBIO: Explíquenos por favor esa relación entre la compra de bonos y la inflación
J.C.: Hay poca percepción colectiva de la importancia que tiene la compra de bonos o TES por parte del banco central. Hay una focalización casi exclusiva de la política monetaria en términos de la tasa de interés que fija la junta. Eso es importante, con la tasa de interés lo que hace el Banco de la República es condicionar cuánto crédito espera que los bancos comerciales concedan al público. Si baja la tasa de interés, se espera que los bancos trasladen esa tasa más baja a los que piden crédito, concedan créditos, haya más depósitos y más dinero.
Por el contrario, casi nadie habla de las compras de TES y son muy importantes. Ese es un segundo instrumento de política monetaria muy efectivo en tiempos de crisis. A través de la compra de TES el banco central crea nuevo dinero, porque es el único banco que puede hacerlo. Lo que hace es comprar bonos del Estado a entidades financieras que los han comprado antes al Estado y así inyecta más dinero a la economía. Es un instrumento muy potente que veo que no está en el debate público en Colombia y se debería hablar más de ello.
CAMBIO: En Colombia la inflación se mantiene por encima del rango meta. ¿Cómo ve la respuesta de los bancos centrales de la región y del Banco de la República en particular?
J.C.: La respuesta ha sido distinta en varios países. Por regla general, los bancos fueron muy expansivos en 2020 y 2021 y crearon dinero masivamente, luego, la mayor parte comenzó a recortar en 2023. Pienso que se hicieron ajustes tarde. No se debió inflar tanto de dinero la economía como se hizo en 2020 y cuando se dieron cuenta del error, debieron rectificar mucho antes. Por eso en algunas economías vemos que la inflación aún tarda mucho en bajar.
En Colombia, por lo que he observado, se han ajustado bastante las tasas de interés, pero siguieron comprando títulos de deuda, los famosos TES; y con eso lo que hacen es inyectar dinero. Eso puede estar detrás de esta persistencia de la inflación que aún está tratando de bajar en Colombia.
CAMBIO: Colombia tiene hoy poco margen de maniobra en materia fiscal y a eso se suman las presiones macroeconómicas. ¿Cuál puede ser la receta para que el gobierno salga de esta situación?
J.C.: La receta es clara. Se necesita un gobierno, del color que sea, que cuadre presupuestos, los balancee y no genere sistemáticamente déficit público, porque eso solo hace ponerle presión al banco central nacional para que le compre la deuda. Cuando se compra deuda lo que hace el banco central es imprimir dinero para comprar bonos del Estado, y quienes pagan el déficit público al final son todos los ciudadanos con la inflación.
Por eso, si el gobierno de Colombia o cualquier gobierno de otro país pasa por el parlamento un presupuesto deficitario, al final solo le pondrá presión al banquero central para emitir más de lo que debería. Por eso se necesita una regla fiscal clara que obligue al gobierno a balancear los presupuestos de manera que se pueda tener una política monetaria compatible con la estabilidad de los precios.
CAMBIO: Hoy se está gestando una guerra en el Medio Oriente. ¿Qué impacto puede tener este nuevo choque sobre la economía global?
J.C.: Hay dos escenarios. Si se mantiene como una guerra regional, puede suceder algo similar a lo que pasó en los años 70. Se estaría afectando una zona centrada en la producción de petróleo, podría haber respuestas políticas de esos países que exportan y que se eleve el precio. Lo fundamental para mí es cómo reaccionan los bancos centrales al respecto. Una cosa es que suban los precios del petróleo y otra que suba la inflación. Si ya estamos hablando de una escala o una guerra más global, es otro escenario que hoy no podemos pronosticar.
CAMBIO: Las elecciones en Estados Unidos que se celebraron en los últimos días afectan a América Latina. ¿Qué impacto tiene esta coyuntura política sobre nuestros países?
J.C.: Soy muy pesimista con Estados Unidos. Incluso al margen del candidato que salió victorioso, hay una situación de déficit público bastante alarmante y la deuda pública de Estados Unidos se está acumulando. Tanto Trump como Harris se hubieran encontrado con una situación muy mala al sentarse en la oficina, con un déficit público elevado, que ya hemos hablado de lo malo que puede ser para poner presión al banco central, en este caso la Reserva Federal, de que monetice, y de una deuda bastante elevada.
CAMBIO: En América Latina hemos visto escenarios de radicalización hacia la derecha, como está sucediendo con Milei en Argentina y Bukele en El Salvador. ¿Cómo percibe esas posturas que están dando un giro al manejo económico de estos países?
J.C.: Bukele permitió el uso de las criptomonedas como moneda de curso legal en el país, pero realmente no conozco a profundidad su política. Con Milei, por el contrario, soy bastante positivo, porque partía de unas circunstancias terribles de la economía argentina con una inflación creciente mes a mes, un déficit público insostenible, un exceso de regulación y control de precios en muchos sectores. Había que hacer algo.
Milei en sus primeros meses, sin ningún coste para el erario público, ha hecho desregulado todo lo que puede, ha liberalizado el dinero y eso no le ha costado al tesoro público argentino. Está eliminando trabas administrativas para que se establezcan los negocios, y desde el punto de vista de las cuentas públicas, está balanceándolas. Por primera vez está equilibrando el presupuesto primario para no generar más déficit o deuda. Por eso soy bastante positivo, todo esto está haciendo que las tasas de inflación mes a mes sean más reducidas, la inflación se está desacelerando y aunque no lo percibe la gente, la inflación es un impuesto muy regresivo e injusto y Milei está reduciendo esa carga a la población más pobre de Argentina y aumentando su poder de compra.