Las brechas de género en el hogar

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Crédito: Freepik

7 Abril 2025 05:04 am

Las brechas de género en el hogar

El economista Eduardo Lora analiza para CAMBIO la enorme brecha de género que existe en los hogares, donde las mujeres destinan cinco veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico no remunerado.

Por: Eduardo Lora

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Hombres y mujeres usan el tiempo de forma muy distinta, reflejo de los roles que juegan en la familia. En una sociedad tan tradicionalista como es la nuestra, la distribución de las tareas del hogar y del cuidado de los niños recae en forma muy desproporcionada sobre las mujeres. Así lo muestran las encuestas de uso del tiempo del DANE, que describen en gran detalle en qué se ocupa a lo largo del día cada miembro de las decenas de miles de hogares estudiados.

En las familias nucleares (padre, madre e hijos), las mujeres destinan cinco veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico no remunerado, que incluye la preparación de las comidas, la limpieza y mantenimiento de la vivienda y del vestuario. En promedio, las mujeres en las familias nucleares le dedican a las actividades domésticas no remuneradas cerca de cuatro horas y media diarias; los hombres tres cuartos de hora. Los únicos trabajos domésticos que son compartidos más o menos por igual entre hombres y mujeres son los asuntos administrativos, que incluyen hacer las compras y pagar las cuentas.

Pero el desequilibrio no termina allí, como se muestra en el capítulo sobre el uso del tiempo en mi libro Los colombianos somos así. Las labores del cuidado también están muy mal distribuidas: en las familias nucleares con hijos menores de 5 años, las madres les dedican tres horas diarias a estas laborales y los padres apenas una hora. Esto incluye el cuidado físico y el apoyo de todo tipo a las personas del hogar, lo cual deja tan solo unos 25 minutos para que la madre juegue, converse o pasee con los hijos menores de 5 años, y un cuarto de hora diaria para que el padre lo haga. Es decir, en una familia nuclear típica, los hijos menores de 5 años reciben apenas unos 40 minutos diarios de atención estimulante para su desarrollo emocional e intelectual. Las cosas no son muy distintas en las familias extensas o en las monoparentales.

La falta de cuidado de los menores de 5 años en sus propios hogares se compensa muy poco con los tiempos que pasan en guarderías o jardines infantiles: sólo uno de cada 14 niños de menos de 5 años va a alguno de estos sitios de cuidado infantil, y en promedio solo durante cuatro horas al día entre semana. Todo esto indica que, durante sus primeros años de vida, la gran mayoría de colombianos no recibe la atención que sería necesaria para poder luego aprovechar y disfrutar plenamente la vida escolar y las relaciones con los demás. 

En todo el país se observa un enorme desequilibrio de género en las actividades del hogar, pero en las zonas rurales y en las ciudades del Caribe es donde las mujeres llevan la mayor carga: por cada hora que los hombres les dedican a esas actividades, sus cónyuges tienen que gastar seis horas en estos trabajos. Para estándares internacionales, estos desequilibrios son realmente alarmantes.

Nada de esto se debe simplemente a que los hombres dediquen más tiempo al trabajo fuera del hogar. El análisis que se presenta en el libro muestra que la contribución de los hombres al trabajo doméstico es sorprendentemente insensible a las circunstancias laborales propias o de sus mujeres. El tiempo dedicado por las mujeres a las tareas del hogar, en cambio, se ajusta constantemente en función del trabajo remunerado de ellas mismas y de sus parejas, la presencia de hijos y la disponibilidad de ayuda doméstica. Esto evidencia una dinámica en la que las mujeres se adaptan a las necesidades del hogar y el trabajo de sus parejas, mientras que los hombres mantenemos una posición de relativa comodidad.

La persistencia de las desigualdades de género, reflejadas en el uso del tiempo, pone de manifiesto la necesidad urgente de políticas públicas y estrategias sociales que promuevan la equidad. La educación en género, la implementación efectiva de las leyes que protegen los derechos de las mujeres y el fomento de una cultura de corresponsabilidad en el hogar son cruciales para construir una sociedad más justa con las mujeres y más comprometida con el desarrollo temprano de niños y niñas.
 

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