
El precio del dólar en Colombia ha caído más de 130 pesos en junio de 2025, impulsado por factores globales y el renovado interés de los mercados en América Latina.
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Por debajo de los $4.000: ¿Por qué está cayendo el dólar en Colombia y qué significa para la economía?
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Desde el 10 de junio hasta este 3 de julio, el dólar ha caído más de 220 pesos en Colombia, situándose alrededor de los 3.977 pesos. CAMBIO consultó a expertos para conocer qué factores están detrás de esta tendencia y qué implicaciones tiene para el país.
Por: Juan David Cano

Desde el pasado 10 de junio, el precio del dólar en Colombia ha venido bajando de manera constante. Ese día alcanzó los 4.200 pesos, mientras que este 3 de julio se cotiza en promedio a 3.977 pesos, con una caída de -0,72 por ciento apenas frente al día anterior, según datos de la Bolsa de Valores de Colombia.
Pero más allá de las cifras diarias, lo que ha llamado la atención es el movimiento sostenido a la baja en un entorno de relativa incertidumbre fiscal y política. ¿Qué está impulsando esta tendencia y qué puede esperar el país?

Un dólar débil a nivel global
Una de las explicaciones más robustas es la debilidad estructural del dólar en los mercados internacionales. Felipe Campos, gerente de Inversión y Estrategia de Alianza Valores, lo plantea en términos de capas: "Lo principal este año es la debilidad del dólar a nivel mundial, generada por la posible política fiscal expansiva de Estados Unidos y sus dificultades comerciales". A esto se suma el interés del gobierno estadounidense, liderado por Donald Trump, de promover un dólar débil para mejorar su balanza comercial y favorecer las exportaciones.
Otros analistas coinciden. Orlando Santiago Jácome, gerente de Fénix Valor, señala que la tendencia es clara: "Trump había prometido un dólar débil, y desde el inicio del año así ha sido. El euro ha ganado más de un 10 por ciento frente al dólar, y en Colombia esa devaluación es apenas del 3,5 por ciento, lo que confirma que el fenómeno es global".
Jonathan Torres, banquero de Inversión de Values AAA añade: "La aprobación del nuevo plan fiscal llamado One Big Beautiful Bill, que amplía las extensiones tributarias y eleva el techo de deuda del país, también afectó al dólar. Para las calificadoras esto rebajó la nota crediticia y aumentó la presión de la moneda".

El atractivo regional de América Latina
El segundo gran componente que explican los expertos es el apetito creciente de los inversionistas por América Latina. Felipe Campos explica que los países de la región presentan actualmente condiciones atractivas: "Las materias primas están fuertes, los problemas de deuda son menores que en los países desarrollados y hay una lejanía geográfica respecto a los principales focos de guerra y tensión". A esto se suman tasas de interés aún elevadas en la región para contener la inflación, lo cual genera un entorno favorable para los capitales foráneos.
Campos también destaca lo que llama un "trade político": un fenómeno por el cual los mercados empiezan a anticipar posibles cambios de gobierno en países como Colombia, Brasil y Chile. La expectativa de que estos giros puedan moderar las tensiones políticas actuales se refleja en un optimismo creciente en los mercados de renta variable.
Factores internos: entre la resiliencia y la incertidumbre
Aunque los fundamentos externos y regionales pesan más, Colombia también ha aportado elementos propios a esta dinámica. Si bien el país mantiene una alta prima de riesgo, tasas de interés elevadas y un contexto político complejo, el peso colombiano se ha mantenido relativamente fuerte.
Campos destaca la relación entre la política fiscal del Gobierno y las decisiones del Banco de la República como un elemento clave. "El mercado ha entendido que, si hay un deterioro fiscal, el banco reacciona bajando las tasas más lentamente", dijo.
Diego Franco, de Franco Capital Management, añade que en Colombia "el mercado ya ha descontado muchos de los riesgos políticos y fiscales". Según él, incluso la eventual pérdida del grado de inversión por parte de Moody’s, que ya se da por descontada, tendría un impacto limitado y de corto plazo. "Ese día el dólar puede subir 30 pesos, pero luego debería seguir bajando hacia los 3.945 pesos o incluso menos".

¿Qué implica para la economía colombiana?
Una tasa de cambio más baja tiene efectos mixtos sobre la economía. Desde el lado negativo, reduce los ingresos por exportaciones, petróleo, café y otros bienes, al traducirse en menos pesos por cada dólar recibido. Pero este impacto puede verse matizado por otros efectos más positivos.
"Una tasa de cambio más baja reduce la inflación", señala Orlando Santiago. “Muchos productos que consumimos, directa o indirectamente, se encarecen por el dólar. Si baja, también lo hacen esos costos, lo que protege el poder adquisitivo de los hogares”.
Ballén coincide: un dólar débil abarata las importaciones y permite mejorar el servicio de la deuda externa. Además, según los analistas, el entorno internacional más favorable y un posible ajuste político interno podrían abrir espacio para una mayor estabilidad financiera, menor presión inflacionaria y, eventualmente, una reactivación del consumo interno.
Riesgos a la vista: calificadoras y política fiscal
Aunque el panorama actual parece favorable, no está exento de riesgos. Uno de ellos es la decisión pendiente de las agencias calificadoras. Si Colombia pierde el grado de inversión en su deuda interna, podría producirse un flujo de ventas por parte de inversionistas internacionales que están obligados a mantener solo títulos con grado de inversión. Felipe Campos advierte que eso generaría una presión al alza en el dólar, pero sería temporal, mientras se ajustan los portafolios.

El otro riesgo es la evolución del paquete fiscal en Estados Unidos, especialmente si la reforma fiscal de Trump se aprueba antes del 4 de julio. Un aumento del déficit o de la deuda estadounidense podría acelerar aún más la debilidad del dólar, lo que tendría efectos indirectos en Colombia y otros mercados emergentes.
¿Hacia dónde va el dólar?
A pesar de la incertidumbre, el consenso entre los analistas apunta a que la tendencia bajista del dólar podría mantenerse. Campos proyecta una tasa de cambio en 3.800 hacia fin de año, e incluso de 3.500 en los próximos años. Franco coincide en que el dólar seguirá cediendo terreno, siempre que los riesgos fiscales no se materialicen con fuerza.
