Energía en tiempos de sequía: así está cambiando la generación de electricidad en Colombia

Aunque el país ha dependido históricamente de las hidroeléctricas, el cambio climático está obligando a repensar la forma en la que producimos la energía.

Crédito: Alcaldía de Medellín

25 Febrero 2025 05:02 am

Energía en tiempos de sequía: así está cambiando la generación de electricidad en Colombia

Colombia ha dependido tradicionalmente del agua para generar electricidad. Sin embargo, el cambio climático y el fuerte fenómeno de El Niño en 2024 pusieron a prueba esta dependencia, con embalses en niveles históricos mínimos y un sistema energético en riesgo. A medida que esta situación se hace más evidente, el país ha comenzado a diversificar su matriz energética.

Por: Juan David Cano

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Por años, la mayor parte de la energía con la que los colombianos encienden sus bombillos y conectan sus electrodomésticos se ha generado con agua, a través de las hidroeléctricas. Una proporción menor ha sido generada por plantas térmicas, que producen electricidad mediante la combustión de gas, carbón y combustibles líquidos como el diésel. Sin embargo, el cambio climático y la adopción de nuevas fuentes han empezado a modificar el panorama de la matriz energética colombiana.

Según datos de XM, el administrador del mercado mayorista de energía, en diciembre de 2022 el 85,08 por ciento de la energía del país provenía de fuentes renovables como el agua y el sol, pero en general, el grueso de esa energía proviene de fuentes hidráulicas. 

Un año después, en diciembre de 2023, la participación de la generación eléctrica a partir de energías renovables descendió drásticamente al 64,88 por ciento. A finales de 2024, se observó un leve repunte a una contribución del 67,28 por ciento, pero este incremento no se acercó a los niveles registrados en años anteriores.

Este evidente cambio en la matriz energética tiene una causa clara: el fenómeno de El Niño, cada vez más marcado. En julio de 2023 comenzó este fenómeno y se extendió durante buena parte de 2024. La falta de lluvias y las sequías características de este evento climático provocó que los embalses llegaran a un alarmante 31 por ciento de su capacidad, el nivel más bajo en 40 años.

Esto obligó a las autoridades a recurrir a otras fuentes de energía. Se apoyaron en las plantas térmicas basadas en energéticos como el carbón y el gas importado para asumir la generación de energía, y se habló de impulsar nuevas fuentes de energía como los proyectos eólicos y solares que poco a poco han ido ganando terreno en la generación de energía del país.

En los próximos años las previsiones apuntan a que seguirán aumentando estos eventos climáticos extremos, y ante ello surge la inquietud sobre cómo continuará transformándose la generación energética colombiana. En CAMBIO hablamos con expertos para analizar esta situación.

Hidroelectrica
La generación de energía en Colombia ha dependido históricamente de las hidroeléctricas. Crédito: Freepik.

El Niño propició el aumento de la generación térmica

Aunque El Niño ha sido históricamente un factor de presión para el sistema energético del país, su intensidad en 2024 marcó un punto crítico. "Un sistema que depende de una sola fuente es muy frágil. En Colombia, dos terceras partes de la capacidad instalada dependen de las hidroeléctricas. Hemos avanzado en diversificación, pero todavía son el pilar del sistema. Por eso, sí, nuestra matriz energética sigue siendo vulnerable a los cambios del clima", explicó Juan Diego Giraldo Osorio, director de la maestría en hidrosistemas de la Universidad Javeriana.

Esa fragilidad del modelo basado en recursos hídricos quedó aún más en evidencia con la creciente participación de las fuentes no renovables. "Cuando hay sequía, las termoeléctricas deben entrar a suplir el déficit de las hidroeléctricas, llegando a cubrir hasta el 50 por ciento de la demanda en momentos críticos", añade el experto.

Los datos confirman este cambio: antes de El Niño, en diciembre de 2022, la generación térmica representaba apenas el 14,92 por ciento del total. Dos años después, en diciembre de 2024, esa participación subió al 32,72 por ciento. Dentro de las plantas térmicas, las que funcionan con carbón fueron las que más aumentaron su producción, con un crecimiento del 20,19 por ciento en comparación con 2023. La generación con gas importado, por su parte, tuvo un incremento del 54,82 por ciento.

Regasificadora
Crédito: SPEC LNG

Las fuentes de energía renovable no convencionales, una opción que aún le falta desarrollo

Pero esta no fue la única fuente que apoyó al sistema eléctrico nacional durante la sequía. Las fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER), como la solar y la eólica, también desempeñaron un papel en la recomposición del sistema. En diciembre de 2024, la generación solar creció un 8,69 por ciento respecto al mes anterior y la eólica un 231,85 por ciento según XM. Aunque su participación en la matriz aún es baja, han demostrado ser una alternativa viable y en crecimiento.

Hoy hay 70 parques de fuentes de energía renovable no convencional, de los cuales hay 64 en operación, todos de ellos solares, y le están entregando una capacidad de 1.775 MW al sistema. Los otros siete proyectos están en fase de pruebas, dos de ellos son eólicos y tienen una capacidad de generación de 31,9 MW y cinco son solares, con una generación de 72,8 MW. A esto se suman otros 19 proyectos en construcción. 

Alexandra Hernández, presidenta de la Asociación de Energías Renovables de Colombia (SER Colombia), proyecta que las FNCER alcanzarán el 12 por ciento de la participación total de generación de energía eléctrica en 2025. Sin embargo, advierte que es necesario acelerar el desarrollo de estos proyectos, que han visto retrasos en su entrada en operación por temas relacionados con trámites. Según Hernández, "vamos a mitad de camino y se nos acaba el tiempo, las renovables son parte de la solución para evitar el déficit energético que el Gobierno nacional ha calculado para 2027".

Eolica y solar
La participación de las fuentes renovables no convencionales en la generación de energía aún es muy baja. Crédito: Freepik.

En entrevista con CAMBIO, Hernández y su equipo precisaron que no basta con depender de una sola fuente de energía para garantizar un suministro estable. "Ninguna fuente energética por sí sola es suficiente ni perfecta para cubrir esta creciente necesidad", afirmaron.

Por lo anterior, desde SER Colombia consideran esencial aprovechar la diversidad de los recursos naturales de Colombia, proponiendo un enfoque que promueva una oferta energética variada y equilibrada, en la que las diferentes tecnologías se complementen entre sí. "La crisis climática inevitablemente traerá veranos más frecuentes e intensos. En un país como Colombia será fundamental complementar con energías renovables", concluyó Hernández.

El futuro de la transformación de la matriz energética del país

La opinión de la ejecutiva gremial resalta una necesidad ineludible: la diversificación energética. Según los expertos, esta debe ir de la mano con una gestión más eficiente del recurso hídrico, la optimización del almacenamiento en embalses, una planificación estratégica de la demanda y la conservación de ecosistemas clave, elementos fundamentales para mitigar el riesgo de crisis energéticas.

Sin embargo, esto no es suficiente. Garantizar el suministro energético para los colombianos en el futuro dependerá de una transición bien estructurada y equilibrada, donde ningún recurso sea estigmatizado y la diversificación de la matriz energética se consolide como el pilar de un sistema sostenible y resiliente.

Desde la Cámara Colombiana de Energía (CCE) insisten en que "las hidroeléctricas continuarán cumpliendo un rol importante en la generación eléctrica en nuestro país" y que, aunque la transición hacia fuentes más limpias es necesaria, esta debe venir acompañada de planes de expansión en infraestructura y tecnologías de almacenamiento.

A pesar de esto, los expertos concuerdan en que el riesgo de depender excesivamente de fuentes intermitentes es evidente. Camilo Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco) advierte que "una matriz eléctrica que solo dependa de fuentes variables pone en riesgo la confiabilidad y continuidad del servicio de energía eléctrica para los usuarios, pudiendo exponernos a racionamientos como ha ocurrido en países que han tomado esa decisión".

Energía
La matriz energética debe cambiar para permitir la convergencia de varias fuentes de energía. Crédito: Freepik.

Sánchez enfatizó que "el futuro de la generación energética en Colombia dependerá de una matriz diversificada y resiliente. Si bien las energías renovables seguirán creciendo, es fundamental mantener un equilibrio con fuentes que garanticen firmeza, como la hidroeléctrica y la térmica".

La Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg) estima que para los años 2028-2029 habrá un déficit del 5 por ciento de energía firme, lo que equivale a cerca de 5200 GWh-año. Este problema podría adelantarse a 2026-2027 si los proyectos en desarrollo no logran entrar en operación a tiempo debido a retrasos en trámites ambientales y sociales.

Por ello, desde el Centro de Estudios de la Energía Renovable y el Agua (CEERA), su directora ejecutiva Ángela María Sarmiento destaca que "debemos avanzar hacia la digitalización y modernización del sistema eléctrico para optimizar su operación”, pero también señala la necesidad de “fomentar un diálogo más fluido sobre los requisitos y condiciones ambientales” para que los proyectos energéticos no se vean estancados y evitar el déficit mencionado.

Hacia dónde no debería ir la generación energética

Los gremios coinciden en que la generación de energía en Colombia no debe dirigirse hacia una dependencia exclusiva de fuentes variables sin un respaldo confiable. Andesco recalca que “en Colombia tenemos que agradecer que las térmicas a gas y a carbón nos salvaron de un apagón, por eso no podemos estigmatizar ninguna tecnología". Además, Andeg advierte que, si no se logra superar las barreras ambientales y sociales para la construcción de nuevas plantas y líneas de transmisión, se podrían generar crisis de suministro energético.

Por otro lado, desde CEERA, alertan sobre la concentración de la generación en una sola tecnología. En 2024, ingresaron 66 nuevas plantas solares al sistema, sumando 1.462 MW de capacidad instalada, pero no se registró la entrada de ninguna nueva pequeña central hidroeléctrica (PCH), lo que refleja un desequilibrio preocupante.

Hacia dónde debería ir la generación energética en Colombia

Por todo lo anterior, los expertos concuerdan en que la matriz energética debe avanzar hacia una transición energética sostenible y ordenada. La CCE destaca que Colombia "posee abundantes reservas de gas natural, lo que le otorga una ventaja en términos de seguridad energética" y que su generación eléctrica con gas ha crecido significativamente, alcanzando en algunos momentos una participación del 24 por ciento en la matriz nacional.

Energía
Crédito: Freepik.

Así mismo, la apuesta por el hidrógeno y la electrificación de usos finales también forman parte del camino. "La economía del hidrógeno podría complementar la matriz energética del país, aprovechando las abundantes fuentes renovables disponibles”, señala la CCE.

Por último, el futuro energético de Colombia también dependerá de la modernización de las redes y la infraestructura de transmisión. Andeg insiste en que es necesario "avanzar con celeridad en la ampliación de la capacidad de transmisión y generación" así como fortalecer la regulación para garantizar la estabilidad del sistema.

La crisis energética derivada del fenómeno de El Niño en 2024 ha sido una advertencia clara: la dependencia del agua para la generación eléctrica representa un riesgo creciente en un contexto de cambio climático. Si bien las plantas térmicas han actuado como un respaldo crucial, su sostenibilidad a largo plazo es cuestionable. En este sentido, el avance de las energías renovables se convierte en una alternativa necesaria, pero aún enfrenta desafíos para consolidarse como una solución estructural.

Colombia no puede permitirse un apagón energético ni una transición improvisada. Si bien la expansión de las energías renovables es necesaria, debe hacerse de manera planificada y con el respaldo de tecnologías que garanticen la confiabilidad del sistema. Por ello, no solo la generación hidroeléctrica será la encargada de sostener el sistema. Junto con la térmica, energéticos de transición como el gas y nuevas tecnologías como la solar, la eólica, los biocombustibles y el hidrógeno desempeñarán un papel clave para asegurar que la energía en Colombia sea asequible, segura y sostenible en el tiempo.

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