Diego Angelillis, gerente de la Industria Licorera de Caldas.
Crédito: Industria Licorera de Caldas
"El consumidor tiene el derecho de escoger el aguardiente que quiere tomar": gerente de la Licorera de Caldas
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El gerente de la Industria Licorera de Caldas, Diego Angelillis, conversó con CAMBIO sobre la batalla por el Aguardiente Amarillo que ha librado la industria, habló de los planes de internacionalización de la empresa y de cómo está el mercado de licores.
En los últimos años el Aguardiente Amarillo de Manzanares se ha convertido en uno de los licores más apetecidos a nivel local, lo que ha llevado a su fabricante, la Industria Licorera de Caldas, a una batalla campal con las licoreras de Antioquia y Cundinamarca por el codiciado mercado.
Sin embargo, para la empresa, que nació en 1905 y lleva décadas fabricando rones y aguardientes, hay otros planes y proyectos para conquistar el mercado de licores, no solo a nivel nacional, sino también internacional. CAMBIO con Diego Angelillis, gerente general de la Industria Licorera de Caldas, quien habló sobre los pleitos de las otras licoreras, los planes de internacionalización de la empresa y la competencia con otros licores internacionales.
CAMBIO: En Colombia hay solamente ocho licoreras. ¿Cómo es la competencia entre ustedes?
Diego Angelillis: La competencia entre las diferentes licoreras del país hoy está más fuerte que nunca porque no solamente estamos concentrados en el mercado, sino también en una serie de litigios que se han venido dando entre nosotros. Esos litigios responden a algunas situaciones dentro del mercado mismo y nos han desviado un poco la mente sobre dónde debía estar la verdadera competencia: las multinacionales que están llegando con sus whiskys y tequilas. Nuestro core son los rones y aguardientes, aunque estamos penetrando en otras áreas también como las ginebras o cócteles.
CAMBIO: ¿Cuál es la capacidad de producción que tiene la industria y en particular la Licorera de Caldas?
D.A.: Siempre hablamos en unidades reducidas, que son 750 mililitros, porque hay diferentes presentaciones en el mercado. La capacidad de producción de la Industria Licorera de Caldas, después de un proceso de transformación, automatización, tecnificación y modernización que hemos hecho por varios años, está entre los 60 y 70 millones de unidades reducidas.
CAMBIO: ¿Qué porcentaje de su producción es aguardiente, ron y cuánto nuevos licores?
D.A.: Esa mezcla en las participaciones ha variado con los años. No es lo mismo la de los 70’s, a la de hace cinco años y la de hoy. Inicialmente lo más importante eran los rones, y hoy lo siguen siendo. De cien rones que se venden en Colombia, 73 son de la Industria Licorera de Caldas, según datos de Nielsen.
En los aguardientes, por otro lado, está comenzando a subir nuestra participación de mercado. Con el Aguardiente Amarillo de Manzanares tenemos cerca de 25 por ciento de la categoría en el mercado. Hace unos años teníamos una menor participación, pero hemos ganado mercado y por eso ha cambiado el mix en nuestras ventas. Los rones siguen siendo muy importantes, pero con el Aguardiente Amarillo ya estamos hablando de una relación para nuestros rones y aguardientes de 60 y 40 por ciento para nuestros ingresos.
CAMBIO: El aguardiente amarillo lleva décadas en el mercado, pero en los últimos cinco años se ha popularizado. ¿A qué se debe ese boom en el mercado?
D.A.: Hay varias situaciones. En la Industria Licorera de Caldas hicimos un proceso de investigación importante para entender qué es lo que quería el mercado y eran licores de menor graduación de alcohol. A nuestro producto de muchos años le bajamos la graduación y lo llevamos a 24 grados y movimos un poco la categoría al plantear algo diferente.
Durante muchos años las botellas y las historias que se cuentan en torno a los aguardientes han sido muy similares todas. Nosotros quisimos ser un poco disruptivos y replanteamos la forma de presentar el Aguardiente Amarillo al mercado: lanzamos una nueva botella, para que la gente sienta que es diferente al resto. Y así lo han sentido las personas, lo han recibido bien.
CAMBIO: Por este aguardiente se ha presentado un enfrentamiento en los estrados judiciales entre varias licoreras. Hay un caso por competencia desleal y otro por permisos de ingreso a Cundinamarca por el monopolio rentístico que rige a los licores. ¿Qué hay detrás de estas peleas?
D.A.: Son situaciones diferentes que se están presentado. La primera es entre la Licorera de Caldas y la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA). Nosotros tenemos nuestro aguardiente amarillo y ellos hicieron uno que, a nuestro criterio, es muy similar. Por eso demandamos ante la Superintendencia de Industria y Comercio para que ellos se distaran de la presentación nuestra, porque consideramos que no es correcto aprovecharse de la imagen de nuestro aguardiente amarillo para ellos vender.
La Superintendencia nos dio inicialmente la razón con una medida cautelar, esa medida está vigente y dice que se debe diferenciar, pero recientemente hemos tenido una reactivación de este inconveniente, la Fábrica de Licores de Antioquia oscureció su botella, le cambió el color al capuchón y la volvió a lanzar en el mercado. No estamos de acuerdo, no se diferencia mucho de la nuestra.
CAMBIO : ¿Qué ha pasado con el caso de Cundinamarca?
D.A.: Este caso se divide en dos partes. Un tema es directamente con la Fábrica de Licores de Cundinamarca y la Industria Licorera de Caldas, y otro con el departamento directamente. El pleito más importante es que no podemos entrar el aguardiente amarillo al departamento. Antes podía entrar, se tomó una decisión y no pudimos seguir ingresando el producto. Solicitamos por las vías legales que se respetara el permiso, la otra parte no estuvo de acuerdo, y esto ha significado un perjuicio muy grande porque Cundinamarca es un mercado importante para nosotros. Estamos tratando de que todos estos asuntos lleguen a un feliz puerto y logremos acuerdos que nos permitan avanzar de la mejor forma.
CAMBIO: La industria licorera tiene una regulación especial, un monopolio rentístico que existe desde hace muchos años, ¿cree que se debe revisar ese modelo?
D.A.: Sí. somos unos convencidos que se tiene que revisar, tanto así que tenemos una demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 28 de la Ley 1816 del 2016 en la que planteamos que lo que hace el Constituyente es proteger un monopolio rentístico, pero en la actualidad hay un monopolio que no sólo es rentístico, sino de comercialización.
Esto solo pasa con los aguardientes, el resto de destilados son de libre comercio. Con los aguardientes no existe la posibilidad de comercializarlos en todo el territorio nacional si no es con la autorización directa de las autoridades departamentales. Eso no se ajusta hoy al ordenamiento jurídico colombiano, la Constitución habla de libre competencia, no se entiende por qué unos y otros no y el consumidor tiene el derecho de escoger el aguardiente que quiere tomar. Esto no perjudica los impuestos de cada uno de esos territorios, ya que todos los aguardientes pagan impuestos de acuerdo al grado alcoholimétrico.
CAMBIO: ¿Cuántas botellas de Aguardiente Amarillo están poniendo en el mercado?
D.A: En el primer semestre pusimos en el mercado alrededor de 5,8 millones de unidades reducidas de aguardiente amarillo de Manzanares. En el mundo de los licores el primer semestre suele ser bajo en rotación, y en el segundo semestre la industria triplica sus ventas.
CAMBIO: ¿Cuánto le aporta la Licorera de Caldas al departamento?
D.A.: Tenemos un impacto directo en cada uno de los departamentos en Colombia porque nosotros pagamos un impuesto de acuerdo con el grado alcoholimétrico de nuestros licores. Por cada unidad que vendemos pagamos un impuesto determinado. Nosotros comercializamos en todo el país y cada uno de los departamentos en Colombia se beneficia del consumo de los rones y aguardientes, como es el Cristal y el Amarillo. Con nuestros rones llegamos a 32 departamentos y con el aguardiente podríamos decir que llegamos a 35 por ciento del territorio.
CAMBIO: ¿Qué planes tienen para la compañía en los próximos años?
D.A.: Algo fundamental en nuestro Plan Estratégico 2024- 2027 para la Industria Licorera de Caldas es nuestro plan de internacionalización. Una internacionalización verdadera implica ir a determinados mercados foco y participar realmente, no solo llegar, volvernos una alternativa de todos los habitantes de un mercado determinado cuando consuman ron. El aguardiente es muy colombiano, lo vencemos, pero el ron es el verdaderamente globalizado. Con nuestro ron es que queremos competir. Hay dos tipos de rones, caribeño y andino, nuestros rones son de montañas. Y acá, desde hace más de 100 años, producimos ron.
CAMBIO: ¿A cuántos países llegan los rones de la licorera?
D.A.: Hoy llegamos con nuestros rones a 18 países, como Estados Unidos, Panamá, Costa Rica, Perú, Chile, Ecuador y en Europa estamos en Italia, Francia, Austria, España y Suiza. El aguardiente se exporta también, pero para consumo especialmente de colombianos y latinos que viven en el exterior, no es masivo. Hoy exportamos el 1 por ciento de nuestra producción y la meta es en tres años y medio llegar al 10 por ciento, queremos vender cinco millones de unidades en el exterior.
CAMBIO: ¿Qué le falta al aguardiente colombiano para llegar a otros mercados?
D.A: Nos falta creer más en lo nuestro. Alrededor del aguardiente no hay construido lo que hay alrededor de tragos como el ron o el tequila, si comenzáramos a vender el país con los aguardientes y mostráramos la belleza detrás de la producción del aguardiente podríamos venderlo a todo el mundo. El aguardiente no lo inventamos nosotros, lo inventaron los españoles. Allá se llama licor de anís y se ve como un trago que consumen los viejos. Si lo que se quiere es mostrar esa tradición en torno a los aguardientes, acá hay oportunidades de apostar y volverlo global.