
José Vélez, CEO de Bold.
Crédito: CAMBIO / Laura Lucía Becerra Elejalde
Bold, el emprendimiento que puso a cobrar a los vendedores de calle con datáfono
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CAMBIO conversó con José Vélez, cofundador de la empresa, quien habló sobre cómo la compañía está cambiando la forma en la que los pequeños comercios hacen sus transacciones y de cómo, incluso, pueden acceder a créditos por medio de estos datáfonos. Esta es su historia.

En más de un negocio, tienda o establecimiento en Colombia es normal el letrero de “Solo recibimos efectivo”. En Colombia casi ocho de cada diez transacciones se siguen haciendo en billetes y monedas y los pagos con tarjeta o transferencias aún son incipientes.
Sin embargo, desde hace un tiempo es también común encontrar establecimientos, e incluso puestos ambulantes en los que a la hora de pagar sí reciben tarjeta. El pago no se procesa en un datáfono negro y pesado, sino en un aparato blanco pequeño, que parece más una calculadora. Quien atiende la caja registradora lo pega al celular y al contacto con la tarjeta del cliente queda saldada la compra. Esto es Bold.

Desde que era niño a José Fernando Vélez le gustaba la programación. A sus 12 años su papá le regaló un computador, y con él empezó a explorar el mundo de los computadores y los sistemas. También le gustaban los negocios y por eso, hace poco más de dos décadas, empezó a estudiar economía en la Universidad de los Andes. Su pasión de la infancia lo llevó a hacer una maestría en ingeniería de sistemas y computación en la misma universidad. “Mi carrera ‘de verdad’ –dice– es ingeniero, no economista. Pero también soy emprendedor de profesión”.
Hace 22 años, mientras todavía estaba estudiando, Vélez creó su primera empresa: Pagos Online, que como su nombre permite intuir, era una compañía de pagos en línea en el aún incipiente mundo de los pagos digitales. Su idea era buena, la empresa compró otras compañías, se fusionó con una multinacional y años más tarde se convirtió en PayU, la plataforma de pagos online para comercios electrónicos.
“Yo era el responsable de toda América Latina. Nos iba muy bien en Colombia y en Perú, pero no en Brasil, entonces me fui a vivir allá”, recuerda.
Era 2017 y Vélez se había mudado a São Paulo. En Brasil, un país que parece funcionar en ocasiones fuera de la lógica del resto de América Latina, el emprendedor vio cómo estaban creciendo y ganando participación empresas similares a lo que hoy es Bold, que ayudan especialmente a pequeñas y medianas empresas a procesar sus pagos.
“De ahí surgió la idea de montar Bold, de esa experiencia en Brasil. Ahí dije, llegó el momento de hacer algo nuevo”. El empresario se fue con la idea de aprender qué podía hacer mejor para PayU, pero terminó viendo la oportunidad en otras empresas y decidió empezar de ceros, otra vez. Se regresó a Colombia al año siguiente, vendió sus acciones en PayU y se lanzó a emprender por segunda vez.
En todo este proceso Vélez nunca estuvo solo. Cuando montó Pagos Online tenía otro socio, y lo mismo sucedió con Bold. “Los fundadores iniciales, o los de la idea, somos Ana Sandoval y yo”, dice Vélez. A ellos se unieron otros dos emprendedores: Sergio Vergara y Jorge Ulloa. Sandoval es la directiva a cargo de las ventas y la gestión comercial de Bold, y también es la esposa de Vélez. Se conocieron hace más de 20 años y todo este tiempo han trabajado juntos.

“Nos conocimos en el trabajo y nos enamoramos trabajando. Ella trabajó también en PayU y fue la encargada de toda la fuerza comercial para América Latina y los dos nos fuimos a vivir a Brasil. Nos complementamos muy bien. Nos gusta mucho el trabajo, es lo que nos unió y sigue haciéndolo”, cuenta Vélez.
Pero no todo salió como esperaban. Duraron un año entero perfeccionando la tecnología de su negocio, y cuando estaban listos para iniciar operaciones, declararon una cuarentena preventiva en Bogotá. Era 2020 y acababa de comenzar la pandemia de covid-19 en Colombia. Eso los frenó alrededor de tres meses.
“Necesitábamos un ingeniero de una entidad financiera que fuera a hacer clic en un computador de una oficina y como estábamos en cuarentena no podría ir. Fue una época muy angustiosa”, recuerda el empresario.
Tenían mucho susto de que no les fuera bien. “¿Quién iba a hacer pagos presenciales en la pandemia?”, se cuestionaban. Pero el temor de las personas por los billetes y monedas como posible medio de contagio del virus ayudó a fortalecer los pagos digitales y el uso de datáfonos. De ahí en adelante vino un crecimiento y una acogida muy rápida.
De un negocio de datáfonos a una entidad financiera
En Colombia, nueve de cada diez empresas son micro, pequeñas y medianas compañías. De acuerdo con Banca de las Oportunidades –el programa del Gobierno nacional administrado por Bancoldex para promover la inclusión financiera en Colombia– en 2023 cerca del 76 por ciento de las mipymes en el país contaban con acceso a algún producto financiero formal. Pese a ello, persisten barreras principalmente en el uso de productos como créditos, seguros y mecanismos de ahorro.
Parte del éxito de Bold, que hoy cuenta con más de medio millón de comercios, tiendas o vendedores vinculados en el país, tiene que ver con la facilidad y practicidad con que un pequeño puede adquirir un datáfono, y con pocos trámites. “Si se pide por la página web, en dos o tres días se pueden recibir los pagos, si lo visita un ejecutivo comercial en una hora le vende el datáfono, lo capacita y lo pone a vender con tarjeta, mientras que con un banco tradicional puede demorar un par de semanas”, cuenta Vélez.
El otro truco es que puede operar en regiones en las que la conectividad no es la mejor, gracias a la red del celular. El modelo de datafono más sencillo, "el de entrada" como le dice Vélez, solo requiere un celular para operar, y se conecta por bluetooth. Otros modelos pensados en negocios más grandes, en los que el dueño no puede dejar su teléfono pegado a la registradora todo el día, no necesitan de un celular, sino que tienen una tarjeta SIM por dentro, que permite que los negocios se conecten a internet y procesen los pagos.
“El microempresario está muy olvidado por los grandes jugadores, porque es un negocio chiquito. Nosotros le paramos muchas más bolas y somos más cercanos en nuestro servicio”, dice el empresario. Según Vélez, este modelo, más inclusivo con los pequeños negocios y de diferentes regiones permite que hoy haya negocios en Cabo de la Vela, La Guajira, por ejemplo, que operan con este sistema.
“Hoy tenemos desde empresas pequeñas hasta señores que venden aguacates en un carrito que están usando Bold. Pero el reto es también llegar a otros segmentos como los taxis o las plazas de mercado”, dice el empresario.

Pero la ambición de Vélez y sus socios era más grande y hace un par de años decidieron constituir una entidad financiera. A finales de 2023 obtuvieron el permiso para iniciar operaciones y se demoraron un año entero haciendo ajustes y pilotos controlados con los clientes. En octubre de 2024 lanzaron estos servicios al público.
“Cualquier cliente Bold que adquiera un datáfono también puede adquirir una billetera digital que se conecta al datáfono y a la que le entra automáticamente el dinero de sus ventas con el datáfono. Entre más utilicen el datáfono y la billetera, más probable será que se les otorgue un crédito”, explica el empresario.
Según datos de la compañía, sus servicios han permitido la apertura de más de 20.000 cuentas de depósito y les ha facilitado la financiación a más 22.000 microempresarios, con el desembolso de un total de 100.000 millones de pesos en créditos.
“Colombia es un país con muchas oportunidades y desafíos. Es un país muy informal, y esa informalidad genera muchos retos de desarrollo. Eso, a su vez, genera muchos retos para las fintechs, pero también muchas oportunidades como las que nosotros estamos atacando y atendiendo”, concluyó Vélez.
