"Feminazi": el origen del peligroso término peyorativo
8 Marzo 2024

"Feminazi": el origen del peligroso término peyorativo

Crédito: Colprensa .

Algunas personas insultan a las mujeres que se dedican al feminismo y a la búsqueda por una sociedad más justa con este término. Esta es la historia de la expresión, que se popularizó en los años 90, y por qué es tan dañina para la lucha feminista.

Por: Pía Wohlgemuth N.

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La palabra feminazi es un insulto en contra de quienes hacen activismo por los derechos de las mujeres y en pro de un mundo más igualitario. Combina las palabras feminista con nazi. Aunque no tiene ningún sentido, ha calado entre muchos y es popular en redes sociales. El uso común de este término proviene de Rush Limbaugh, un locutor premiado por el expresidente y candidato presidencial de Estados Unidos, Donald Trump.

Limbaugh, fallecido en febrero de 2021 a los 70 años, condujo un programa de radio en ese país que lo hizo famoso. Desde 1984 el país entero pudo oír sus ideas conservadoras en las frecuencias AM y FM durante tres horas de transmisión diarias. Ganó muchísima popularidad, entre otras cosas, por sus críticas a los movimientos LGTBIQ+ y, claro, al feminismo. En 1992, publicó su libro The Way Things Ought to Be y utilizó el término feminazi para referirse a las feministas. En ese momento, se quejaba de la Organización Nacional de Mujeres de EE.UU.

En ese texto, el locutor utilizó la palabra feminazi para describir a las mujeres “obsesionadas” con el aborto, al que llamó “holocausto moderno”. Según explicó, la palabra fue acuñada antes por un economista de la Universidad de California, Tom Hazlett. De cualquier manera, su alcance e influencia tuvo un impacto nefasto para las mujeres que luchan por el derecho a decidir sobre su propio cuerpo.

La revista Ms., la primera publicación masiva de corte feminista en el país norteamericano, publicó un artículo en 2021, en el que la periodista Melissa Scholes cuenta su experiencia con Limbaugh. Allí, relata que Limbaugh era popular en su casa. Su papá ponía su programa de radio a todo volumen y ella debía reírse de los chistes sexistas y conservadores, porque “estar en desacuerdo era peligroso”.

“Limbaugh señala que no todas las feministas son feminazis, pero el mensaje subyacente era claro: las mujeres que deseaban poder y autodeterminación no eran mujeres reales en absoluto. Limbaugh predicó un mensaje antifeminista contra la igualdad política, económica y social de los sexos. Ayudó a los hombres conservadores a creer que el feminismo era un arma destinada a emascularlos y, al elevar el peligro de una mujer liberada, allanó el camino para una trampa tóxica como Trump”, escribe Scholes.

Feminismo y nazismo: dos términos contrarios y una comparación problemática

La Real Academia Española define la palabra feminismo como “doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres”. Es decir, un movimiento que espera igualdad de condiciones para todas las personas. El nazismo o nacionalsocialismo fue un “movimiento político y social del Tercer Reich alemán, de carácter totalitario, pangermanista y racista”.

Es decir, la palabra feminazi pretende reunir dos términos que no tienen nada que ver entre sí sino que son contrarios en cierta medida: el feminismo no es totalitario sino reivindicativo de los derechos de las mujeres, que no deberían ser menos que los de los hombres.

Aparte de lo anterior, la comparación con la que Rush Limbaugh buscó sustentar este término es igualmente problemática. El Holocausto judío fue un genocidio cometido por los nazis, que asesinaron a más de 6 millones de judíos entre 1938 y 1945. El Gobierno alemán de Adolfo Hitler seleccionó meticulosamente a quienes pertenecieran al pueblo judío para erradicarlos. La comparación entre esto y el libre derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo demuestra la postura activista de Limbaugh. 

Catalina Ruiz Navarro, feminista, piensa que los grupos "antiderechos" son aquellos que han tenido prácticas "impositivas, autoritarias, discriminatorias, violentas y que ponen en peligro las vidas de las personas". Todo lo contrario a lo que promueve un movimiento pacífico y defensor de los derechos humanos como lo es el feminismo. Por lo tanto, no hay nada más opuesto a lo que fue el fascismo alemán que la voz del feminismo.

No obstante, piensa que "ha sido un insulto muy eficiente, porque en la cultura popular hay un acuerdo en que el nazismo estuvo mal -explica Ruiz-Navarro- por lo que es una manera muy consciente de ponernos a nosotras como villanas y desconocer que este ha sido un movimiento de derechos humanos".

En contraste, la también periodista resalta que las feministas jamás osarían comparar a un feminicida con los nazis. Aunque quien asesina a una mujer solo por serlo está cometiendo un crimen deplorable, compararlo con un genocidio de la magnitud del Holocausto judío no tiene sentido.

"Aplana la comprensión de la violencia contra las mujeres con una analogía ofensiva y que en términos analíticos es bastante barata. Teniendo esa diferencia, nosotras jamás usaríamos ese término porque entendemos profundamente lo que significa y lo que implica. La lucha de las feministas no es una lucha por sacar slogans que no tengan significado, sino por hacer cambios estructurales", explica.

Por todo lo anterior, llamar feminazis a las mujeres feministas no resulta solo ofensivo, sino también peligroso. Criminaliza a un grupo de personas sin argumentos y las pone bajo el foco de insultos, críticas y posibles agresiones de quienes tienen puntos de vista contrarios.

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