
La sustitución del nombre bautismal por el pontifical se ha convertido en una costumbre milenaria.
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¿Cómo eligen los papas su nombre y por qué es diferente al del bautismo? Lo que dice el Vaticano
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Se trata de la primera decisión que toma el nuevo papa como jefe de la Iglesia católica, tiene una carga simbólica muy potente porque establece el tono que marcará su pontificado.
Por: Paula Ricaurte

Una de las tradiciones que acompañan la llegada de un nuevo papa tiene que ver con la elección del nombre papal. Se trata de una tradición significativa en la Iglesia católica que tiene expectantes a millones de fieles en todo el mundo.
La elección del nombre pontifical es una costumbre milenaria profundamente arraigada a la historia de la Iglesia católica. Su historia se remonta a los orígenes del cristianismo, cuando Jesús cambió el nombre del apóstol Simón por el de Pedro, el primer pontífice en la historia.
"Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia", fueron las palabras de Jesús a uno de sus apóstoles, que, en realidad, se llamaba Simón. Desde entonces, el nombre bautismal es sustituido por el pontificio para simbolizar "un segundo nacimiento" al que es llamado el obispo de Roma después de su elección.
¿Cómo se elige el nombre?

La elección del papa trae consigo una serie de obligaciones. Según Vatican News, la primera de ellas es la realización de dos preguntas que preceden luego de una votación válida: ¿aceptais tu elección canónica como Sumo Pontífice?, ¿Cómo quereis que os llamen? Si se acepta la elección, la multitud de fieles escuchará al protodiácono pronunciar estas palabras en latín que resonarán en todo el mundo: "Nuntio vobis gaudium magnum: habemus papam", que traducido al español significa "Les traigo una gran alegría: ¡tenemos al papa!".
Después de este procedimiento, viene un momento crucial con el que se cambia el nombre de nacimiento por la elección de una nueva identidad. Este es el momento en que la multitud, atraída por el humo blanco a la Plaza de San Pedro, se dispone a conocer el nombre elegido por el nuevo papa.
El nombre pontificio se pronuncia, tradicionalmente, en uno de los dos tipos de la gramática latina: genitivo o acusativo. Usualmente, este va seguido de un adjetivo numeral ordinal.
Entre los nombres más usados por los pontífices se destacan Pío, Gregorio, Juan, Benedicto, Inocencio, León y Clemente.
Motivaciones emocionales
La elección del nombre pontifical está fuertemente arraigada a motivaciones emocionales. Según Vatican News –el medio oficial de la Santa Sede–, Juan XXIII, papa elegido en 1958, escogió este nombre en honor a la parroquia donde recibió su bautismo y a las numerosas catedrales que existen alrededor del mundo con este nombre.
El papa Francisco, por su parte, eligió su nombre papal para honrar a San Francisco de Asís por su amor por la paz y la naturaleza; su cuidado por los pobres, y su enfoque en la cooperación entre distintos sectores de la iglesia.
También existen posibilidades de que el nuevo pontífice escoja un nombre compuesto. La primera vez que esto sucedió fue con Juan Pablo I, quien escogió llamarse así para honrar a sus predecesores inmediatos: Juan XXIII y Pablo VI.
Se espera que el cónclave, iniciado en la mañana del 7 de mayo, finalice en los próximos días y que pronto se conozca el nombre de quien reemplazará a Jorge Mario Bergoglio.
