Emboscada en la Casa Blanca. Por Julio Londoño Paredes

El pasado viernes 28 de febrero, Zelenski se reunió con Trump y su vicepresidente, JD Vance, en un encuentro que culminó en una acalorada discusión que fue transmitida en vivo.

Crédito: Reuters

2 Marzo 2025 03:03 am

Emboscada en la Casa Blanca. Por Julio Londoño Paredes

El excanciller Julio Londoño Paredes analiza, en exclusiva para CAMBIO, la insólita emboscada que Donald Trump le tendió a su homólogo de Ucrania.

Por: Julio Londoño Paredes

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La emboscada del presidente Trump y de su vicepresidente a Zelenski, el presidente de Ucrania, en la Casa Blanca, no tiene precedentes en la historia de Estados Unidos y le ha dado la vuelta al mundo. No solamente por el acto en sí mismo, con periodistas escogidos filmando, lo que es inamistoso y grosero, sino porque fue indicativa de un cambio de rumbo de la política norteamericana en un momento crucial del mundo actual.

La gran estrategia de Estados Unidos desde la Primera Guerra Mundial ha sido la de garantizar su seguridad mediante guerras que no se libran en su territorio. El ataque japonés a Pearl Harbor fue un capítulo especial.

Los teatros de operaciones han sido Europa en la primera y en la segunda guerra mundiales; Corea, durante la invasión de Corea del Norte, en la cual nos metieron; Vietnam, donde fueron derrotados; Afganistán, donde salieron a la estampida; Irak, en uno de los errores más colosales que incrementó el terrorismo hasta niveles nunca vistos… Pero además actúa en los cuatro puntos cardinales, donde hay tropas estadounidenses, no propiamente por razones humanitarias, sino para asegurar sus intereses.

Trump
La reunión con Zelenski indicó un "cambio de rumbo de la política norteamericana", según Londoño. Crédito: Reuters.

Trump le exige además a Ucrania que, en retribución a la ayuda que hasta ahora le ha prestado, le entregue parte de su minería. Es decir, todo lo contrario a lo que hizo después de la Segunda Guerra Mundial con Alemania y Japón, que eran Estados enemigos.

Los calificativos ofensivos y los señalamientos que hace a diestra y siniestra cada vez que habla, solo se observan en Venezuela, Nicaragua, Colombia y Argentina, en donde hace política exterior de micrófono.

Como uno de los lemas de la campaña de Trump fue el de que acabaría con las guerras en Ucrania y en el Oriente Medio , el 'síndrome de Narciso' del que padece lo conduce a todo. Naturalmente, el temido resquebrajamiento de la Otan comienza a evidenciarse con mucha claridad.

Trump, que no da puntada sin dedal, sabe muy bien que muchos norteamericanos no quieren más guerras. Están saturados de que padres, hijos, hermanos y novios mueran o resulten heridos en acciones en diferentes partes del mundo. Tampoco quieren pagar impuestos para atender conflictos lejanos o ayudar a los que los acusan y critican.

Sabe muy bien el mandatario que, en sectores en varios países europeos miembros de la Otan, se están preguntando igualmente por qué deben padecer una serie de dificultades y riegos por cuenta de la guerra.

Trump
Al parecer, Trump buscaría evitar guerras a toda costa debido a que es consciente que los norteamericanos están cansados de los conflictos. Créditos: Reuters

Naturalmente que varios de ellos, especialmente los limítrofes, temen que la mano negra de Putin se extienda en breve contra ellos, después de una eventual rendición de Ucrania. Como sucedió con Hitler en los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial. Conocen perfectamente que don Vladimir quiere constituirse en un Pedro el Grande y restaurar el imperio.

Así todos quedaríamos entre las dos superpotencias. Esa polarización se presenta también en Estados Unidos, en donde muchos apoyan esa línea.

Seguramente habrán calculado los asesores de Trump (que, entre paréntesis, todos quieren ser presidentes) que el fortalecimiento de Rusia puede poner nuevamente en la mira a Estados Unidos y que los riesgos de una confrontación resultarán más evidentes.

Será que estamos volviendo a la época de la Guerra Fría, incluyendo la funesta cacería de brujas del macartismo después de la Segunda Guerra Mundial. Ya está despidiendo a centenares de funcionarios de la administración y del Pentágono, acusándolos de haber sido cooptados por los servicios de inteligencia rusos.

La demagogia y la emboscada son malos ejemplos y, desafortunadamente, seguirán siendo seguidas por muchos.

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