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Europa enfrenta una elección crucial en medio del auge de la extrema derecha
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Más de 360 millones de ciudadanos están llamados a votar para renovar el Parlamento Europeo. Los sondeos auguran un ascenso de fuerzas políticas de ideas ultraconservadoras, nacionalistas y xenófobas. Lo que pase entre este jueves y el domingo puede tener un fuerte impacto en asuntos tan delicados como el desarrollo de la guerra en Ucrania o la catástrofe humanitaria en Gaza.
Por: Francesco Rodella
¿Qué rumbo va a tomar la Unión Europea (UE) en los próximos cinco años? La respuesta está en juego en las elecciones programadas esta semana en sus 27 Estados miembros, porque más de 360 millones de ciudadanos van a votar la futura conformación del Parlamento Europeo, uno de los dos órganos legislativos de la UE. A su vez, el Parlamento confirmará posteriormente al presidente (o presidenta) de la Comisión Europea, es decir, a la cabeza de la rama ejecutiva comunitaria.
Lo que pase en esta cita electoral determinará, pues, qué posturas tomará la UE en cuestiones claves tanto para el presente como para el futuro: las guerras en Ucrania y en Gaza, el problema cada vez más acuciante del cambio climático y la gestión de los flujos migratorios. Pero también este resultado electoral puede tener un impacto en las relaciones con América Latina. Sobre estos asuntos, además, ronda un interrogante recurrente en los debates políticos en Europa: ¿qué tan numerosa podría ser la representación parlamentaria de las corrientes de derecha radical que están tomando fuerza en el continente (y en otras partes del mundo), encarnadas en varios partidos, algunos de los cuales ya gobiernan en países como Italia, con la presidenta del Consejo de Ministros, Giorgia Meloni, y en Hungría con el primer ministro Viktor Orban? El objetivo de estas formaciones es lograr una influencia determinante en el conjunto de la UE.
Las reglas del juego
Las elecciones europeas se van a desarrollar durante cuatro días (del 6 al 9 de junio). Los ciudadanos no votarán a la vez en todas partes, sino que lo harán según lo establecido en cada país. El primer lugar en votar fue Países Bajos, donde las urnas se abrieron el jueves 6 de junio a las 7.30 a.m. El último sitio en el que se votará será Italia, donde las elecciones se realizarán el domingo 9 de junio y concluirán a las 11 p.m. hora local. Los resultados oficiales se publicarán posteriormente.
En total, se elegirán 720 diputados, repartidos entre todos los países de la UE, según criterios de proporcionalidad y tamaño de poblaciones. El que más delegados tiene es Alemania con 96, y los que menos tienen son Chipre, Luxemburgo y Malta con 6. Las normas electorales tampoco son iguales para todos: cada Estado escoge sus representantes (que se presentan bajo las siglas de sus partidos nacionales) según sus propias reglas.
Los grupos políticos en el Parlamento Europeo
Una vez elegidos, los diputados no se agrupan por país, sino por afinidad política. En cada legislatura se conforman unos grupos parlamentarios internacionales: cada partido puede adherir a un determinado grupo, u optar por formar parte de los "no inscritos". En la última legislatura (2019-2024), el grupo más grande fue el del Partido Popular Europeo (centroderecha) con 176 diputados; luego el de los Socialistas y Demócratas (centroizquierda) con 139 diputados, seguido por el de Renew Europa (liberales) con 102 diputados, el de los Verdes (ecologistas) con 72 diputados, el de los Conservadores y Reformistas (derecha radical) con 69 diputados, el de Identidad y Democracia (derecha ultrarradical) con 49 diputados y el de The Left (izquierda) con 37. En el grupo de los "no inscritos" quedaron 61 diputados.
La actual mayoría y los pronósticos
En los últimos cinco años, la mayoría estuvo en manos de grupos políticos definidos como "europeístas", pues defienden un proyecto de la Europa unida, que tiene objetivos colectivos y están ubicados en un segmento situado entre la centroderecha y la centroizquierda: los populares, los socialistas y los liberales. Esto se tradujo en que tuvieron mucho peso en las decisiones del Parlamento fuerzas políticas con amplia experiencia gubernamental, como la CDU alemana de la ex canciller Ángela Merkel, el PSOE español del actual presidente Pedro Sánchez, o La République En Marche del presidente francés Emmanuel Macron. Estos grupos políticos apoyaron la elección como presidenta de la Comisión Europea de la alemana Ursula Von der Leyen, una conservadora que también tiene simpatizantes entre algunos progresistas.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España.
Las últimas encuestas muestran, sin embargo, que el auge de varios partidos de la derecha radical, entre ellos los de la francesa Marine Le Pen (Rassemblement national), el de la italiana Meloni (Fratelli d'Italia) o los españoles de Vox, favorecería un crecimiento de su presencia en el Parlamento Europeo. Además, hay formaciones de centroderecha tradicional que estarían dispuestas a hacer pactos con ellos. En consecuencia, en el futuro, las políticas europeas podrían ser más conservadoras, nacionalistas o xenófobas, como lo son los programas electorales de estas fuerzas políticas. Y podría ocurrir que no reeligieran a Von der Leyen al frente de la Comisión, pues algunas de estas formaciones ultras están en contra de su candidatura.
Impacto de los resultados en el mundo
Hay asuntos internacionales en los que la Unión Europea, por el peso diplomático, económico o militar de sus Estados miembros, tiene un papel prominente. Los resultados de estas elecciones pueden afectar su desarrollo. Por ejemplo, entre los partidos ultraderechistas que pueden tener un buen desempeño electoral, hay algunos que defienden posiciones más cercanas a Rusia, lo cual podría conllevar cambios en la oposición casi unánime de Europa a la invasión a Ucrania, que hasta ahora se ha traducido sobre todo en una gran ayuda militar a Kiev. Otro frente es el del conflicto en Oriente Medio, en particular el de la catástrofe de Gaza: muchas formaciones políticas de la derecha europea manifiestan un respaldo más o menos abierto al gobierno israelí de Benjamin Netanyahu, que tiene en su seno una fuerte presencia de ultraconservadores. Un tema que preocupa especialmente en la izquierda es el escepticismo de varios representantes de la derecha radical respecto de las políticas contra el cambio climático: temen que ello pueda comprometer los esfuerzos que hacen, para mitigarlo, las instituciones europeas.
Efectos para América Latina
Uno de los temas de mayor envergadura, que está sobre el tapete ahora, es el de las negociaciones entre la UE y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) con miras a lograr un gran acuerdo comercial. Son conversaciones muy extensas y complejas: la incógnita es si podrían resultar afectadas por un cambio del equilibrio político en Europa. Un avance de las fuerzas de extrema derecha podría además favorecer las sinergias ya existentes entre partidos como Vox y sus socios latinoamericanos, por ejemplo, el presidente argentino Javier Milei o la senadora colombiana María Fernanda Cabal. Por otro lado, un mal resultado de los progresistas, significaría que, en Europa, los aliados de los líderes de izquierda, como el presidente Gustavo Petro o su homólogo brasileño Lula da Silva, tendrían menor peso.