Humo blanco en el Vaticano: el cónclave eligió a Robert Prevost como el papa 267 de la Iglesia católica

Luego del protocolario y misterioso proceso electoral para elegir al papa, este jueves 8 de mayo se vio salir el esperado humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina del Vaticano, lo que significa una nueva era para la Iglesia católica luego de la muerte de Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, el pasado 21 de abril. Las seis campanas de la basílica también comenzaron a repicar en señal de júbilo.

El cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunció el esperado "habemus papam" y le informó al mundo que Robert Prevost es el nuevo líder de la Iglesia católica. Su nombre papal será León XIV.

De 69 años y originario de Chicago, Prevost pasó la mayor parte de su carrera como misionero en Perú y no se convirtió en cardenal hasta 2023. Ha concedido pocas entrevistas a los medios de comunicación.

El reverendo Mark Francis, amigo de Prevost desde los años 70, le dijo a Reuters que el cardenal fue un firme defensor del papado de su predecesor, sobre todo por el compromiso del difunto pontífice con las cuestiones de justicia social.

"Siempre fue amable y cálido, y siguió siendo una voz de sentido común y de preocupaciones prácticas por el alcance de la Iglesia a los pobres", dijo Francis, que asistió al seminario con Prevost y más tarde le conoció cuando ambos vivieron en Roma en la década de 2000.

"Tenía un sentido del humor irónico, pero no era alguien que buscara el protagonismo", afirmó Francis, que dirige la provincia estadounidense de la orden religiosa de los viatorianos.

Prevost sirvió primero como obispo en Chiclayo, en el noroeste de Perú, de 2015 a 2023, y se convirtió en ciudadano peruano en 2015, por lo que tiene doble nacionalidad.

El papa Francisco lo llevó a Roma ese año para dirigir la oficina del Vaticano encargada de elegir a los sacerdotes que deben servir como obispos en todo el mundo.

Jesús León Ángeles, coordinador de un grupo católico en Chiclayo que conoce a Prevost desde 2018, lo calificó como una persona "demasiado sencilla" que se desvivía por ayudar a los demás.

¿Cómo fue el proceso para elegir al papa 267 de la Iglesia católica?

Los 133 cardenales de los cinco continentes del mundo llevaron a cabo cinco rondas de votación para finalmente dar con el nombre que consiguió dos tercios de los apoyos: Robert Prevost. En la votación de 2025 participaron cardenales de 70 países, una cifra récord, frente a los 115 de 48 nacionalidades del último cónclave, un crecimiento que refleja los esfuerzos de Francisco por ampliar el alcance global de la Iglesia.

Después del conteo y validación de votos, al cardenal Prevost se le hicieron dos preguntas que marcarán todo el resto de su vida: ¿aceptas tu elección canónica como sumo pontífice? y ¿Cómo quieres que te llamen? Luego de responder, la multitud de fieles afuera de la Capilla Sixtina y los millones de televidentes que siguen las transmisiones en directo escucharon al protodiácono francés Dominique Mamberti, pronunciar en latín: "Nuntio vobis gaudium magnum: habemus papam", que traducido al español significa "Les traigo una gran alegría: ¡tenemos al papa!". 

Siguiendo la tradición, el nuevo papa caminó por la sacristía de la Capilla Sixtina, conocida como la “habitación de las lágrimas” debido a que, en anteriores elecciones, muchos pontífices han llorado en este lugar al dimensionar la magnitud de la responsabilidad de dirigir una institución milenaria que tiene más de 1.400 millones de fieles en todo el mundo.

En esa sala estaban dispuestos tres hábitos blancos de diferentes tallas para que el nuevo pontífice elija el que mejor se le ajuste. Al reaparecer vestido de papa en la Capilla Sixtina, los cardenales le rindieron homenaje para marcar así un nuevo periodo en la historia de la Iglesia católica

Luego, el recién elegido papa se dirigió a la Capilla Paulina, donde realizó su primera oración como pontífice para pedirle a Dios orientación para su nuevo ministerio previo a su primera aparición en público.

Poco después el nuevo pontífice impartió su bendición urbi et orbi (a la ciudad y al mundo) frente a la multitud que lo esperaba con júbilo.

*Con información de Reuters.