El último llamado de auxilio de un líder campesino en Caquetá
27 Agosto 2023

El último llamado de auxilio de un líder campesino en Caquetá

Ferley Fernández Rojas fue asesinado el miérocles. Tenía 36 años y era el presidente de la Zona de Reserva Campesina de La Victoria, en San José del Fragua, Caquetá.

Crédito: Archivo particular

Ferley Fernández Rojas, presidente de la Asociación de la Zona de Reserva Campesina La Victoria, en San José del Fragua, fue asesinado saliendo de Florencia, casi en el mismo momento en que la Unidad Nacional de Protección le anunció que su estudio de seguridad había sido suspendido. El campesino dejó tres hijos, una organización de 110 familias y un minucioso dosier de denuncias sobre quiénes lo iban a matar.

Por: Alfredo Molano Jimeno

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El pasado miércoles 23 de agosto, a las 2:14 de la tarde, la Unidad Nacional de Protección notificó a Ferley Fernández Rojas que su estudio de seguridad había sido suspendido porque no se veía un nexo claro entre el riesgo que denunciaba y la actividad que él desarrollaba como presidente de la Asociación de la Zona de Reserva Campesina La Victoria. A esa hora, a Ferley ya le habían dado cinco tiros y su cuerpo había sido encontrado en un basurero en el sector de Las Heliconias, a las afueras de Florencia, Caquetá.

Ferley dejó 3 hijos, una esposa y un duelo que se extiende en las 110 familias de parceleros con los que luchaba para que el Gobierno les titulara las tierras que fueron de un narcotraficante extraditado a los Estados Unidos.

El líder campesino también dejó, en diversos despachos oficiales, la nutrida documentación de sus denuncias. Una carpeta con fotocopias, una USB y una grabación de audio realizada hace una semana en el Congreso de la República da cuenta de lo que estaba viviendo. 

“El pasado viernes 11 de agosto el señor Diego Felipe Marulanda amenazó con que ya no va a entrar a quemar más casas sino que va a hacer una masacre para que los que queden vivos cojan miedo y se retiren de las tierras, y se las desocupen para él seguir ejerciendo el dominio como antes”, dice Ferley en la denuncia que hizo la semana pasada ante distintas entidades. La grabación tiene una duración de casi una hora, en la que Ferley detalla las amenazas, hostigamientos y ataques que ha recibido la comunidad por parte de Diego Felipe Marulanda, un poderoso ganadero de la región que, según dicen los campesinos, es hijo no reconocido del narco extraditado Fernaim Rodríguez Vázquez.

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Ferley también dejó copia de la última amenaza que recibió en su celular, en la que un hombre que se identifica como de los Comandos de la Frontera le dice: 

“Señor Ferley Fernández Rojas, usted que es el integrante, representante, de los hijueputas invasores. Hermano, queremos negociar con usted por las buenas. Tenemos 80 millones para que nos desaloje esa finca. Usted sabe que eso es propiedad privada. Ustedes invadieron un terreno que no es de ustedes. Entonces negociemos por las buenas, ¿o quiere por las malas?. El patrón le está dando la oportunidad a usted de negociar y de vivir. Le vamos a dar ocho días para que giren: Los 80 millones o quiere irse al funeral. Le vamos a dar ocho días, y durante esos ocho días, señor, si usted no los sacó, y usted no negocia con nosotros, entonces, hermano, vamos a entrar dañándole todas esas casas, y ya no vamos a entrar dando tiros al aire sino tiros en la hijueputa cabeza suya. Gran hijueputa, porque usted no quiso por las buenas, quiso por las malas. Nos desaloja o se muere. Ese saludo se lo manda el patrón”.

Este audio, de casi dos minutos, es otra de las pruebas que puso en conocimiento de la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo, la Personería y la Alcaldía de San José del Fragua, el municipio donde se encuentra localizada la finca Jamaica, una tierra de 650 hectáreas, a borde de carretera, que figura a nombre del señor Amadeo de Jesús Toro Quintero. Según decía Ferley, Quintero es un hombre de bajos recursos que vive en un barrio humilde de Florencia y sirve de testaferro al narco capturado en 2013 y posteriormente enviado a los Estados Unidos.

La disputa entre los parceleros y el supuesto propietario del predio dejó rastro en la Fiscalía departamental, la Defensoría del Pueblo, la Alcaldía de San José del Fragua y hasta en la inspección de Policía del municipio.

En diciembre de 2022 se registró la primera denuncia por hostigamiento: hombres armados que se presentaban a “nombre del patrón”, entraban al predio, metían ganado, dañaban los cultivos, amenazaban a la gente y hacían disparos al aire. De lo que han vivido los parceleros desde hace 11 meses, Ferley dejó una USB con fotos, videos y audios, los cuales soportan las denuncias que interpuso ante la Fiscalía.

Pero a medida que pasan los días, las cosas se han puesto más difíciles para los campesinos. “Mire lo que pasó el 9 de mayo, cuando estando en nuestras casitas en el asentamiento, a eso de las 11:30 de la noche, ingresaron 17 hombres armados. Con fusiles, guacharacas y pistolas, y comenzaron a meterle candela a las casas. Acabaron con todo lo que teníamos, las camas, cobijas, colchonetas, los útiles escolares de los niños, rompieron la loza, desbarataron las cocinas. En total quemaron 28 casas. Con esa zozobra duramos hasta las 3 a.m., porque a esa hora, como pudimos, nos comunicamos con las autoridades. A esa hora escuchamos a los del grupo decir "abrámonos que ya viene la patrulla"”, narró en su denuncia Ferley.

Al siguiente día, los campesinos taponaron la vía para exigir atención a las autoridades. La alcaldesa de San José del Fragua llegó hasta el lugar y los parceleros le dijeron: “tenemos miedo de perder la vida, a alguno de los compañeros. La cosa esta grave. Entonces la señora se comprometió a hacer una mesa de diálogo con el señor Marulanda, la Policía, el Ejército, la Defensoría del Pueblo, y la alcaldía”, narra en su última denuncia Ferley, de 36 años recién cumplidos. El de 12 de mayo se adelantó la mesa, que dejó una serie de compromisos; pero no habían pasado 24 horas y los hombres del ganadero volvieron al predio a seguir amenazando a la gente y tumbando lo que quedó de los ranchos incendiados.

A partir de ese momento, se volvió reiterativo que al predio llegaran hombres armados, grabaran a los campesinos, hicieran tiros al aire, amenazaran al que se les pasara por al frente. En más de una ocasión, golpearon a quienes se atrevieron a contestar a sus señalamientos. Las escenas de violencia contra los campesinos se volvieron cotidianas, y las denuncias en Fiscalía no producían ningún efecto, pues, según dicen los aparceros, Marulanda tiene una fuerte influencia en la Fiscalía a través de una funcionaria muy cercana a él, y también recibe el respaldo de la Policía y el Ejército.

Ferley en la paza
Ferley Fernández en la Plaza de Bolívar de Bogotá el 18 de agosto.

Es en este contexto de disputa por una tierra, de un voluminoso dosier de denuncias judiciales de amenazas e intimidaciones, que fue asesinado Ferley Fernández Rojas, el presidente de la Zona de Reserva Campesina de la Victoria, que lideraba un proceso de solicitud para que la tierra de un conocido narcotraficante del Caquetá sea entregada en administración a familias sin tierra, tal y como lo viene prometiendo el propio presidente Gustavo Petro.

En la lista de amenazados, los siguientes son el vicepresidente de la organización, William Claros, y los abogados que han acompañado a los campesinos.

En la lista de amenazados los siguientes son el vicepresidente de la organización, William Claros, y los abogados que han acompañado a los campesinos.

En su última grabación, Ferley concluye su crónica con trágico optimismo: “Entonces vea que gracias a Dios, hasta la presente, es verdad que ha sido duro, como sufrir el daño, la quema de las casas, las amenazas. Es duro, pero gracias a Dios no ha pasado a mayores. Y lo que queremos es evitar una tragedia de aquí a mañana”.  A la larga, de nada sirvieron las denuncias de Ferley. La tragedia se consumó y sus compañeros de lucha lo lloran discretamente por miedo a ser los próximos llorados en el funeral.  

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