Así se manifiesta el cambio climático.
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El día que el sol desapareció: un encuentro personal con el cambio climático
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Cuando el cambio climático toca nuestras vidas -lo que empezará a pasar más a menudo y a más gente- la fragilidad de este planeta, el único que tenemos, se vuelve evidente.
El 31 de diciembre del 2019, estaba de vacaciones con mi familia en la costa sur de Australia, a unas tres horas de Sídney. Esa noche nos despertaron mensajes de emergencia diciendo que había incendios forestales muy cerca del pequeño pueblo donde estábamos. La playa se llenó de gente que venía escapando de los pueblos cercanos escapando del fuego, con sus carros llenos de lo que lograron recoger de sus casas, además de perros, gallinas y gatos a bordo. Al día siguiente, eran las diez de la mañana y estábamos en la oscuridad. El sol había desaparecido y todo tenía un tinte naranja, como si hiciéramos parte de una fotografía antigua. Pronto nos quedamos sin electricidad y para el dos de enero estábamos incomunicados, pues los teléfonos se habían descargado.
Ese día, mi percepción sobre el cambio climático se transformó para siempre: dejó de ser una preocupación futura que había leído en reportes científicos y en las noticias. Pasó de ser algo distante y abstracto a ser una fuerza palpable que podía oler en el humo que nos rodeaba y en las historias de la gente que encontramos en la playa.
Para profundizar
Ese verano, el fuego arrasó 17 millones de hectáreas en Australia, miles de familias perdieron sus casas, al menos 33 personas murieron y más de 3 billones de animales desaparecieron de la faz de la tierra.
Hay consenso científico de que el cambio climático, entendido como cambios a largo plazo en las condiciones climáticas de la Tierra, contribuye a eventos extremos como éste, en términos de la intensidad y la frecuencia con la que estamos experimentándolos en la últimas décadas. Sin embargo, debido a la complejidad de los sistemas climáticos, es difícil atribuir directamente la causa de éstos incendios en particular al cambio climático, pero hay evidencia científica de que éste fue la causa más probable de su intensidad.
Soy consciente que esta experiencia es ínfima comparada con la de gente en otros lugares del mundo que lo ha perdido todo, incluidos seres queridos: inundaciones en Bangladesh, pueblos completos que ahora están debajo del nivel del mar en las islas del Pacífico, pérdidas de cultivos enteros por cambios climáticos extremos en África, India, y en tantos otros sitios.
Cuando el cambio climático toca nuestras vidas -lo que empezará a pasar más a menudo y a más gente- la fragilidad de este planeta, el único que tenemos, se vuelve evidente.
También empieza a tener un sentido profundo el hecho de que todo está interconectado y un cambio aparentemente pequeño puede producir eventos catastróficos en otros lugares lejanos. Este fenómeno, también conocido como el “efecto mariposa”, es una metáfora que sugiere que el aleteo de una mariposa en Brasil puede provocar un tornado en Texas. En otras palabras, que pequeños cambios en las condiciones iniciales de un sistema pueden tener consecuencias desproporcionadamente grandes y a menudo impredecibles en el futuro.
Los efectos y causas del cambio climático han sido estudiados por décadas y hay una literatura científica gigantesca proveniente de todas partes del planeta que evidencia que el efecto mariposa es más que una metáfora útil para describir el clima global. Por ejemplo, cada vez es más claro que la deforestación del Amazonas o el derretimiento de la Antártica tiene efectos en ecosistemas al otro lado del mundo, lo que hace que la solución a este problema sea responsabilidad de todas las naciones.
Es por esto que en 1988 se creó el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que ya ha producido seis informes, el último en el 2023. Este informe es una evaluación exhaustiva de la situación actual del cambio climático y un recurso esencial para proporcionar información basada en evidencia a los responsables de la toma de decisiones. El IPCC cuenta con la participación de 195 naciones y el informe es redactado por miles de expertos de todo el mundo.
Los hallazgos claves del informe del IPCC proporcionan evidencia científica de que:
- El calentamiento global es innegable y está intrínsecamente relacionado con las actividades humanas, especialmente la emisión de gases de efecto invernadero.
- Los efectos del calentamiento global incluyen eventos climáticos extremos como olas de calor, incendios forestales, inundaciones y sequías.
- Si seguimos como vamos, sin hacer nada para mitigar las causas, vamos a crear un planeta inhabitable, al menos para los seres humanos.
Para crear el informe del IPCC, los científicos usan simulaciones creadas en un supercomputador, también conocidas como modelos climáticos, una de las herramientas más poderosas para comprender y predecir cambios extremos en el clima. Estas simulaciones utilizan ecuaciones matemáticas para representar procesos físicos, químicos y biológicos en la atmósfera, los océanos y la superficie terrestre. Los modelos climáticos son comparados con observaciones, con otros modelos climáticos, o usando predicciones de climas del pasado, para saber que tanto se acercan a la realidad.
Utilizando los modelos climáticos, los científicos pueden ejecutar diferentes escenarios para explorar cómo diferentes condiciones pueden afectar el clima; por ejemplo, saber el efecto de un aumento de 1 o 2 grados en el clima global o de emisiones futuras de gases de efecto invernadero o cambios en la actividad solar, entre otros.
Las simulaciones demuestran que cada grado en el aumento de la temperatura global importa y que la temperatura está íntimamente relacionada con el aumento de CO2 en la atmósfera: en este momento, los valores de CO2 en la a atmósfera son de aproximadamente 420 partes por millón (ppm) de CO2, comparados con los niveles preindustriales (antes del año 1750) de 280 ppm.
Si hablamos de la temperatura, en los días que vivimos, estamos a aproximadamente 1.2 ⁰C sobre los niveles pre-industriales. Ahora se sabe que un incremento de más de 1.5 ⁰C en la temperatura global por encima de los niveles pre-industriales podría provocar cambios irreversibles. El IPCC muestra que a menos que disminuyamos las emisiones a la mitad para el 2030 y que logremos que las emisiones sean igual a cero para el 2050, vamos en camino a niveles catastróficos de calentamiento global. Esto causaría eventos como el derretimiento de las láminas de hielo de Groenlandia y Antártica, lo que a su vez produciría un aumento del nivel del mar de 2-10 metros, desplazando a millones de personas.
Tomada de: https://showyourstripes.info/
Las buenas noticias son que el IPCC muestra que la solución al problema del cambio climático es posible, pues nuestra especie ya tiene las tecnologías necesarias para mitigar y adaptarse al cambio climático. El reporte también recalca que cada tonelada métrica de dióxido de carbono que impidamos entrar a la atmósfera, disminuye el impacto considerablemente.
¿Qué puede hacer cada uno de nosotros para ayudar a frenar el cambio climático?
La década del 2020 es crucial para reducir estas emisiones, limitar el calentamiento global y evitar impactos irreversibles. Esto significa que la acción climática está en manos de todos nosotros, la gente que habita este planeta en este momento.
Todos tenemos un papel para minimizar los efectos y hay muchas formas de hacerlo. Volviendo al efecto mariposa, pequeños cambios, pueden desencadenar grandes cambios.
Cambios en nuestra vida diaria, como entender qué está pasando en el planeta y convencer a otros, reciclar plásticos, evitar comer carne de animales como las vacas que requieren deforestar grandes áreas para alimentarse, usar menos energía, usar avión cuando sea completamente necesario, pueden desencadenar grandes cambios.
Para profundizar
El cambio climático es también un problema político, de justicia y de empatía, pues son las comunidades más pobres y vulnerables, las que serán afectadas primero. Está en nuestras manos fomentar cambios a nivel social por medio de la política, protestando, exigiendo a nuestros representantes o votando por gobiernos que tengan como prioridad la disminución del uso de combustibles fósiles y apoyen el desarrollo de fuentes de energía alternativas.
Y por encima de todo, saber y entender que realmente no tenemos otra opción. Si queremos un mundo en el que podamos vivir, tenemos que actuar ahora. Si por el contrario, no hacemos nada, el cambio climático, tarde o temprano afectará nuestras vidas, apagando el sol, quemando nuestras casas o desapareciendo nuestros pueblos bajo el mar. Citando al informe del IPCC: “cada acción importa, cada décima de grado importa, cada año importa, cada decisión importa”.
* Natalia Bateman Vargas es comunicadora social de ciencia en el simulador de sistemas climáticos de la Universidad Nacional de Australia.