La ONG Global Witness denunció que el vertedero de Patio Bonito sigue siendo tóxico

Aunque se presenta como una empresa líder mundial en el manejo de residuos tóxicos, ambiental y socialmente responsable con los más altos estándares de cuidado, la empresa Veolia es acusada de dar un terrible manejo a los residuos tóxicos que ha acumulado en Patio Bonito, un pueblo cercano a Barrancabermeja. 

La empresa, de origen francés, ha administrado desde 2019 el relleno, creado en 2015. Lo compró bajo la promesa de implementar tecnologías que permitieran limpiar el área y proteger a los habitantes de la zona, que enfermaban constantemente. 

Sin embargo, los mismos habitantes denuncian que, desde que llegó la empresa francesa, las cosas no han cambiado. La ONG Global Witness, dedicada a investigar y denunciar los abusos contra el medioambiente, dice que, incluso, ha habido amenazas contra quienes se manifiestan al respecto.

La historia del vertedero

El vertedero fue creado en 2015 en las cercanías de los humedales de San Silvestre, claves para el desarrollo ambiental de Patio Bonito. Esta zona era compuesta también por bosques, lagunas y ciénagas que brindaban agua, alimentos y recreación a los habitantes de la zona. 

Cuando se inició el relleno, todo esto quedó destruido. La economía, que dependía en buena medida de los recursos naturales que se podían extraer, quedó anulada. A su vez, las condiciones mínimas de vida, como el acceso al agua, dependen hoy de la llegada de carrotanques, que visitan la zona dos veces por semana. 

Las irregularidades en el vertedero han ocurrido desde su creación. En 2016, el Ministerio de Ambiente sancionó a la empresa Rediba SAS, la administradora del vertedero de entonces, por hacer una piscina de manejo de residuos líquidos por fuera del terreno autorizado y sin crear una membrana de contención. Esto causó que los líquidos se filtraran hasta el nacimiento del arroyo que proveía de agua a la población de Patio Bonito. 

Este mismo hecho llevó a que en 2017 la empresa Rediba fuera condenada por la Corte Constitucional por los daños irreparables a la comunidad de la zona, en su derecho a la vida y a la salud. No se ordenó el cierre del vertedero, pero sí se ordenó que la empresa tomara medidas de protección importantes para cuidar a la flora, a la fauna, a las fuentes hídricas y a los habitantes. 

Aún con este precedente, la empresa francesa compró el vertedero y lo ha estado operando desde 2019, con la promesa de hacer una limpieza adecuada de los materiales tóxicos, y de implementar nuevas tecnologías para cuidar del ambiente y del agua. 

Pero los ambientalistas de San Silvestre, el humedal contaminado, aseguran que Veolia continúa teniendo prácticas de contaminación inapropiadas: “El vertido orgánico del sumidero es muy pesado y está teniendo un grave impacto en esta zona protegida tan crítica", le dijo a CAMBIO Óscar Sampayo, líder de la zona. Esto se traduce en que el vertedero está rebasando sus capacidades de contención de material orgánico, lo que está llevando a que el terreno se vea sobrepasado por la basura. 

Los ambientalistas han encontrado que el agua lluvia se está mezclando con los residuos líquidos, lo que está causando que, una vez más, estos se filtren al agua que debería alimentar a la comunidad. Las aguas del humedal también han terminado contaminadas.

Ante las denuncias, la ONG Global Witness contactó a la empresa Veolia, cuyos voceros aseguraron que están haciendo todo acorde con los estándares de calidad de servicio y de seguridad ambiental: "Desde la adquisición por parte de Veolia Colombia en 2019, la situación operativa en el vertedero, amparada por la sentencia judicial de 2017, se ha normalizado sin que al día de hoy haya ninguna investigación abierta ni asuntos pendientes con las autoridades ambientales". 

Por las acusaciones que se han presentado contra la empresa, la ONG ha solicitado a la Unión Europea que sancione a empresas que, como Veolia, crean problemas ambientales en países en vías de desarrollo.