Las retroexcavadoras de Amarilo en el humedal de Chía
14 Abril 2023 05:04 am

Las retroexcavadoras de Amarilo en el humedal de Chía

Crédito: Fotos de: Amarilo

Un grupo de ambientalistas denunció que la constructora Amarilo, diseñadora de un conjunto de casas de lujo al borde del humedal La Samaria, se metió con todo al cuerpo de agua, uno de los pocos que le quedan a Chía. La constructora aseguró que fue solo para evacuar el agua de las fuertes lluvias.

Por: Maria F. Fitzgerald

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En noviembre de 2022, un grupo de ambientalistas le contó a CAMBIO que el conjunto residencial Hacienda Samaria, de la constructora Amarilo, estaba poniendo en riesgo la supervivencia del humedal La Samaria, que da contra la ronda del río Bogotá, en el municipio de Chía. 

Amarilo se defendió diciendo que su proyecto, un conjunto de viviendas de lujo, no alcanzaba a afectar el humedal ni a las especies que lo habitaban.

Cuatro meses después, los mismos ambientalistas comprobaron con videos que Amarilo se metió al humedal con sus retroexcabadoras, lo que –según ellos– no augura nada bueno para el cuerpo de agua, uno de los pocos que sobreviven en la sabana.

Los ambientalistas le han solicitado a la Corporación Autónoma Regional (CAR) y a la Alcaldía de Chía, que ordene a Amarilo detener la intervención en el humedal. Pero no han tenido éxito.

La constructora, por su parte, asegura que metió las retroexcavadoras para evacuar el agua que inundó al conjunto por las fuertes lluvias de temporada. Amarilo le dijo a CAMBIO que no ha dañado el humedal y que la única intervención ha sido sobre un cuerpo de agua artificial que será alimentado con plantas para atraer a más especies de animales. 

Para profundizar

amarilo humedal chia
Foto de Nubia Morales, ambientalista de Chía

Qué es el humedal La Samaria y por qué está en riesgo

El humedal La Samaria es uno de los pocos que sobreviven en el municipio de Chía, por lo cual su protección es vital para la conservación del medioambiente. Sobre todo, porque es el hogar de una especie en peligro de extinción: la tingua de pico verde. 

En noviembre del año pasado, CAMBIO reportó la serie de irregularidades alrededor de la construcción de este conjunto. La primera fue haber ignorado los límites reales del humedal, compuesto, según los ambientalistas, por un solo cuerpo de agua dividido en norte y sur. En 2017 la totalidad del área fue reconocida por la CAR como una zona que debía ser protegida. 

Amarilo asegura que no es así. Para la constructora, el cuerpo sur es, en realidad, un "cuerpo creado por el hombre" que, al alterarlo, no producía ningún peligro para el humedal norte, corriente natural que se conecta a la ronda del río. La constructora asegura que un estudio realizado por ellos y avalado por la CAR demuestra que en realidad el cuerpo de agua no es un humedal. Sin embargo, dicho estudio nunca se lo enviaron a CAMBIO.

La segunda tiene que ver con el extraño permiso que le concedió la CAR a la constructora para –en vista de que es un terreno fácilmente inundable– pueda verter las aguas al río Bogotá. Como verter las aguas al río Bogotá está prohibido, Amarilo se comprometió a instalar su propia planta de purificación de agua, algo que no ha sucedido con otros conjuntos de la zona. 

Las retroexcavadoras de Amarilo en el humedal de Chia
Foto de Nubia Morales, ambientalista de Chía

Para Nixon Mora, uno de los ambientalistas pertenecientes a los grupos de veeduría de Chía, esas dos concesiones son sospechosas porque contradicen cinco estudios contratados por la propia CAR que concluyeron que el humedal era un solo cuerpo de agua que debía ser protegido: “Uno no entiende por qué en este caso la constructora ha podido controvertir estudios que años atrás fueron avalados por la misma CAR”, asegura. 

Mora dice que es más que evidente la presencia de un humedal interconectado, que se manifiesta en las constantes inundaciones que vive el lugar: “Que les hayan otorgado permiso de vertimiento es muy sospechoso. Pero, además, están dejando emproblemadas a las personas que compren las casas allí, que no son económicas, pues tendrán problemas constantes de acceso por las inundaciones”.

Sin embargo, la preocupación principal de los ecologistas, agrupadas en la colectividad Voces del Río, es el impacto que la construcción tendrá sobre las especies endémicas del humedal, principalmente sobre la tingua de pico verde: "Tocar el cuerpo sur afectará inmediatamente el cuerpo norte, todo está interconectado. Y si se afecta el cuerpo norte, inmediatamente la tingua quedará sin hábitat.

Amarilo asegura que, por lo contrario, sin que se les haya solicitado hacerlo, promoverán la conservación de los dos cuerpos de agua, incluido el que, de acuerdo con ellos, es de creación humana. 

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