"Actores armados utilizan el tema de la deforestación como un arma de presión al Gobierno": Susana Muhamad, ministra de Ambiente
Crédito: Colprensa - Lina Gasca
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La jefa de la cartera ambiental habló con CAMBIO sobre las problemáticas que afronta el Gobierno en este momento: la deforestación en Chiribiquete, el proyecto de ley para prohibir el fracking, los hipopótamos de Pablo Escobar, la COP16 y otros asuntos apremiantes.
Por: Pía Wohlgemuth N.
Colombia se enfrenta a múltiples retos en materia ambiental: el fenómeno de El Niño produjo desastres en el país, pero la llegada de las lluvias y del eventual fenómeno de La Niña también es motivo de preocupación. La deforestación, la minería ilegal, los hipopótamos y la COP16 son algunos de los asuntos clave con los que, en este momento, lidian el Gobierno nacional y las autoridades ambientales.
Por ese motivo, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, habló con CAMBIO sobre estos y otros asuntos que le conciernen y que hoy están en el centro de su agenda, cada vez más importante ante la realidad climática de todo el planeta.
CAMBIO: Usted lanzó alertas sobre la temporada de huracanes que vamos a tener en junio, dijo que se van a romper récords. ¿Cuál es el balance del pronóstico? Particularmente, ¿qué tienen en las predicciones de San Andrés y Providencia?
Susana Muhamad: Tenemos una situación este año que es muy parecida a la del 2023, pero agravada por la acumulación de este efecto: durante más de 11 meses han estado calientes los océanos Atlántico y Pacífico. Hay mucha energía térmica causada por las altas temperaturas del planeta. Esto ha hecho que ahora que viene la temporada de huracanes, el Atlántico y el Caribe tengan mucha más posibilidad y energía para generar estas tormentas y huracanes. Normalmente, estas tienen repercusiones, “coletazos”, en la costa Caribe del país y en la isla de San Andrés y Providencia: tormentas tropicales, se aumenta la lluvia que puede llegar hasta influir en la región de los Andes, pero muy excepcionalmente alguno de estos ciclones o huracanes pasa cerca de nuestras costas.
Sin embargo, este año se ha visto que fenómenos que estaban más al norte han bajado a la franja tropical y por eso hay una alerta de que la temporada de huracanes va a ser fuerte, con más eventos extremos y más probabilidades de que tormentas y huracanes tengan una mayor dimensión. También puede haber una probabilidad de que se acerquen más a la costa de nuestro país.
CAMBIO: Puntualmente para el caso del archipiélago, ¿cómo ve la situación allá? ¿Qué tan parecidos son los pronósticos a los de hace unos años, cuando el huracán golpeó tan fuerte las islas?
S.M.: No puede uno predecir exactamente si se va a formar un huracán que afecte directamente a San Andrés y Providencia. Lo que vemos es el contexto general del Caribe, en el que entra esta temporada de ciclones tropicales, y en el monitoreo evaluaremos si alguna de estas tormentas se acerca a San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
CAMBIO: El proyecto de ley para prohibir el fracking en este momento está en riesgo de hundirse. Usted ha sido una de las personas abanderadas a favor de la prohibición de esta práctica. ¿Cómo ve la situación?
S.M.: Es lamentable la situación en este momento en el Congreso. Es el segundo proyecto que radicaron, no el Gobierno, sino las organizaciones sociales con la firma de 80 congresistas en agosto del año 2022. Estamos ya a dos meses de que si no se terminan los dos debates que falta aprobar, se va a hundir por vencimiento de términos.
Hicimos un trabajo muy sólido con la Comisión Quinta del Senado, duramos siete meses en el consenso de la ponencia. Luego pasó muy rápidamente en la plenaria del Senado y lleva durmiendo el sueño de los justos un año en la Comisión Quinta de Cámara. Nosotros solicitamos que se agende la discusión. El proyecto ya tiene ponentes, ya está listo para que se discuta, lo único que hay que hacer es que se agende y que la Comisión Quinta de Cámara tome una decisión con una discusión a fondo. Como una comisión que es bastante seria en sus debates, lo debe hacer de cara a las comunidades, que han luchado por más de diez años frente a este proyecto, y también a la opinión pública, y que tomen una decisión. Respetamos las decisiones del Congreso.
CAMBIO: ¿Cómo explica usted este sueño de los justos, como usted lo llama, por el que está pasando el proyecto? ¿Cree que tiene que ver con la situación actual del Gobierno con el Congreso, con la tensión que ha habido recientemente?
S.M.: No, no creo. Obviamente eso puede afectar, generar cierto clima político, pero la Comisión Quinta tiene pocos proyectos del Gobierno hasta ahora. Entonces, diría que no hay una justificación clara para que no se agende. Nosotros lucharemos por las mayorías, el Gobierno ha apoyado a las organizaciones sociales. Hay que recordar que es un proyecto de las organizaciones sociales de los territorios. Ya hay una carta de 21 congresistas pidiendo al presidente de la Comisión Quinta que agende.
CAMBIO: Le cambio de tema para que entremos a hablar de la COP16. ¿Cuáles van a ser los puntos clave con los que Colombia va a llegar, las cartas que va a presentar en este encuentro?
S.M.: Colombia, al ser anfitrión, se convertirá en la presidencia de la COP. ¿Qué es la COP? Es la conferencia sobre biodiversidad y las partes son 196 gobiernos que firmaron este acuerdo internacional para la protección de la biodiversidad en los años 90 y es la dieciseisava vez que todos los gobiernos del mundo se reúnen a analizar la situación de la biodiversidad.
¿Qué esperamos como presidencia de la COP? La presidencia influye mucho en la agenda política sobre biodiversidad durante los próximos dos años. Hemos denominado esa agenda 'Paz con la naturaleza'. Colombia quiere tener un rol internacional muy sólido en los próximos dos años, para aterrizar cambios importantes que le permitan a la sociedad reconciliarse con la naturaleza. Hoy, la forma como producimos, la forma como consumimos, no está haciendo paz con la naturaleza. Por el contrario, la destruye. También, la influencia de los conflictos armados y los derechos humanos de las personas que defienden la naturaleza está en la mitad de esta concepción de paz con la naturaleza.
De la Conferencia de las Partes en Cali esperamos cuatro cosas: primero, que se apruebe el plan de trabajo global para los pueblos étnicos, pues 80 por ciento de la biodiversidad global está en manos de pueblos indígenas y de comunidades locales. Segundo, creemos que hay una meta clara de financiación y que los compromisos de financiación para la biodiversidad estén realmente en línea con los compromisos que se hicieron hace dos años.
Tercero, vamos a evaluar cómo va el mundo en el cumplimiento de las metas de biodiversidad, pues hace dos años, por consenso de todos los países, se establecieron 23 metas globales al 2030. En Cali, los países tienen que presentar sus planes de acción y la presidencia, con toda la Convención, va a mostrar cómo vamos realmente.
Y un tema más específico, pero no menor, es si podemos tener un acuerdo global para la distribución de beneficios sobre cadenas genéticas. Cuando se hace el el mapeo del ADN de un organismo, este entra a unas bases de datos digitales y es utilizado por la industria y diferentes sectores económicos para crear productos y servicios. La pregunta es, ¿qué le queda de eso a los países que tenemos la biodiversidad?
CAMBIO: Sobre ese último punto, ¿tienen una idea de lo que les gustaría que fueran esos beneficios para un país como Colombia?
S.M.: Establecer un fondo que permita recolectar parte de lo que se gana por usar la digitalización de las cadenas genéticas y que se distribuya equitativamente entre los países de donde viene esa biodiversidad.
CAMBIO: Hace unos días se anunció la financiación a largo plazo de parte de cooperación internacional con Alemania para Chiribiquete, pero la deforestación en este parque es grande y tiene múltiples amenazas. ¿Cuál es su perspectiva en este momento sobre el parque, también en relación con los distintos esfuerzos de paz del Gobierno para proteger nuestra biodiversidad?
S.M.: Sí, tenemos una amenaza constante de lo que yo llamaría un proyecto político que quiere convertir la Amazonia en una gran pradera ganadera. A partir de allí se están invirtiendo grandes capitales de lavado de activos y de otras economías multicrimen para ese proyecto, que tiene claramente trazado hacia dónde se van sus vías, cómo deforestar, cómo generar las fincas y cómo ir generando la infraestructura, para que algún día nosotros nos resignemos y digamos “la selva amazónica ha desaparecido, esto ya es una frontera ganadera y vamos a legalizar las tierras”.
No vamos a legalizar las tierras deforestadas, por el contrario, estamos avanzando en el registro de áreas deforestadas para anotarlas en notaría de registro y que no puedan entrar en el mercado. Lo segundo que estamos haciendo es un trabajo con la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), con la Fiscalía General de la Nación para ponerle atención a estos delitos ambientales, para perseguir los capitales que generan los motores de deforestación y no perseguir al campesinado que está inmerso en esa situación conflictiva.
Lo tercero, la paz total. Hemos sido muy claros en que la naturaleza no puede empezar a ser un botín de guerra. De acuerdo al derecho internacional humanitario y el bienestar ecosistémico, la naturaleza no puede entrar en una disputa política y territorial.
CAMBIO: ¿El Gobierno está abordando estos temas con los grupos armados?
S.M.: Sí, pero ha sido una discusión difícil. En este momento ese proceso de paz total con las EMC, como lo sabe el país, tiene una fractura fuerte. Con una parte de la disidencia EMC en Cauca y Nariño hay una confrontación directa, un rompimiento del cese al fuego por decisión del presidente. En la Amazonia eso se ve reflejado en dos bloques diferentes: uno al norte, comandado por el señor Iván Mordisco y otro al sur de la Amazonia. En el norte no estamos encontrando interlocución, en el sur un poco más. Ahí uno ve como una lucecita de esperanza de poder llegar a un acuerdo territorial regional. Si hicieran la paz, ellos podrían estar incluidos en una economía forestal muy próspera con posibilidad de reconvención productiva y donde, yo creo, se puede aspirar a una paz.
La dinámica real territorial es muy conflictiva. Como ya lo denunciamos, hay amenazas a los funcionarios del Sistema Nacional Ambiental, que están trabajando con nosotros y en los proyectos amazónicos y a los liderazgos sociales. Este Gobierno logró en un año y medio algo muy importante: recuperar la confianza de las comunidades y su disposición de trabajar en una visión diferente a la región. El sector productivo de estos departamentos también ve la oportunidad y empezamos a caminar hacia esos objetivos, pero se ven fuertemente interrumpidos por la violencia de los actores armados, que creo que utilizan el tema deforestación como un arma de presión al Gobierno. Eso lo denunciamos ante los protocolos de derecho internacional humanitario.
CAMBIO: Colombia es parte del convenio sobre Diversidad Biológica y tiene unos compromisos. Hasta hace algunos días estuvo publicado el proyecto para el manejo de los hipopótamos en el país, una especie invasora. ¿Cuándo se va a expedir la resolución que define este plan y cuándo se van a empezar a tomar las medidas entre las que está contemplada la caza?
S.M.: No es la caza, lo llamamos eutanasia, porque tiene diferentes métodos. Se buscó un procedimiento de eutanasia que contara con el bienestar animal como un principio, pero con dos referentes claves: el control poblacional y salvaguardar los ecosistemas del país. Evidentemente, vamos a trabajar las estrategias al tiempo, sobre todo el tema de la translocación. Estamos procesando los comentarios que recibimos de la resolución, a los que por norma tenemos que darle respuesta. Una vez surtido el trámite y de acuerdo a lo que hayamos recibido, si hay que cambiar algo, haremos la reflexión y lo cambiaremos. Expediremos el acto administrativo, pero no hemos estado todo este año solamente en el proceso de reglamentación, sino que hemos trabajando activamente en aterrizar esas medidas, que el estudio de la Universidad Nacional, el Instituto Humboldt, nos dio los parámetros para aterrizarlas en la práctica.
CAMBIO: Usted el año pasado contó que entre algunos países interesados estaban India, México, entre otros. ¿Qué ha pasado con esas gestiones?
S.M.: Sí, esto es un proceso de comercio. Los costos están en estos privados que invertirían para llevarlos a reservas ambientales. Tenemos un proceso bastante adelantado con India, otro con Filipinas, y también con una reserva en Perú, pero estamos aterrizando, haciendo el seguimiento de los protocolos CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). Decidimos no hacer esto como un negocio privado, sino estar amparados con la otra autoridad ambiental del país de recepción.
La autoridad de México nos dijo que no había condiciones para esa importación. Los protocolos de translocación exigen ser muy responsables si queremos incluir seriamente el bienestar animal. Uno puede hacer esto de muchas formas y es un procedimiento bastante engorroso, porque es una especie muy difícil de manejar, pero estamos haciendo toda la tarea.
CAMBIO: ¿Cuándo esperaría que se empiecen ya a materializar estas translocaciones de los animales a otros países?
S.M.: Una vez estén cumplidos todos los requisitos y podamos asegurar el protocolo. Colombia está muy atenta, a veces también hay un poco de lentitud en las autoridades ambientales de otros países, estamos también haciendo visitas para ver las condiciones de recepción. Todo esto es un procedimiento para hacer este proceso responsable, nosotros estamos listos, apenas todo se cumpla podemos expedir esos permisos CITES y avanzar.
CAMBIO: Dentro de esas medidas que ustedes contemplan, la eutanasia es mucho más costosa, toma más tiempo que la caza. Algunos expertos han dicho que se podría entrenar a francotiradores para esto. Por más políticamente incorrecto que pueda sonar, los costos serían más bajos, según el mismo proyecto publicado por el ministerio. Usted no usa el término que está en el documento del ministerio, ¿por qué?
S.M.: Hay una categoría general que es la eutanasia y tiene diferentes métodos, uno puede ser la caza, un disparo directo en puntos específicos para que no cause dolor al animal. También puede ser utilizar temas químicos con un procedimiento médico. Evaluamos una serie de procedimientos de eutanasia, y contemplamos aquellos que generaban el menor dolor y sufrimiento del animal. ¿Cómo aterriza usted esas opciones? No es cualquier cosa, no es de cualquier forma. Eso incluye también parte de los costos, pero en este tema no hay ninguna salida fácil, todas tienen su complejidad.
CAMBIO: Quisiera preguntarle por lo que está pasando en La Mojana, con los sedimentos que están bajando del río Cauca y el desbordamiento…
S.M.: Es un momento complejo. Hay que que recordar que La Mojana está ecológicamente diseñada para recibir los caudales de los ríos Cauca, Magdalena y San Jorge. Con el tiempo se ha cambiado esa función regulatoria y eso es lo que genera un desastre. En este momento el rompimiento del dique Caregato genera una entrada descontrolada de agua, que no solo viene cargada de sedimentos sino también contaminada con mercurio. Llevaremos el Plan de Contingencia de la mano de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y el Sistema Nacional Ambiental, para que tengamos una preparación conjunta para lo que se viene, que es La Niña. De fondo hay que hacer un ordenamiento territorial de La Mojana, hay que generar formas productivas para convivir con los momentos de inundación y los momentos de sequía.
CAMBIO: ¿Cuáles son los temas que más le preocupan?
S.M.: Uno, la deforestación. Este año está siendo especialmente retador para consolidar un nivel nuevamente a la baja y, por el contrario, estamos viendo unos aumentos excesivos producidos por las condiciones más secas que trajo el fenómeno de El Niño, pero también la dinámica de paz total, sobre todo en la Amazonia. Y, sobre todo, la amenaza de líderes sociales que han decidido confiar en el Gobierno del cambio y con los que estamos trabajando en esa dinámica compleja de la paz total.
La otra preocupación son los impactos ambientales derivados de la situación climática extrema que está viviendo el mundo y las consecuencias de lo que puede pasar con el fenómeno de La Niña, después de que tuvimos un fenómeno de El Niño fuerte.
CAMBIO: Se ha venido hablando últimamente de que usted estaría interesada en ser candidata presidencial en 2026, ¿quiere decir algo al respecto?
S.M.: No. De verdad no llevamos ni dos años de gobierno y realmente los problemas del país no están para estar haciendo cábalas electorales del 2026, sino para concentrarnos en resolverlos.