Paola Herrera
10 Abril 2022

Paola Herrera

Luz verde a la privatización

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En Cali se está repitiendo la historia de Barranquilla con la empresa Triple A. La alcaldía dejará en manos de un privado la prestación del servicio de alumbrado público que le pertenece completamente a la ciudad y solo para favorecer a un viejo amigo: el empresario William Vélez, más conocido como “el zar de las basuras”.

La historia es la siguiente: el sistema de alumbrado público de la ciudad, por obligación constitucional, ha sido manejado siempre por el municipio, a través de las Empresas Municipales de Cali (Emcali), que es la empresa que presta también los servicios públicos en la capital vallecaucana. 

Sin embargo, Emcali entregó el alumbrado público en concesión hace 20 años a la empresa Megaproyectos, de propiedad del empresario William Vélez. Esa fue una jugada política más que técnica, ya que Emcali como empresa pública cuenta con toda la capacidad jurídica, financiera e industrial para operar el alumbrado. No obstante, el negocio se terminó en diciembre del año pasado. 

Como se acercaba el fin de ese contrato, la Alcaldía de Cali, en cabeza de Jorge Iván Ospina, presentó en diciembre de 2021, ante el Concejo de la ciudad, el proyecto de acuerdo 130 para crear una sociedad de economía mixta llamada Cali Inteligente SAS. El objetivo era que, a través de esa empresa, se controlara de manera indefinida el servicio de alumbrado público. 

En ese proyecto se establecía, además, que cualquier empresa privada que se asociara con el municipio tendría asegurados 130.000 millones de pesos al año por el contrato del alumbrado y, lo peor, sería de por vida. La propia alcaldía reconoció que es un negocio de 4,6 billones de pesos en los próximos 20 años. Es decir, un contratista privado quedándose todos los años con los recursos de la ciudad. 

La gran idea del alcalde Ospina no prosperó y se hundió en el Concejo. La razón es que hubo movilización ciudadana y los sindicatos se opusieron, alegando que Emcali tenía la capacidad de operar de manera directa el servicio de alumbrado y todos los servicios de la ciudad inteligente que planteaba la administración. 

Por esa razón, antes de terminarse el año y de vencerse la concesión a la empresa de William Vélez, Emcali abrió un proceso en tiempo récord para conseguir quien manejara el alumbrado a partir de 2022. 

Ese nuevo contrato fue adjudicado nada más y nada menos que al consorcio Cali Iluminada, integrado, entre otras, por Megaproyectos, la misma compañía del zar de las basuras, que ya explotó la concesión por 20 años. 

Como si fuera poco, el consorcio del que hace parte Megaproyectos fue el único que se presentó para ganarse ese contrato, que es por 18 meses y tiene un valor de 24.000 millones de pesos. Una licitación evidentemente amañada, con pliegos sastre, en la que solo esa empresa tenía la posibilidad de ganar. 

Pero si quedan dudas de la forma en que siempre se ha querido beneficiar al empresario Vélez con el negocio del alumbrado público y quizá con otros que podrá operar a futuro en Cali, tal como sucedió en Barranquilla, les voy a contar lo que ahora está haciendo el alcalde Ospina, quien no quedó satisfecho con el nuevo contrato por 18 meses. 

Como su idea de crear una sociedad de economía mixta para entregar indefinidamente el alumbrado público de la ciudad fracasó, pues ahora el tan inteligente alcalde desempolvó a Caligen. Se trata de una empresa creada en 1997 para apoyar actividades de Emcali, específicamente en la generación de energía, a través de una termoeléctrica. 

A pesar de esa función para la que se creó Caligen, esa compañía nunca fue usada. Era una empresa de papel, creada bajo la figura de sociedad comercial limitada, que se constituyó con un capital de solo un millón de pesos y que, incluso, puso en problemas al alcalde de ese entonces. Ese mismo alcalde, Mauricio Guzmán Cuevas, terminó siendo condenado por enriquecimiento ilícito con dineros provenientes del cartel de Cali.

Hoy, Caligen es el as bajo la manga de Jorge Iván Ospina, quien la revive para poderle cambiar la razón social, el objeto social, pasarla de Sociedad Limitada (LTDA) a SAS, y que también se modifique el término de duración de la misma. 

Esa es la solución que plantea Ospina, aunque desde muchos sectores se esperaba que la discusión girara en torno a fortalecer Emcali como empresa pública. 

Esta columna conoció que en la reunión de la Junta Directiva de Emcali, cuando la alcaldía presentó la gran idea de modificar Caligen, la justificó diciendo que “se debe permitir a las empresas de servicios públicos operar con gran eficiencia y eficacia para satisfacer demandas de los usuarios en particular (…), para lo cual el Distrito de Cali debe generar sinergias públicas y aún privadas”.

Todo eso suena muy bonito, si no fuera porque conocemos también las verdaderas intenciones del alcalde y su amigo William Vélez. La realidad no es otra que evitarse el tener que pasar por el Concejo de Cali otra vez, ya que no habría necesidad de crear una nueva empresa. Recordemos, Caligen ya está creada desde 1997. 

Pero no solamente se ahorran la aprobación para la creación de la compañía, también se están saltando la autorización para aumentar el capital de esa empresa y se evitan el debate y el desgaste que eso provocaría en plena época electoral. Muy astuto el alcalde Ospina y muy afortunado el empresario Vélez. 

Con esa empresa, la Alcaldía de Cali haría lo mismo que buscaba hacer con la sociedad de economía mixta que no le permitieron crear en 2021. La idea no es otra que controlar el alumbrado público para favorecer a privados.  

Y hay algo más grave que conocimos también. En la reunión de la junta directiva de Emcali, la alcaldía dejó claro que Caligen, como empresa filial de Emcali, podrá acometer directamente, o con el apoyo de inversionistas interesados en proyectos de ciudad, en el alumbrado público, movilidad y seguridad ciudadana, entre otros.

¿En serio, alcalde Ospina? ¿La empresa privada que se asocie o invierta o compre acciones de Caligen podrá también inmiscuirse en temas de seguridad ciudadana de Cali? 

En el caso de Barranquilla, el señor William Vélez ya tiene una parte del control de los servicios públicos de la ciudad, pero aquí le quieren entregar hasta la seguridad de los caleños. Todo mal. 

La junta finalmente aprobó el aumento del capital de Caligen, pasándolo de un millón de pesos a 5.000 millones. Esa empresa, que ahora será una SAS, tendrá una duración indefinida y seguramente empezará a buscar socios. 

Esta columna habló con el alcalde Jorge Iván Ospina, quien aseguró que es “completamente infundado” considerar que, con este proceso, se busca favorecer a un contratista en particular. 

Añadió que, precisamente, lo que se está pretendiendo hacer es que Cali retome la operación del alumbrado público, que, durante muchos años, ha sido manejado por William Vélez. Dijo que Caligen es una empresa 100 por ciento pública y que no está dentro de su agenda quitarle un proceso a una persona para dárselo a otra.

El alcalde dice que su única intención es modernizar la prestación de este servicio en Cali.

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