
Barranquilla 'caliente': la ola criminal que atemoriza a la ciudad "perfecta" de Char
El incremento de los casos de sicariato es uno de los indicadores de los graves problemas de seguridad que viven los habitantes de Barranquilla.
Crédito: Tomada de redes sociales
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Las cifras de homicidios y extorsión están por las nubes: solo en enero de 2025 se reportaron 85 asesinatos. La capital del Atlántico "parece el lejano oeste", como dijo un ciudadano. ¿Por qué se ha acentuado el problema y qué se ha dejado de hacer desde la administración de Alejandro Char, que está en su tercer periodo?

Un hombre de camiseta blanca y cachucha roja desciende ágil de la parte de atrás de una motocicleta. Ingresa al negocio por una de las puertas centrales. Son las 5:59 de la tarde del lunes 27 de enero. Seis segundos después salen despavoridos tres clientes, entre estos un pequeño que cae al piso de la mano de una mujer. Al instante, sale el sicario corriendo, quien huye por otra puerta lateral, casi resbalando sobre el andén.
Todo cambia en 10 segundos: sobre el piso quedó el joven Pablo Ríos López, quien fue asesinado ahí entre los mostradores de la tienda de su padre en el barrio El Valle. Dolorosa, pero es una escena tristemente cotidiana entre los habitantes de Barranquilla, quienes ven cómo la ciudad atraviesa una de sus peores crisis de seguridad sin que las autoridades logren hacer algo para contenerla.
El joven Ríos fue trasladado al puesto de salud del barrio La Manga, a pocos minutos de donde ocurrió el ataque a bala, pero no pudieron reanimarlo. Su muerte es uno de los 85 homicidios registrados en enero en el área metropolitana de Barranquilla, en donde, según los reportes de las mismas autoridades, están disparadas las cifras de los principales delitos como hurto a personas y homicidios.
Es febrero y en la ciudad sopla fuerte la brisa característica de este mes del año. En cada cierta esquina, el repiquetear de unos tambores alborota el ambiente y recuerdan que los carnavales están cerca. Pero el miedo de que cualquier cosa puede pasar, en cualquier momento y lugar, es una conversación constante. No es exageración: esta semana, el propio Alejandro Char, alcalde de Barranquilla, le pidió, casi que en súplica, a Deicy Jaramillo, delegada nacional para la seguridad territorial de la Fiscalía General de la Nación, que le ayudara a buscar estrategias eficaces para bajar los altos índices de criminalidad.
Enero terrorífico
En Barranquilla, hace días que la muerte no descansa, dicen algunos en la calle. Y las cifras de las autoridades les dan la razón, al detallar el incremento gradual de los casos de homicidios ocurridos en el área metropolitana en los últimos años. El 2024 cerró con 486 casos, un 30 por ciento más que los 375 de 2023, según información del Observatorio de Seguridad de la Universidad del Norte.
Y el pasado mes de enero puede verse como un indicador de lo violento que empezó el 2025. En esos primeros 30 días se registró un aumento del 25 por ciento en comparación con enero de 2024. Del total de 85 muertes violentas, 59 ocurrieron en el distrito de Barranquilla, 23 en Soledad, 1 en Malambo, 1 en Galapa y 1 en Puerto Colombia.
Ahora, si se tiene en cuenta que 77 de esas muertes fueron producidas por actos de sicariato y 4 más ocurrieron durante atracos, los hechos evidencian un problema de orden público generalizado.
De ahí que algunos veedores ciudadanos e investigadores independientes, como Arturo García, quien se dedica a hacer seguimiento a los datos sobre delitos en Barranquilla, crean que las cifras de enero son una muestra de que los esfuerzos institucionales no son suficientes. “Tuvimos las esperanzas, desde diversos círculos de la sociedad civil, que el mes de enero iba a reflejar unos resultados absolutamente diferentes”, resume García.
Entre los 77 casos de violencia sicarial, al menos siete guardan relación con el reposicionamiento de estructuras criminales en los territorios, según el veedor. Otro punto llamativo es que, del global de casos de asesinatos que van este año, nueve corresponden a mujeres.
La angustia de los ciudadanos: 'Ya parece uno el delincuente'
Los primeros mensajes llegaron al celular de ventas de su negocio hace un poco más de un año. Jhon* estaba de vacaciones con su familia en un pueblo de Boyacá cuando “comenzó el calvario”. A través de textos, audios y videos, “les pedían una colaboración” a nombre del Negro Ober, cabecilla de Los Rastrojos Costeños y uno de los criminales más temidos en Barranquilla.
“No se vayan a hacer los desentendidos porque le matamos a uno”, se le escucha decir a un hombre que, mientras habla, se graba sacándole las balas a un cartucho y las tira en un sofá, junto a dos pistolas nueve milímetros. Cuando recibió ese primer video, Jhon se devolvió a Barranquilla para solucionar la situación y calmar a sus trabajadores. Puso la denuncia en el Gaula, decidió no pagar la extorsión y tuvo acompañamiento policial por cinco días.
La situación se calmó por un tiempo breve, pero Jhon ha seguido recibiendo mensajes similares durante el último año.
“Me he hecho el pendejo, pero vivo con la prevención. No contesto números desconocidos, y tengo identificador de llamadas. Ando con miedo, parece que uno fuese el delincuente”, relató el comerciante que, hasta ahora, se ha salvado de pagar.
No es el único de su círculo cercano que ha sido extorsionado. Más de 10 amigos y familiares viven la misma situación y a muchos de ellos sí les ha tocado pagar para evitar ser asesinados, porque los criminales llegan a sus negocios, les tiran panfletos y los amenazan directamente.
Este es otro de los delitos que más atemoriza a los ciudadanos. En Barranquilla se pasó de 877 denuncias de extorsión en 2023 a 800 en 2024. Sin embargo, las mismas autoridades dicen que el miedo hace que este sea uno de los delitos con mayor subregistro, porque muchos prefieren no denunciar y, en el caso de los comerciantes, algunos eligen cerrar sus negocios.
Orlando Jiménez, presidente de la Unión Nacional de Comerciantes (Undeco), aseguró que van más de 300 tiendas cerradas por extorsión en los últimos seis años y que 15 tenderos han sido asesinados desde el año 2020.
Más que barrios y números
Aunque la gravedad de la situación no está limitada a ciertos sectores, sí hay algunos barrios que presentan mayor incidencia de delitos y donde algunos investigadores han ubicado la mayoría de los casos.
En barrios como Las Américas, 7 de Abril y Carrizal se ha venido registrando, por parte de las autoridades y medios locales, el constante accionar de distintas organizaciones ilegales. En gran medida, esta presencia está condicionada a la intención de asumir el control de las rentas ilegales, lo que implica eliminar la presencia física de quienes durante años manejaron el negocio criminal del 'narcomenudeo'.
Lo mismo ocurre en el corredor del arroyo El Salado II, que atraviesa buena parte del sector noreste de la localidad Suroccidente. Allí se concentran 14 barrios, en donde, según denuncias de la misma comunidad, los grupos delincuenciales controlan el territorio.
El barrio Rebolo, uno de los referentes históricos en el desarrollo de Barranquilla, también está dentro de los sectores de más riesgo. Allí se han reportado, al menos, seis muertes violentas en los últimos tres meses. Lo mismo pasa en La Chinita y en corredores como el conformado por los barrios La Esmeralda, Valle y Bajo Valle.
Otras zonas en donde se registran de manera seguida hechos violentos son Nueva Colombia, La Paz y Ciudad Modesto. Y un capítulo aparte merece el corredor de la Vía 40, desde el mismo sector industrial con su extensión hacia Siape, San Salvador, Las Flores y el corregimiento de La Playa, los que por su posición geográfica estratégica para la salida de embarcaciones con droga y la entrada de contrabando, son puntos apetecidos por las bandas locales.
En Soledad, el segundo municipio más poblado del área metropolitana, también hay sectores con especial alerta. Este es el caso del barrio Villa Lozano, que acumuló 4 asesinatos en el mes de enero. A este se suman otros con historia de presencia de violentos, como Normandía, Villa Katanga y Cachimbero. Otras zonas críticas, pero con menos incidencia de violencia urbana, son Costa Hermosa, Las Gaviotas y Cabica.
Factores que acentúan el problema
El análisis del arranque del año muestra que durante enero se mantuvo el promedio de tres muertes violentas por día en el área metropolitana de Barranquilla, cifra que marcó el último semestre del año 2024. Según los analistas, esto evidencia una contundente derrota de las estrategias de seguridad del alcalde Alejandro Char y sus colegas del área metropolitana.
Para Luis Fernando Trejos, profesor de la Universidad del Norte, la realidad criminal se ha vuelto un punto ciego de la administración "porque pese a los esfuerzos para disminuir los homicidios, no hay cambios en los últimos años". Y, además, hay otro problema de fondo: el crecimiento de organizaciones criminales y las estructuras trasnacionales que ahora se disputan el control de los territorios en la ciudad.
Según la alerta temprana 022 de 2023 emitida por la Defensoría del Pueblo, en Barranquilla operan las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocidas como el Clan del Golfo, una estructura que tiene presencia en más de 107 municipios del país y se dedica al tráfico de drogas. Pero también hacen presencia en la ciudad grupos que se rearmaron, como Los Rastrojos Costeños, Los Costeños y Los Pepes, que son una disidencia de Los Costeños.
Como agravante de la situación de seguridad, la Defensoría alertó de la presencia de estructuras criminales trasnacionales como el Tren de Aragua, una organización que nació en Venezuela y ahora opera en varios países de la región. También están el Cartel de los Balcanes, un grupo que exporta drogas hacia países europeos, y el Cartel de Sinaloa, que llegó a Barranquilla por relaciones comerciales y ahora tiene el control de algunos corredores cercanos al río Magdalena y al mar Caribe.
Barranquilla, la ciudad con mar y rio, como cantó el Joe Arroyo, se ha convertido en el escenario perfecto de estos grupos. Mientras tanto, “la ciudad sufre las consecuencias de las disputas entre estas organizaciones que buscan controlar los mercados, las rentas ilegales asociadas al narcotráfico y consolidar su hegemonía con las extorsiones”, como detalló Janiel Melamed, director del Observatorio de Seguridad de la Universidad del Norte.
Las mismas autoridades han revelado alianzas entre ellos para disputarse el control. Por ejemplo, las AGC y Los Pepes estarían operando en conjunto para ganarle zonas a Los Costeños. Esas peleas a gran escala quedan evidenciadas en el aumento de los índices de violencia, como lo detalla la Defensoría, porque estas estructuras estarían perpetrando masacres, desmembramientos y crímenes atroces que cada día son más comunes en la ciudad.
Uno de los caminos necesarios para enfrentar este fenómeno es lograr una articulación con el Gobierno nacional, que tiene las capacidades operativas para combatir a estructuras criminales como las AGC y las bandas transnacionales. Melamed fue enfático en decir, en ese sentido, que en ese proceso es fundamental que se fortalezcan las capacidades judiciales, “de manera especial las que están ligadas a investigación criminal y llevar más fiscales especializados en crimen organizado”.
Mientras eso no ocurra, parece que la ciudad “perfecta” que durante años vendió al país el alcalde Char, la alegre del Junior y el Gran Malecón, no será más que una engañosa máscara de carnaval que oculta las escenas tristes y dolorosas que dejan la extorsión y los asesinatos, como el del joven Pablo Ríos López en la tienda de su padre.
*Nombre cambiado para proteger su identidad.
