Danilo Rueda, comisionado de Paz: "Estamos en una etapa de acercamientos, todavía no hay una mesa de conversación"

CAMBIO: ¿Qué tan alto es el riego de que estos acercamientos con Shottas y Espartanos fracasen? 
Danilo Rueda: Sabemos que todos los procesos de construcción de la paz tienen riesgos porque aparecen saboteadores, incomprensiones, discusiones de los asuntos jurídicos, hechos aislados de violencia. Pero el país vive un momento histórico, una apuesta inédita y ambiciosa para construir una sociedad con la reducción al máximo de los grupos de violencia y de los factores que la generan. 

CAMBIO: ¿Se está trabajando en el marco jurídico que permita facilitar los procesos?
D.R.: Sí, pero, antes del marco jurídico, abrimos el escenario de la palabra, del diálogo, y, en los acercamientos con cualquier grupo, ponemos en el centro la vida de seres humanos que son blanco, nunca legítimo, de las actuaciones armadas. Partimos de ese principio, respetar la vida, que es una exigencia ética, no torturar, no desaparecer, es una exigencia y un punto de partida en todos los acercamientos. Y de ahí nacen otros principios, lograr que la vida sea digna. El proceso de conversaciones o de una mesa de negociaciones va posibilitando transformaciones visibles y concretas en la vida de las familias y los entornos en que se dan la violencia. La vida barrial, por ejemplo. 

CAMBIO: ¿Existen los recursos para este proceso en Buenaventura?
D.R.: Sí, todo se inscribe en una política de cumplir lo acordado: los acuerdos del paro cívico, si se cumplen estos acuerdos, sobre los que hay una planificación estratégica para ir dando respuesta al abandono histórico social de Buenaventura, ya estamos cimentando las bases para los jóvenes de los Shottas y los Espartanos. 

CAMBIO: Dicen que el presidente está queriendo abarcarlo todo, que es demasiado ambicioso. ¿Es esto realista? 
D.R.: Es realista porque hay una sociedad en todos esos territorios que está tomando la palabra, que está asumiendo la paz. Sería irreal si quienes padecen las violencias fueran indiferentes y no estuvieran organizándose para ser el sujeto de la paz. Sería irreal si no reconociéramos los avances que generó el acuerdo de paz de 2016, que nos deja lecciones aprendidas y el desarrollo de procesos en materia de temas como la justicia transicional, colocar en el centro la verdad y ubicar mecanismos judiciales diferentes a lo tradicional. Es decir, una cultura menos punitiva y más restauradora y transformadora. 

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Trabajamos para garantizar los derechos de los mandos de los grupos y de sus integrantes

CAMBIO: Shottas y Espartanos insisten en que, de haber un proceso, no se designe una zona de distensión, sino que ellos puedan continuar en sus barrios, inclusive armados. 
D.R.: Esos son los cambios. Estamos es una etapa de acercamientos, todavía no hay una mesa de conversación, que será la que dialogará sobre asuntos jurídicos y sociales. Trabajamos para garantizar los derechos de los mandos de los grupos y de sus integrantes y cómo vamos a definir los mecanismos de transición al estado de derecho. Los asuntos sustanciales no han comenzado a abordarse porque no estamos en esa fase. No sería pertinente hacer especulaciones de nuestra parte; si están diciendo eso, lo están diciendo a ustedes, no a nosotros. Respetamos lo que ellos piensen, pero no hemos hablado de esos temas.

CAMBIO: Las dos bandas siguen ejerciendo robos y extorsión. ¿El Gobierno ha implementado algún programa para disminuir esas actividades de las que viven esos grupos y ofrecerles oportunidades de sustento dentro de la legalidad?

D.R.: El Gobierno ya ha adelantado un diálogo con la ciudadanía de Buenaventura, con sus procesos organizativos; ese diálogo con diversas organizaciones va a ser respondido con el cumplimiento paulatino del acuerdo del paro, realista y con los recursos que hay. Además, con los programas de Gobierno como Hambre Cero y los Jóvenes de Paz. Esa es la cimentación de las bases de la paz: garantizar que los jóvenes no tengan como único presente o futuro, tener que armarse para sobrevivir.

CAMBIO: El riesgo de que cualquier acción dañe el proceso es claro.

D.R.: Insisto, todos los procesos son vulnerables. El tema de la vida no es solamente responsabilidad de los que están en armas, sino de garantizar que no les pase nada. Frente al indicio o conocimiento de una actuación contra algunos de los integrantes de estas organizaciones, hay una respuesta inmediata del Estado. Hay decisiones que se toman para evitar el riesgo en la vida e integridad. Por supuesto, da miedo fallar, lo dijo el presidente. El proceso puede acabarlo una acción equivocada, una muerte violenta, una incomprensión mediática, un titular, hay muchas formas de que esto quede en el piso. Somos conscientes de que aquí hay otros intereses más allá de los de Shottas y Espartanos.

CAMBIO: Recientemente el director del hospital fue extorsionado. Le pidieron 500 millones de pesos como “comisión” de los 5.000 millones que el Gobierno invertiría en el hospital. Al no pagarlos, su camioneta le fue secuestrada. ¿Qué hacer frente a hechos como este?
D.R.: Este fue un hecho lamentable, y ya el Gobierno se encarga del caso. Es necesario aclarar que no fueron ni los Shottas ni los Espartanos. No solo ellos controlan toda la actividad económica ilegal, y no controlan todos los barrios. Hay otras dinámicas de violencia que están y han sido tradicionales en Buenaventura, hay protección de corrupción que utilizan estructuras armadas, pero en este caso podemos afirmar que no son ellos. Todo lo construiremos con la ciudadanía, el proceso de modelos de seguridad tendrá intervención institucional. Hay aprendizajes, no estamos partiendo de cero.