Colombia y el cambio de enfoque en la “lucha contra las drogas”: ¿Qué viene ahora?

Crédito: fongbeerredhot

26 Marzo 2024

Colombia y el cambio de enfoque en la “lucha contra las drogas”: ¿Qué viene ahora?

El país lideró una declaración de 60 países en la Comisión de Estupefacientes (CND) de Naciones Unidas. La propuesta es cambiar la perspectiva punitiva y de seguridad que ha prevalecido por una mirada de derechos humanos y reducción de daños al consumo de sustancias.

Por: Redacción Cambio

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"La guerra contra las drogas se perdió": la frase es tan vieja que ya se ha vuelto un lugar común al que recurren analistas y políticos.

En 1961, la Convención Única sobre Estupefacientes propuso la prohibición de la producción, fabricación, exportación, importación, comercio, posesión o uso de drogas como la cocaína y la marihuana.

Richard Nixon comenzó una lucha frontal que aún no ha dado frutos, pues la producción y el consumo solo han incrementado: hoy el hay más de 200 millones de consumidores de drogas en el mundo. Colombia, principal productor de cocaína, ha vivido los efectos del incremento del crimen transnacional por cuenta del narcotráfico.

Por eso, el presidente Gustavo Petro propuso, desde un inicio, un cambio de enfoque en el abordaje de las sustancias psicoactivas y las problemáticas que las rodean. El mandatario celebró hace poco un acontecimiento en la Comisión de Estupefacientes (CND) que calificó como histórico: Colombia lideró una declaración de 60 países para que la lucha contra las drogas deje de ser tal y tenga una perspectiva de reducción de riesgos y daños. Así mismo, el documento pretende que el abordaje de las drogas se haga desde una visión de derechos humanos y salud pública.

Estados Unidos, Alemania, Irlanda, Dinamarca, Corea del Sur, México, Brasil, Bolivia, Ecuador y otros apoyaron la idea de Colombia de poner sobre la mesa de la CND este asunto.

Laura Gil, embajadora de Colombia en Austria y representante permanente ante las Naciones Unidas en Viena, fue la artífice diplomática para este logro y promovió mesas de trabajo con distintos países durante meses.

A propósito, la diplomática dio detalles sobre lo que hubo detrás de la iniciativa. En videos de redes sociales, dijo que Estados Unidos presentó una resolución de prevención de sobredosis, pero que para ese país “este no era un elemento fundamental”. Por eso, “Colombia organizó un bloque de países que le pidió a EE.UU. guardarla. Colombia se aseguró de conseguir los votos, Colombia fue el arquitecto del mantenimiento de la reducción de daños en esa resolución”.

¿Qué es la reducción de daños?

“Es una intervención de salud pública para minimizar los daños a la salud, mental y física del consumo recreativo de las drogas y es por eso que es un concepto tan controversial, en un escenario tan prohibicionista como Viena”, anotó Gil.

Gloria Miranda, directora de Drogas del Ministerio de Justicia, añadió en conversación con CAMBIO que el consumo de drogas nunca se va a acabar, como se quiso en 1961. Por eso, el Gobierno quiere promover una visión no prohibicionista, pero que sí busca prevenir las afectaciones que causa el consumo de sustancias.

Algo semejante dijo el canciller, Luis Gilberto Murillo, en un evento sobre derechos humanos y política global de drogas, el pasado 15 de marzo: "La prohibición y criminalización frente al consumo son conducentes a la violación de DD.HH. Porque tiene un impacto desproporcionado en comunidades pobres y tradicionalmente excluidas en sus naciones”.

¿Cuáles son los efectos prácticos?

Miranda explicó que ahora lo que viene es “llenar de contenido” esta declaración y traducirla en acciones concretas de los países. Desde ahora (marzo) hasta abril de 2025, cuando tomará lugar en Colombia la Conferencia Internacional de Reducción de Daños, los países afines trabajarán en unos elementos de política pública mínimos para la reducción de daños, que propondrán en el evento.

Por ejemplo, el acceso a medicamentos para contrarrestar las sobredosis, el testeo de drogas -por el estilo de la iniciativa privada Échele Cabeza-, las salas de consumo supervisado y “que el consumo no sea tratado desde el estigma y la criminalización, sino que sea abordado desde la salud pública pero trascendiendo a la esfera social”.

 

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