Gustavo Petro versus Iván Duque: ¿qué tanto han cambiado los nombramientos diplomáticos?

Los nombramientos en consulados y embajadas se han usado tradicionalmente en Colombia para pagar favores políticos y hasta personales. Por ello, desde la época de campaña electoral y aun antes, el hoy presidente Gustavo Petro se comprometió a que estos puestos fueran ocupados por funcionarios de carrera diplomática, como una de las promesas de cambio para su Gobierno.

Sin embargo, después de la posesión del presidente, no son pocas las personas sin experiencia diplomática alguna que ahora están liderando varias misiones diplomáticas de Colombia en el exterior.

Esta situación le ha valido al Gobierno fuertes críticas, incluso de figuras cercanas a Gustavo Petro, como el presidente de la Cámara de Representantes, David Racero. El congresista, quien fue el principal opositor a los nombramientos diplomáticos por conveniencia en la época de Iván Duque, le envió una carta al canciller Álvaro Leyva donde expresa su preocupación por los “anuncios de nombramientos de nuestro cuerpo diplomático”.

Según Racero, durante los cuatro años del gobierno de Duque, los embajadores de carrera diplomática apenas aumentaron del 22 al 30 por ciento. El compromiso del Gobierno de Petro es llegar a un mínimo del 50 por ciento, objetivo difícil de cumplir de continuar con este tipo de designaciones.

El espejo retrovisor al gobierno del ‘cambio’

Para saber si la transformación en los nombramientos diplomáticos sí ha llegado con el Gobierno de Petro o si más bien se trata de una transición tímida respecto a la administración anterior, es importante revisar los siguientes datos comparativos entre los primeros seis meses de Duque y el actual mandatario:

1. Cantidad y calidad

Según la información disponible de los actos administrativos de nombramiento de la Cancillería, en sus primeros cinco meses de Gobierno (7 de agosto de 2028 al 12 de enero de 2019) Iván Duque nombró a 16 embajadores de los cuales 15 no eran funcionarios de carrera o no tenían experiencia alguna en cargos diplomáticos. La única excepción fue Guillermo Fernández de Soto, quien a pesar de no ser funcionario de carrera tiene una amplia experiencia en política exterior.

De esos nombramientos por conveniencia y afinidad se destacan los siguientes:

• Alejandro Ordóñez: exprocurador y nombrado embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
• Francisco Santos Calderón: vicepresidente en el gobierno de Álvaro Uribe y nombrado embajador ante Estados Unidos.
• Viviane Morales: exfiscal general y nombrada embajadora en Francia.
• Ana Milena Muñoz de Gaviria: esposa del expresidente César Gaviria, nombrada embajadora en Egipto.
• Angelino Garzón: exvicepresidente de Juan Manuel Santos, apoyó a Duque en campaña y este lo nombró embajador en Costa Rica.
• Juan Camilo Valencia: hijo de Fabio Valencia Cossio, nombrado embajador en Indonesia.
• Nohora Stella Tovar: excongresista del Centro Democrático
• Felipe García: exmagistrado del CNE por el Centro Democrático. Fue nombrado embajador en Bélgica.
• Gloria Isabel Ramírez: asesora de comunicaciones de la campaña presidencial de Iván Duque, designada embajadora en Italia.

En el caso de los cónsules la tendencia fue la misma. El gobierno de Duque nombró en ese mismo periodo a diez funcionarios, de los cuales cuatro eran de carrera diplomática. La designación más llamativa de todas fue la de Pedro Agustín Valencia Laserna, hermano de la senadora Paloma Valencia, quien no tenía ninguna experiencia como diplomático y aun así fue nombrado cónsul general en Miami.

Por otro lado, en sus primeros cinco meses el Gobierno de Gustavo Petro ha nombrado a 23 embajadores de los cuales seis son de carrera diplomática, el resto corresponde a personas afines políticamente al presidente o sus aliados. Dentro de este grupo se destacan los siguientes nombres:

• Camilo Romero: exprecandidato presidencial del Partido Verde, se unió a la campaña de Petro y es el embajador actual en Argentina.
• León Freddy Muñoz: excongresista del Partido Verde, hoy es embajador de Colombia ante Nicaragua.
• Armando Benedetti: salió del Partido de la U para unirse al Pacto Histórico y asesoró a Petro en la campaña. Es el embajador en Venezuela.
• Juan Manuel Corzo: exsenador del Partido Conservador, quien dijo en 2011 que su sueldo como congresista no le alcanzaba para pagar la gasolina de su camioneta, es embajador en Paraguay desde hace un mes.
• Jorge Rojas: fue coordinador político de las campañas presidenciales de Petro en 2018 y 2022. Es embajador ante la Unión Europea.
• Eduardo Ávila Navarrete: fue gerente de la campaña presidencial de Petro el año pasado, hoy es embajador en España.
• Laura Margarita Quessep: abogada sincelejana, cercana a la primera dama, Verónica Alcocer, es la embajadora en Italia. En noviembre de 2022, su hermano Jorge Quessep fue nombrado por Cielo Rusinque director regional del Departamento de Prosperidad Social en Sucre.
• Moisés Ninco Daza: comunnity mánager sin título profesional que fue nombrado embajador en México por Petro.
• Andrés Hernández: trabajó como jefe de prensa del presidente en su época reciente como senador. Acompaña a Ninco como cónsul general en México.

Además, este Gobierno ha nombrado 13 cónsules de los cuales seis son de carrera diplomática y el resto no tiene experiencia relacionada. Aquí se destacan los nombramientos del general retirado William Salamanca (que hizo parte del equipo de empalme de Petro) como cónsul en Miami, y Sebastián Guanumen, exasesor de comunicaciones de la campaña electoral del presidente, quien es ahora cónsul en Santiago de Chile.

2. Prioridades geoestratégicas

El orden y tipo de nombramientos que han hecho ambos gobiernos en sus primeros cinco meses de trabajo también marcan sus prioridades de política exterior en el mundo. Los primeros nombramientos diplomáticos de Duque fueron los de Francisco Santos, como embajador en Estados Unidos, y el de Alejandro Ordóñez ante la OEA.

Por su parte, Petro nombró en el primer mes de su mandato a Armando Benedetti como embajador en Venezuela y Luis Gilberto Murillo como embajador en Estados Unidos, cuidando la confianza del aliado estadounidense en su persona y restableciendo la diplomacia con el país bolivariano, clave para la economía y la paz total.

De las 78 designaciones que ha hecho el Gobierno de Petro en el exterior, contando embajadores, cónsules, vicecónsules y ministros plenipotenciarios, 35 han sido en países de América, principalmente Estados Unidos con diez nombramientos, seguido de Venezuela con ocho.

Otros 28 nuevos funcionarios han sido nombrados en las misiones diplomáticas en Europa, de los cuales diez están en España, uno de los países aliados más importantes para Gustavo Petro por su afinidad con Pedro Sánchez, jefe del Gobierno y por la cantidad de colombianos residentes en ese país. Le siguen Francia y Alemania con tres cada uno.

Asia, África y Oceanía siguen estando relegados con apenas solo seis nombramientos en Israel, Malasia, Singapur, Egipto, Kenia y Nueva Zelanda.

En el caso de Duque, la distribución entre continentes de las designaciones es casi idéntica a las de Petro, pues la prioridad también estuvo en América, con Estados Unidos en primer lugar, seguido de Europa. La diferencia es que en el gobierno anterior se hicieron 51 nombramientos diplomáticos en el exterior en los primeros cinco meses, 27 menos que los que lleva la actual administración.

3. La deuda pendiente

De las 64 embajadas que tiene Colombia en el mundo, hasta el momento solo en el 37 por ciento de ellas se ha nombrado embajador nuevo. De esas 23 designaciones, solo seis corresponden a funcionarios de carrera, apenas un 3 por ciento. El 63 por ciento restante del total de embajadores siguen siendo funcionarios de la época de Iván Duque en propiedad o en encargo.

Según el sindicato de la Cancillería, a corte de diciembre de 2022, el 31 por ciento del total de embajadores de Colombia en otros países y ante organismos multilaterales son de carrera diplomática (apenas 1 por ciento más comparado con el balance de la administración Duque) , a diferencia de otros países como Brasil, Perú y Uruguay, en donde este porcentaje asciende al 90 por ciento.

Por lo tanto, aunque es cierto que no todos los embajadores tienen que venir de la carrera diplomática al necesitarse también funcionarios que propicien negociaciones políticas con otros países, la deuda del Gobierno de Petro sigue pendiente y debe desmarcarse de las prácticas de gobiernos anteriores.