La mala hora que padece el Pacto Histórico
2 Octubre 2024 04:10 pm

La mala hora que padece el Pacto Histórico

María Fernanda Carrascal, Gustavo Bolívar, María José Pizarro y David Racero.

Crédito: Colprensa

Mientras María José Pizarro y Gustavo Bolívar se enfrentan en público, David Racero es objeto de investigaciones y María Fernanda Carrascal de críticas. ¿Cómo afecta esto al proyecto del presidente Petro?

Por: Armando Neira

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El Pacto Histórico vive una paradoja. Por una parte, los líderes de los movimientos que lo conforman trabajan juntos en el propósito de convertirse en un partido único para tener una estructura más robusta que compita en las elecciones de 2026, y por la otra, algunas de sus figuras más notables libran una confrontación pública que amenaza con una fractura de consecuencias imprevisibles.

Además, otros son objeto de críticas y, aún más grave, de investigaciones por posibles delitos. Esto sucede a solo 22 meses de que Petro deje el poder y a meses de iniciar la campaña tanto para las presidenciales como para las parlamentarias.

Al igual que Álvaro Uribe, Petro construyó una estructura política alrededor de su figura. En 2022, como el expresidente, él decidió quién iba en las listas al Senado y a la Cámara, y en qué posición.

El culto al líder, a una figura

Durante la campaña, en las vallas de las calles estaba el rostro de Petro invitando a los electores a votar por él y por los aspirantes a las corporaciones, como lo hacía Uribe con su mano firme y corazón grande.

El problema surgió al iniciar el trabajo legislativo, cuando quedó en evidencia que muy pocos de los nuevos parlamentarios estaban preparados para llevar a cabos unas reformas estructurales como se planteó en el programa de campaña.

Militantes del Pacto Histórico

En las primeras semanas, esto fue un problema marginal porque la voz cantante la llevaban los senadores Roy Barreras, Gustavo Bolívar, Alexander López y César Pachón. Con su autoridad, ellos eclipsaron las deficiencias en buena parte de las curules.

Con la pérdida de investidura decidida por el Consejo de Estado por doble militancia en unos casos, o el abandono de la curul como lo hizo Bolívar en su fracasado intento de llegar a la alcaldía de Bogotá, el Pacto empezó a desdibujarse.

No solo porque en el Congreso carecía del músculo suficiente para sacar adelante las reformas sociales que el presidente Petro exigía para cumplir a sus electores, sino porque la inexperiencia de los nuevos parlamentarios dificultaba aún más la labor.

El desafío de defender las reformas

Era evidente que, por ejemplo, el actor y presentador de televisión Agmeth Escaf no tenía el bagaje para impulsar la reforma a la salud en la Cámara.

Mientras tanto, a Susana Boreal se le consultaba más por sus relaciones de pareja en la UTL que por los proyectos de ley y el senador Alex Flórez ganaba protagonismo por agredir borracho a unos agentes de policía que no le permitieron entrar a una mujer en un hotel en Cartagena.

En ese camino, además el presidente puso fin a la coalición de gobierno porque lo que su margen de manejo de la agenda en el Congreso se redujo.

Ahora, cuando ya no solo está en juego el tránsito de las reformas sociales en el Parlamento, sino que se avecina la campaña electoral, vuelven a soplar vientos de crisis en el Pacto Histórico.

La pelea pública entre la congresista María José Pizarro y el ahora director del Departamento de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, abre una herida difícil de cicatrizar.

“Ella lo sabe. Algún día lo contaré en un libro. Ahorita no voy a dañar esa relación más de lo que está. Pero yo no trabajo con personas que no son buenos seres humanos”, añadió el excandidato a la Alcaldía de Bogotá.

Las heridas abiertas en la carrera a la presidencia

¿Cómo recomponer la imagen de una aspirante a tan poco tiempo del inicio de la campaña con semejante carga de profundidad proveniente de uno de los hombres más cercanos al presidente Petro? En política, el fuego amigo deja heridas abiertas difíciles de cicatrizar.

Las declaraciones de Bolívar en CAMBIO se hicieron públicas el mismo domingo, también en este portal, cuando en su columna el periodista Daniel Coronell reveló conversaciones de WhatsApp del representante con algunos miembros de su equipo. A una de ellas, al parecer, estaría pidiéndole parte de su salario, y a otro lo habría puesto a realizar tareas ajenas a sus funciones.

Racero, por su parte, respondió: “Yo mismo pediré a la Procuraduría que inicie una investigación en torno a los mensajes que Daniel Coronell publica en el día de hoy. Todo debe esclarecerse para que no haya la más mínima duda sobre algún tipo de irregularidad o ilegalidad. Haré lo propio ante la Corte Suprema”.

Y así fue, pero mientras que él pedía que se abrieran las investigaciones formales, Coronell ha hecho nuevas revelaciones que dejan más mantos de duda sobre las actividades de Racero, quien fue presidente de la Cámara y se erigía como una de las figuras del Pacto.

Militantes del Pacto Histórico

"Si pesaran indicios similares contra un congresista de la derecha, les aseguro que David Racero pediría que sus actuaciones fueran revisadas por la justicia. El rasero no puede ser distinto", escribió en su columna Coronell.

En paralelo, la congresista María Fernanda Carrascal ha sido objeto de severos cuestionamientos por parte de la oposición por su desconocimiento de los tipos de contratos de trabajo, siendo ella la ponente de la reforma laboral.

En el Pacto son conscientes de que el proceso de aprendizaje ha sido duro para un sector político que nunca había gobernado.

De hecho, la senadora Isabel Cristina Zuleta cree que se debe revivir la figura de la reelección presidencial, porque con Petro en competencia sí se podría soñar con continuar en el poder, al menos, cuatro años más.

Sin embargo, ella no ha conseguido ni un solo voto en este propósito, lo que muestra la vulnerabilidad de un movimiento que fue electo como opción de cambio.

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, serán los electores en las urnas quienes sentenciarán si merecen continuar o no. 
 

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