“Los niños no tuvieron miedo a la selva, pero sí tuvieron miedo a la gente”

A través de un comunicado, el director del Hospital Militar, el coronel Ricardo Hoyos, dio a conocer los procedimientos médicos con los que están siendo atendidos los menores Lesly y Soleiny Jacobombaire Mucutuy, y Tien y Cristin Ranoque Mucutuy.

Inicialmente se están atendiendo las deficiencias nutricionales y de hidratación, pero también están recibiendo apoyo psicológico. El equipo médico, en conjunto con funcionarios del ICBF y familiares, están trabajando de manera coordinada para que los niños recuperen su estabilidad física y emocional.

Fidencio Valencia, tío abuelo de los niños, dijo que los pequeños se encuentran en buen estado y que la selva fue buena con ellos, que no fueron atacados por animales y que lograron sobrevivir en buenas condiciones. Valencia dijo que los niños no le tuvieron miedo a la selva, pero sí a la gente. Con esas palabras describió cómo los cuatro niños se habrían sentido seguros en medio de la naturaleza, pero que sí estuvieron en algún momento nerviosos por los ruidos emitidos por los cuerpos de búsqueda, a los que no estaban acostumbrados.

Henry Guerrero, quien lideró una parte del grupo de indígenas que buscó a los niños, fue el encargado de avisarles a los familiares que los habían encontrado. Guerrero le contó a CAMBIO que cuando encontraron la avioneta con los tres cadáveres de los adultos les sorprendió no haber encontrado rastro de los niños. Sospecharon que estaban vivos porque encontraron sus maletas afuera de la aeronave: “Ellos sacaron de las maletas su ropita, la toallita”, dijo Guerrero.

Lesly, la hermana mayor, tomó una serie de decisiones que le ayudaron a preservar su vida y la de sus hermanos. Entre ellas fue escoger muy inteligentemente qué objetos llevaría consigo para adentrarse en la selva “se llevó tres celulares, una linterna, una cajita donde escuchaban música y mosquiteros”.

Los niños también se habrían llevado una brújula de la aeronave: “Ellos se llevaron una brújula de la avioneta y eso pesaba, yo no sé para qué la cargaban”.

Curiosamente los niños no se habrían llevado una lata de sardinas, que fue encontrada sin abrir por los rescatistas al lado de la aeronave.

El guía indígena asegura que la mamá de los pequeños estuvo viva varios días y que no pudo salir de la aeronave. Ella también le habría dado recomendaciones a Lesly de cómo proteger a sus hermanitos.

Con un pequeño envase de gaseosa recogieron agua de los caños en la selva. Los frutos amazónicos fueron los alimentos con los que lograron mantenerse con energía.

Guerrero le dijo a CAMBIO que los rituales y las prácticas espirituales fueron parte esencial en este operativo de búsqueda. 25 días después de que los niños no aparecieran, uno de los mayores decidió hacer tomas de yagé. Una de ellas fue hecha por Manuel Ranoque, padre de los dos niños menores, la cual no habría arrojado luces sobre el estado de los menores. Otra, hecha por un mayor de la comunidad, sí dio certeza de que los niños estaban vivos.

También se refirió a Wilson, el perro comando que está desaparecido desde la semana pasada. Dijo que uno de los mayores de la comunidad tiene la certeza de que está vivo y que su encuentro se dará esta semana. Si eso no ocurre, la comunidad realizará otras ceremonias espirituales. Guerrero tiene la convicción de que esto será suficiente para que Wilson vuelva de la selva.