¿Quién asume la responsabilidad política por la violencia que azota al Catatumbo?
21 Enero 2025 06:01 am

¿Quién asume la responsabilidad política por la violencia que azota al Catatumbo?

Iván Velásquez, ministro de Defensa; Gustavo Petro, presidente de la República.

Crédito: Colprensa-Presidencia

Hay cadáveres sin recoger porque el Estado no ha podido controlar un territorio del que se han desplazado 15.000 personas y donde han muerto 80 personas en solo tres días. El Ejército ha tenido que resguardar en sus guarniciones militares a firmantes de paz para que el ELN no los mate. ¿Tendrá alguna consecuencia semejante tragedia?

Por: Armando Neira

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En las últimas horas se han vuelto virales dos videos protagonizados por Gustavo Petro, entonces candidato a la presidencia e implacable opositor al gobierno. En uno de ellos, afirma que, de ser electo, hará la paz; si no lo logra, pide que lo “tumben”. Y agrega: “Es más, yo mismo renuncio” por incapaz.

“La crisis humanitaria que estamos viviendo es la más grande que ha tenido el Catatumbo en su historia”, sentencia la defensora del Pueblo, Iris Marín, al valorar lo ocurrido en los últimos cinco días en esta región del país.

Hasta ahora se han realizado una treintena de necropsias, aunque se estima que el número de víctimas mortales podría ascender a 80. De hecho, hay denuncias de que algunos de los cadáveres llevan varios días sin recoger, pues las autoridades no han podido recuperar el control del territorio, del que han huido 15.000 personas.

Éxodo en Catatumbo

En estas circunstancias, ¿quién asume la responsabilidad política? ¿Por qué semejante situación ha sido valorada por algunos funcionarios como si se tratara de una dificultad más de la vida de los colombianos? ¿Por qué en Colombia casi nunca se asume la responsabilidad política y, si en este caso ocurriera, qué debería pasar?

Cuando aún se evalúa quién y cómo debe responder un presunto responsable, el presidente Petro declaró el estado de conmoción interior en Colombia. “Se declara el estado de conmoción interior y el estado de emergencia económica. Espero del poder judicial su apoyo. El copamiento militar siempre se desarrollará con la transformación económica de las regiones bajo violencia”, dijo Petro.

Es decir, el presidente ni siquiera ha recurrido a las facultades ordinarias para solucionar la crisis en el Catatumbo y ahora abre un debate adicional. Los críticos del mandatario consideran que tiró el balón hacia adelante y pone al país en otro nivel de discusión, sin resolver el problema de la violencia en la región, y eludiendo la cuestión: ¿falló gravemente su gobierno al no tener una política de seguridad sólida?

De hecho, es previsible que el debate ahora se desplace hacia un asunto difícil de conectar: por un lado, la razón por la cual el ELN asesina de esa manera a las personas; por otro, cómo afectará a los ciudadanos en su economía cuando se oficialice la figura contemplada en el artículo 213 de la Constitución Política de 1991. Y así se van los días. De discusión en discusión.

“La principal variable es que no hay herramientas jurídicas para poder establecer la corresponsabilidad que deben tener los funcionarios públicos en relación con sus funciones y su gestión. Ese seguimiento, vigilancia y control comúnmente son ignorados por los órganos de control, que terminan siendo nombrados por ternas acomodadas o influenciadas por el presidente de turno”, explica Carlos Arias, docente de la Universidad Javeriana.

Un problema tapa otro problema

Para el catedrático, la sanción social se demora o se vuelve cada vez más compleja. ¿Por qué? Porque la mediatización de la información y la multiplicidad de mensajes y hechos políticos que se suceden en la opinión y en la agenda públicas hace que la gente pierda de vista las responsabilidades y la gravedad de los hechos.

Éxodo en Catatumbo

En este también– estremecedor caso, las madres han dedicado gran parte de sus vidas a buscar los restos de sus hijos. Ante la aparición de unos restos, el país entró en una confrontación con una intensidad política que ha eclipsado lo que está pasando en el Catatumbo. El debate es entre quienes creen que esos cuerpos hallados sí corresponden a víctimas del paramilitarismo y quienes no.

Éxodo en Catatumbo

Para este experto de la comunicación política, esto incluso está ocurriendo porque desde la izquierda se impone un relato en aquellas situaciones que, si bien son de trascendencia, no corresponden a la coyuntura de un tema que se necesita resolver con urgencia. Con esta dinámica, se protege a los responsables de lo que pasa en el Catatumbo. Al fin y al cabo, ya vendrá otra dolorosa situación que a su vez será opacada por otra.

De la indignación coyuntural a las urnas

De cualquier manera, Luis Trejos, profesor de la Universidad del Norte, afirma que, más allá de la indignación coyuntural, en Colombia es muy difícil lograr algo más que una sanción social contra políticos o funcionarios que, por acción u omisión, causen afectaciones institucionales, económicas o humanitarias. 

En cierta forma, se apela más a la sanción institucional (penal o disciplinaria), que es tardía, o se espera el periodo electoral para 'castigar'.

Para este analista, en Colombia la 'ética pública' se asume más como una cuestión filosófica que práctica, lo que perpetúa la ineficiencia administrativa.

El analista Víctor Solano recuerda que en Colombia “prácticamente nunca ha operado la responsabilidad política. No lo ha hecho en ninguno de los grandes escándalos, como el Proceso 8000, y eso, por supuesto, ha dejado una cadena de precedentes muy graves en los que incumplir con la responsabilidad política se convirtió en norma”.

Éxodo en Catatumbo

Para este experto en la actividad política, “claro que debería haber una responsabilidad política en este caso, por parte de las autoridades cívico-militares regionales y del orden nacional. Las regiones reciben las consecuencias de las decisiones políticas del alto gobierno”.

¿Y dónde está el Congreso?

El analista Pedro Viveros, por su parte, asegura que “en política siempre hay responsables. Lo son por efecto quienes la asumen o por defecto quienes la rehúyen. Pero en todos los casos hay responsables por decisiones públicas en el ejercicio del poder político”.

Para Viveros, en acontecimientos como el del Catatumbo debería operar la oposición en el Congreso para debatir las causas y los efectos del mal manejo de la situación en esta zona fronteriza con Venezuela. De no haber esa actitud de los congresistas opositores al Gobierno, siempre quedará el castigo o el reconocimiento que otorga el voto.

El mejor medidor de la responsabilidad son las elecciones, y en las que vienen veremos si con las votaciones el país encuentra responsables políticos de estos hechos que deterioran la vida de los colombianos por la falta de seriedad de los funcionarios del actual Gobierno”, dice.

Todo esto, sin embargo, no es un asunto menor. La responsabilidad política tiene sus propias características que deben asumir los altos funcionarios por el enorme compromiso que contraen con el Estado y con la sociedad. Aunque no hayan incurrido en delitos o faltas disciplinarias, se asume la responsabilidad política cuando se dirige una institución en la que el Estado o la colectividad tienen gran interés.

En el caso del Catatumbo, ¿quién es el responsable? En la línea de mando hay dos personas: el presidente Gustavo Petro, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y el ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien tiene a su cargo el manejo de los 400.000 hombres y mujeres que componen el sector defensa para proteger la vida de los colombianos.

¿Debe renunciar el ministro de Defensa?

“Sin duda alguna, Colombia está sin ministro de Defensa. El señor Iván Velásquez debe renunciar de manera inmediata. ¿Se imaginan en otro gobierno cómo estarían de indignados los progresistas, actores, activistas?... ¿dónde están, por qué tanto silencio cómplice?”, dice el representante Juan Espinal, del opositor Centro Democrático (CD).

Éxodo en Catatumbo

En la misma línea, el representante Hernán Cadavid, también del CD, recuerda que el Gobierno dejó de atender una alerta temprana de la Defensoría del Pueblo, de noviembre de 2024, que en una crónica de una muerte anunciada decía lo que podía pasar en el Catatumbo. “¿Por qué el Gobierno no atendió la alerta temprana sobre el Catatumbo? ¡Habría evitado 80 muertes y más de 5.000 desplazados!”, exclama.

Precisamente, la senadora y ahora aspirante presidencial María Fernanda Cabal considera que el ministro debe renunciar porque, en dos años, "lo único que ha hecho es debilitar la fuerza pública y permitir que los terroristas hagan lo que les viene en gana”.

Velásquez, por su parte, negó que esté pensando en renunciar. “No, no lo he considerado. Creo que, con lo que se viene logrando en el incremento de capacidades de las Fuerzas Militares y en el diseño de estrategias para tener un control efectivo del territorio se puede avanzar y dar una respuesta. Lo que necesitamos es dar una respuesta concreta y clara a nuestra población”.

'No soy responsable. Yo no lo crié'

No es la primera vez que en el gobierno del presidente Petro se discute si debe asumir la responsabilidad política. Hace unos meses, la discusión pública pasó por un interrogante: ¿tiene el presidente Petro una responsabilidad política en el caso de su hijo Nicolás, señalado de presuntos tratos con figuras oscuras que le habrían entregado dinero para financiar la campaña del Pacto Histórico en 2022?

En una entrevista con CAMBIO, Petro zanjó: “Él (Nicolás) se crió en Córdoba. Estudió allá. Hizo su universidad. Realmente nunca tuvimos la oportunidad de convivir. No lo crié: esa es la realidad”.

Lo ocurrido con el Catatumbo también refleja las dificultades de los gobiernos para hallar soluciones a los múltiples problemas que sacuden a Colombia. El presidente Petro se enfrenta ahora a un reto gigantesco. Al principio de su mandato invitó a todos los grupos armados a negociar ceses al fuego y procesos de paz. Hoy, ninguno de esos grupos está dispuesto a dejar las armas. Y menos ahora, cuando se confirma que muchos de los firmantes de paz que las dejaron y creyeron en la palabra del Estado son objeto de implacable cacería por parte del ELN.

En conclusión, la guerra continuará. Es posible que se multipliquen las acciones de violencia y la paz total bandera principal para su cuatrienio termine hecha pedazos Y solo hasta 2026 serán los electores quienes, con su voto, juzgarán si es o no responsable político de lo que ocurre hoy en el Catatumbo.

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