
Gustavo Petro: de cómo expandir el virus de las 'fake news' por las estrellas del universo
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La cuenta de X del presidente de cualquier país debería ser un canal de comunicación rigurosa, verificada y chequeada. Sin embargo, en la de Gustavo Petro se pueden rastrear decenas de noticias falsas en dos años de mandato, tanto que hasta la información verídica que comparte se pone bajo sospecha. ¿Qué tanto golpean al mandatario sus arrebatos tuiteros?

El pasado 29 de octubre la escritora Laura Restrepo se enteró de que había muerto. Y lo hizo porque en su cuenta oficial, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, escribió: “Una gran escritora de Colombia. QEPD”. Amigos, familiares y seguidores de Restrepo, sorprendidos, no daban crédito a la noticia. Justo cuando el desconcierto aumentaba, apareció otro trino presidencial en forma de mea culpa: “Que alegría, al igual que Claudia Palacios, caí en un fake news”.
Este es apenas uno de los anzuelos que ha mordido el presidente en los últimos dos años. Con cada error, su credibilidad, al menos en redes sociales, se resquebraja. A tal punto, que cada trino de su cuenta se revisa con lupa y genera más incertidumbres que certezas.
Incluso trinos veraces se toman, como dice el refrán, “con beneficio de inventario”. Así ocurrió el pasado jueves 14 de noviembre, cuando Petro trinó una foto de las casas que se han entregado en Unguía, Chocó. De inmediato, muchos usuarios aseguraron que la imagen era de un portal de alquiler de cabañas. No era así. El presidente estaba en lo cierto y, para demostrarlo, tuvo que escribir nuevos trinos, acompañado por videos, que le daban la razón.
Aunque varios de estos errores se convierten en simples anécdotas que alimentan las burlas de sus opositores, otros han tenido graves consecuencias en la realidad. Al fin de cuentas, las comunicaciones de los presidentes son un asunto de Estado.
Uno de los trinos que más le costó a Petro fue el que escribió el 31 de diciembre de 2022, cuando el país se preparaba para recibir el año nuevo. Como un profeta de la paz, el mandatario anunció el cese al fuego, no con uno, sino con cinco grupos armados. La noticia, que prometía darle forma a la paz total, resultó en un enredo político. Hasta los propios alzados en armas, extrañados, se apuraron a desmentirlo. Uno de ellos, el ELN, escribió: “Aún no existe ningún acuerdo”.
Una salida en falso de esas proporciones habría sido suficiente para que cualquier funcionario lo pensara dos y tres veces antes de trinar. Sin embargo, con Petro no fue así. El presidente, obstinado, siguió adelante en una cruzada para reconfirmar lo que él quiere creer, aunque no sea cierto. Tanto es así que los pilares de su Gobierno no han estado a salvo de la desinformación.
En un afán por defender las banderas de su campaña, Petro ha puesto las mismas cáscaras en las que se ha resbalado ante millones de usuarios en X. Por ejemplo, en febrero de 2023, publicó fotos de un hospital en ruinas. “Este es el estado de los hospitales en los municipios excluídos (sic) de Antioquia”, escribió el mandatario. Segundos después le mostraron su error; el hospital no tenía nada de antioqueño y sí mucho de venezolano. La foto correspondía al Hospital José María Vargas, en Caracas, a donde será difícil que llegue la reforma a la salud.
Otra de sus banderas ha sido la descarbonización de la economía. Como candidato, Petro anunció que Colombia no podía seguir dependiendo del petróleo y, en cambio, debía apostarle al turismo y a potenciar el agro con productos como el aguacate. Queriendo cosechar ese nuevo oro verde sin haberlo sembrado, sacó pecho, incluso aludiendo al pasado violento de la región de los Montes de María. Lo hizo con un trino tan desafortunado como estigmatizante: “En los montes de Maria (sic) ahora sale aguacate, antes sacaban era cadáveres”
Las imágenes no eran de esa región del Caribe colombiano, ni siquiera del norte del continente. El video correspondía al de una empresa agrícola de Brasil, publicado cuatro meses antes. Advirtiendo el error, X calificó el trino de Petro como engañoso e incluyó el origen real de las imágenes.

La ensalada de desatinos demuestra que la prioridad para el presidente antes de la credibilidad de la fuente es que sea funcional a su discurso. Por eso, buena parte de sus errores provienen de replicar lo que publican cuentas falsas o engañosas.
Así ocurrió con las marchas del primero de mayo. Petro viajó al pasado para reencauchar unas fotos de una marcha en Cali de 2021 y hacerlas pasar por unas tomadas en Pasto en 2024. Ese mismo día de su maratón tuitero, el presidente sacó pecho por un video de una multitud en Medellín que, según él, era la muestra del “pueblo al poder”. Como en un espejismo del Quijote, el video era todo lo contrario: una marcha en contra del Gobierno de abril de este año. Su jornada de desatinos no paró ahí. Más tarde, replicó un trino de una cuenta parodia del presidente palestino Mahmud Abás, quien supuestamente estaba agradecido con Petro. El mensaje terminaba así: “Viva Colombia, viva Shakira”.
Al “chiviado” Abás se le sumó el último nobel de Economía, James Robinson. Petro, Laura Sarabia y el canciller Luis Gilberto Murillo replicaron el supuesto mensaje de Robinson respaldando las políticas económicas del Gobierno colombiano. La cuenta que publicó el mensaje era falsa y fue creada por Tomasso de Benedetti, el mismo que difundió la falsa noticia de la muerte de Laura Restrepo. Cero y van dos.
En el historial de “perlas” presidenciales, figura el día en que, como un médico de caricatura, dijo que la insulina se estaba usando para perder peso: “Gentes usando el sistema de salud para adelgazar a través de la insulina, mientras diabéticos no tienen control”. Pronto, hasta el propio ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, tuvo que salir a corregir a su jefe. Las organizaciones médicas y de pacientes hicieron lo propio.
Meses después, ya sin la bata y con túnica de profeta, Petro vaticinó un “agamenón”. Ya no en su cuenta, sino en un discurso frente a decenas de soldados, dijo que la sequía llevaría a que el principal embalse que surte a Bogotá se secara por completo. Para cuando eso ocurriera, el Ejército tendría que evacuar a los ciudadanos.
“¿Ustedes se imaginan qué tendremos que hacer con una ciudad de 8 millones de habitantes sin agua? Nos tocará llevar a muchos de ustedes a ver cómo hacemos para sacar población”, dijo el jefe de Estado. De inmediato, el alcalde de la capital, Carlos Fernando Galán, desmintió la alarmante profecía. Días después, el cielo refutó a Petro con torrenciales aguaceros que pronto se convirtieron en una emergencia invernal.
Entre trino y trino más desatino
El presidente ha hecho de X su tribuna incluso mucho antes de ser cabeza del Estado. Sus errores del pasado son de lo más variopinto: un actor porno que resultó campeón nacional de física cuántica, una foto de los diseños de la tercera línea del metro de Bogotá con imagen de una estación del metro de Moscú, un 'asesinato' de una comerciante en Córdoba que en realidad mostraba una puesta en escena de universitarios con salsa de tomate usada como sangre, y hasta saqueos inexistentes en California durante la pandemia.
Según él, X es el canal idóneo para comunicarse directamente con el público. La cantidad de trinos que publica lo demuestra. Según un análisis de El Espectador, entre agosto de 2022 y el mismo mes de 2023, Petro trinó 5.650 veces.
La estrategia es simple: saltarse el intermediario (los medios de comunicación) para evitar que la información se distorsione. En otras palabras: rescatar los hechos y darles codazos a las noticias falsas. Así lo explica la firma especialista en marketing político Seguimiento & Estrategia: “La cuenta oficial de Gustavo Petro alcanza aproximadamente 7.822.000 seguidores, mientras que en otras plataformas como Instagram cuenta con alrededor de 1.800.000. La marcada diferencia de alcance es evidente y refuerza la preferencia por X en contextos políticos debido a su facilidad de uso, el perfil del público y su capacidad de difusión masiva. Lo anterior a pesar de la vulnerabilidad de caer en noticias falsas que existe en esa plataforma”, dice parte del análisis compartido a CAMBIO.
El problema es que –a diferencia de un periódico o un noticiero– nadie puede, aunque sí debería, editar al presidente. Sin embargo, en la práctica es imposible controlar 24/7 lo que Petro trina o replica. Cuando la publicación desafortunada ocurre, ya es muy tarde para los asesores de comunicaciones y la credibilidad del mandatario. “Petro es irresponsable porque al difundir esas noticias falsas genera mensajes riesgosos para una democracia robusta y sana como la colombiana”, dijo el analista Alejandro Chala.
Sin embargo, el politólogo advierte que la difusión de noticias falsas no solo es culpa del presidente Petro, ni es el único que lo hace, más bien es un problema "extendido en la política nacional". Sin ir más lejos -pero sí más bajo- el ejemplo más claro es el de Miguel Polo Polo, representante a la Cámara y crítico a ultranza del gobierno. Hace unos días, el congresista violentó un ejercicio de memoria sobre las víctimas de ejecuciones extrajudiciales con argumentos mentirosos e imprecisos en contra de la cifra 6.402.
"La desinformación y lo mediático no depende de una figura en específico. Hay que observar el fenómeno a nivel general y allí están involucrados los actores políticos en el país y cómo el replicar noticias falsas ponen en riesgo la democracia", agrega Chala.
Por su parte, el profesor Yann Basset asegura que los impulsos tuiteros le han traído graves problemas al presidente Petro: “A estas alturas todos tomamos los trinos del presidente con cierta distancia, porque uno siente que son cosas que hace instintivamente, sin pensarlo mucho. Luego corrige, pero ya se ha equivocado”. Una especie de dualidad entre jefe de Estado y un usuario barra brava de X.
Por lo visto en estos casi tres años de mandato, la cadena de noticias falsas no se detendrá. Al contrario, lo más cierto es que Gustavo Petro Urrego seguirá expandiendo el virus de las fake news por las estrellas del universo.
