Historias de terror en los cementerios distritales de Bogotá
Socios del consorcio y directivos de la UAESP se señalan mutuamente de graves delitos en un contrato para el manejo de los cementerios en Bogotá.
Crédito: Fotografía: Colprensa
Contratistas se acusan de profanación de tumbas, de usar los hornos crematorios para desaparecer personas y de pagar sobornos a funcionarios para lograr el contrato que vale 41.300 millones de pesos.
Por: Iván Serrano
El empresario Sergio Venegas asegura que entregó 1.500 millones de pesos en efectivo para sobornar a varios funcionarios, incluyendo a la directora de la Unidad Administrativa de Servicios Públicos (UAESP) para que un consorcio recibiera la concesión para operar el Cementerio Central de Bogotá, el Cementerio de Chapinero, el Cementerio del Sur y el Serafín, ubicado en Ciudad Bolívar. La afirmación sería suficientemente grave pero Venegas además asegura que los hornos crematorios fueron usados por instrucción de un general de la Policía para desaparecer cuerpos de personas asesinadas durante las protestas del paro nacional de 2021.
El contrato del escándalo consiste en la administración, bajo la figura de concesión, de los cuatro cementerios distritales durante cinco años, plazo que puede ser prorrogable a diez. El monto fue tasado en 41.300 millones de pesos, pero el contratista no recibe este dinero del Distrito, sino que se queda con una parte de los dineros que día a día pagan los usuarios por servicios como exhumación, inhumación, cremaciones y otros 17 conceptos más. Estos dineros deben ser consignados en una fiducia, pero según los concejales Lucía Bastidas, de Alianza Verde y María Victoria Vargas y Germán García, del Partido Liberal, existe una transferencia irregular a una serie de cuentas bancarias en las que los ciudadanos están consignando sus pagos.
Según el denunciante Venegas "los cementerios distritales pueden recaudar ingresos de hasta 400 millones de pesos diarios. El 90 por ciento va a parar a las manos del operador".
El informante, que no tiene reparo en autoincriminarse, fue director comercial de Jardines de Luz y Paz, como se llama el consorcio concesionario. Se describe a sí mismo como un hombre de negocios que, sin embargo, en este salió perdiendo porque, de la plata que invirtió por invitación de un contratista llamado Éder Parada, no ha visto un solo peso, y afirma que probablemente toda la plata recaudada por los cementerios ya salió del país.
La máquina de hacer dinero
Venegas señaló al contratista de obras públicas Éder Parada como cerebro de la operación y se refiere a él como el nuevo Emilio Tapia. Parada es oriundo de San Vicente de Chucurí y en su natal Santander habría estrechado lazos de amistad con Marcel Esquivel, el subdirector jurídico de la UAESP. Sin embargo, Parada le negó a CAMBIO tal cercanía y amistad.
El contratista es un viejo conocido en la ejecución de obras públicas en Santander y de los entes de control departamentales. CAMBIO hizo un rastreo de los contratos adjudicados a empresas de Parada en el Secop y encontró que entre 2013 y 2017 le fueron adjudicados 15 contratos de obra por 6.245 millones de pesos.
Sobre algunos de estos contratos existe un rosario de advertencias por parte de la Contraloría de Santander, incluidas en un informe publicado en 2014. Pero las advertencias no se quedaron allí. MP Ingeniería, una de las empresas de Parada, está incluida en el boletín de responsables fiscales de la Contraloría General por daño patrimonial en dos contratos que suman 177 millones de pesos.
Ante la imposibilidad de seguir contratando con MP Ingeniería, en mayo de 2019, Parada, en conjunto con su hermana, Ludian Rocío Parada, creó una nueva empresa: A&M Grupo Empresarial S.A.S.
A&M es una de las tres empresas que conforman la unión temporal que se quedó con el contrato de administración de los cementerios públicos de Bogotá. Las otras dos son Global Fundesco, una empresa panameña dedicada a actividades de importación de ropa y servicios de salud; e Inversiones Proyectos y Obras Civiles S.A.S., firma dedicada también a obras civiles.
A la hora de la adjudicación el consorcio logró quedarse con el contrato gracias a la experiencia en negocios funerarios acreditada por la panameña Global Fundesco. La certificación fue expedida por una IPS panameña llamada Salud de Todos. En el certificado, Salud de Todos asegura que Global Fundesco les prestó más de 20.000 servicios entre cremación, inhumación y traslados de cadáveres. CAMBIO llamó a los teléfonos que aparecen en el certificado y nadie respondió. También confirmó que en la dirección registrada en el documento no funciona ninguna IPS, sino una vivienda familiar en la urbanización de clase media Reparto Chanis en la zona oriental de la capital panameña.
Vivienda en Panamá donde supuestamente funciona la IPS que acreditó la experiencia de los contratistas.
Esto confirmaría lo dicho por Venegas, frente a la nula experiencia del consorcio que opera los cementerios públicos de Bogotá: “Nosotros, ninguno, ninguno de los que hicimos parte de este tema teníamos experiencia con la muerte”, dijo.
Venegas confirmó las denuncias hechas en el Concejo de Bogotá, según las cuales, parte de los dineros entregados por los usuarios de los servicios fúnebres del Distrito se habrían esfumado. Explicó que a través de la figura de las cuentas bancarias alternas a la fiducia los contratistas, encabezados por Parada, manejaban los multimillonarios recursos sin vigilancia. “Eso es una máquina de hacer dinero, por eso empresarios como yo empleamos los recursos para la asociación de personas que tienen el manejo de este contrato” afirmó Sergio Venegas.
CAMBIO: Usted ha dicho que en promedio estos cementerios distritales perciben entre 84 y 96 millones de pesos diarios. Son cuatro. De ese dinero, ¿qué porcentaje le queda al operador del contrato?
S.V.: El 95 por ciento va al contratista. Es un recurso enorme, millonario (...) o sea que estamos hablando de que en la operación de un año, que va del primero de julio de 2021 a diciembre de 2022, es decir, unos 18 meses, se han percibido más de 15.000 millones de pesos, los cuales se han pasado por cuentas externas al cementerio, dineros que se reciben en efectivo por el pago en el mismo cementerio. El Distrito, dentro del mismo contrato, estableció, como hito o manejo, una fiducia. Pero a esa fiducia no entra el recurso total, porque el Distrito, de manera estratégica, por medio de los funcionarios de la UAESP, generaron unas subcuentas y otra cosa histórica: una administración derogada, en la cual se dividía el consorcio en dos administraciones.
“Se entregaron 1.500 millones para pagar sobornos”
CAMBIO: ¿En qué consistió el negocio?
S:V.: Me invita (Éder Parada) de una manera amigable a ser parte del contrato, el cual se convierte después en una manera piramidal de estafar empresarios, porque yo convoco a otras empresas a que hagan parte del mismo contrato como proveedores de los insumos del contrato.
CAMBIO: ¿Cuánta plata entregó?
S.V.: 1.500 millones de pesos.
CAMBIO:¿En qué se utilizaron?
S.V.: Se utilizaron para pagar los sobornos a los funcionarios que asignaron el contrato.
CAMBIO: ¿A cuáles funcionarios?
S.V.: A Marcel (Esquivel), asesor del asesor jurídico, al asesor jurídico (Carlos Quintana), a Íngrid (Íngrid Ramírez, subdirectora de servicios funerarios) y a la directora Bernal, quienes son la cabeza de la UAESP.
El nombre de la directora de la UAESP es Luz Amanda Camacho, no Bernal. Cuando se le preguntó a Venegas sobre a quién se refería, alegó haber tenido un lapsus y reiteró que se refería a Camacho, actual directora de la UAESP.
S.V.: Se entregaron 1.500 millones en efectivo.
CAMBIO: ¿Cuándo y dónde?
S.V.: En el Hotel Tequendama, en la cafetería del Oma, en el segundo piso. Eso fue un mes antes de que se asignara y se ejecutara el contrato.
CAMBIO: ¿A esa reunión asistió la directora de la UAESP?
S.V.: Asistió la directora de la UAESP.
CAMBIO: ¿Quiénes más estaban en esa reunión?
S.V.: Estaba yo, estaba el señor Dairo Mora, quien es víctima de Éder Parada (…) Jeisson Pardo, uno de los empresarios. De la administración de Claudia López; había un señor que no conozco; estaba la directora de la UAESP, la subdirectora Íngrid, una persona que andaba constantemente con la subdirectora y un ingeniero: William.
Agregó que los acuerdos no solo se limitaron al direccionamiento del contrato sino al diseño del mismo, que terminó exonerando de responsabilidades al contratista y abriéndole las puertas para llenarse los bolsillos. Venegas aseguró que la UAESP puso funcionarios al servicio de los contratistas, con los que fueron perfeccionando el contrato.
Letra muerta...
Después de la entrevista, CAMBIO acompañó a Venegas al cementerio del Sur y al Serafín, ubicado en la localidad de Ciudad Bolívar. Allí se pudo constatar el desaseo y el abandono de dichos camposantos. En Serafín, en particular, hay bóvedas abiertas, un moderno edificio para salas de velación que no está prestando ningún servicio y un laboratorio de tanatología en total abandono.
Esta fotografía, entregada por Sergio Venegas a CAMBIO, es una muestra del desgreño con el que están siendo manejadas las cenizas de los cuerpos cremados en los cementerios distritales.
Funerarias cerradas en el cementerio Serafín.
En los cenizarios del cementerio Serafín hay cenizas tiradas en el suelo como si fueran basura. Fotografía: CAMBIO.
Venegas asegura que a muchas familias les entregan las cenizas de otras personas y que incluso es posible incinerar cuerpos sin ningún tipo de control.
S.V.: Los delitos son claros, el operador del cementerio está en la obligación de verificar la identidad de los cadáveres que entran. En ese sentido, se elude la responsabilidad de tener una persona encargada de dactiloscopia y un archivo con la información.
CAMBIO: ¿Cree usted que el fenómeno de personas desaparecidas pueda pasar por estos cementerios?
S.V.: ¿Cómo no va a pasar? hay más de 1.500 tumbas N.N. en el cementerio Serafín, que es el cementerio más nuevo del país, y nadie sabe quiénes son. Sencillamente porque se emitió una resolución de N.N., pero no hay un funcionario que esté en el cementerio tomando cartillas grafológicas, biométricas, que correspondan a confrontamientos con los datos. Entonces pasaba un caso, del cual fue sindicado un general de la Policía que desaparecía ciudadanos e iba y los dejaba allá. Entonces simplemente yo, como operador de cementerio, tengo que decirle siga. Los administradores del cementerio tienen su propia autonomía, abren una tumba y lo echan (al cadáver) allá.
CAMBIO: ¿Cómo fue ese fenómeno durante el paro nacional?
S.V.: Uy, eso fue una vaina loca, o sea, no hay certeza de nada.
CAMBIO: ¿El número de personas sin identificar aumentó durante el paro nacional?
S.V.: No solo aumentó, o sea, le puedo decir que pudieron llegar unas 300 personas, que llegaron, se cremaron y nadie dice nada, o sea, no hay una documentación.
Venegas asegura que en el direccionamiento del contrato y en la elaboración de las cláusulas del mismo intervinieron políticos, entre ellos concejales de Bogotá. No quiso dar nombres, tampoco el del general de la Policía al que se refirió.
"No me di cuenta de que se estaban robando esos contratos": la respuesta de la directora de la UAESP
Luz Amanda Camacho, directora de la UAESP, se mostró sorprendida y consternada por las explosivas declaraciones dadas por Venegas. Dijo que no lo conocía, que nunca se había reunido con él y que jamás había recibido una coima en su vida.
CAMBIO: El señor Sergio Venegas asegura que se reunió con usted y con otros funcionarios de la UAESP, un mes antes de la adjudicación del contrato y que en dicha reunión le entregó 1.500 millones de pesos en efectivo.
Luz Amanda Camacho: (Risas) ¡Ay jueputa!, perdón. No tienen ni cómo resolver el contrato, porque no tienen ni idea de eso y… Yo lo dije en el Concejo: a mí me pueden esculcar todo en la vida, mis cuentas, mis deudas, mi familia, yo me defiendo con todo, porque estoy orgullosa de ser la mujer que soy, la mujer trabajadora y seria que soy.
CAMBIO: ¿Por qué cree usted que esta persona está haciendo una afirmación tan delicada, en la que además se incrimina?
L.A.C.: No sé cómo actúan los delincuentes porque yo no soy una de ellas. Por eso no me di cuenta de que se estaban robando esos contratos, porque no pienso como delincuente, porque no tengo ni idea de cómo lo hacen. Y si no es por esta prueba que nos llega a nosotros (una denuncia y unos audios), ni nos habríamos dado cuenta. Y eso no habla ni de mi responsabilidad ni de mi incompetencia, sino que no pienso como un delincuente. No soy una ladrona y no pienso así, no tengo la lógica de un delincuente.
CAMBIO también le preguntó a la directora de la UAESP por la sanción fiscal que pesa sobre una de las empresas de Éder Parada y sobre las dudas en la experiencia acreditada en negocios funerarios por Global Fundesco la empresa de Panamá.
CAMBIO: En los papeles que ellos adjuntan hay unos teléfonos y allá no contesta nadie.
L.A.C.: En la normatividad colombiana existe la presunción de la buena fe, si a ti te pasan los documentos, los certificados de que efectivamente cumplían esos requisitos exigidos por la licitación. A menos de que hubiera existido una evidencia, nadie se hubiera podido dar cuenta de eso. Mira: el operador CGR, de Doña Juana, también presentó en su concesión información de experiencia en Panamá. Yo quiero saber si alguien le preguntó a la UAESP si había verificado esa experiencia. La mayoría de contratistas del país acreditan experiencia en otros países y quiero saber en qué procesos licitatorios se hace esa confirmación.
CAMBIO: Y justamente por eso ¿no debería aprender uno de las experiencias y llamar por teléfono o enviar un correo para verificar?
L.A.C.: La norma me dice: si a usted le certifican esto y usted tiene el certificado, como efectivamente pasó, pues usted tiene que asumir la buena fe del contratista o el proponente. Es lo que me dice la norma a mí, no que investigue a cada proponente. Primero, porque yo no soy entidad investigadora. Qué tal que yo hubiera llamado y no me hubieran contestado nunca: ¿eso significa que era falso el documento?
Habla Éder Parada
Éder Parada, actual representante legal de Jardines Luz y Paz, no apareció en documento alguno durante el proceso de adjudicación del contrato. La empresa que hace parte del consorcio figura a nombre de su hijo, Jorge Andrés Parada.
CAMBIO: Sergio Venegas dice que usted es el nuevo Emilio Tapia. ¿Qué opina de eso?
Éder Parada: La verdad verdadera, no sé de dónde se fundamenta para decir eso, porque si usted mira qué contratos tengo yo actualmente con el grupo empresarial, realmente hemos tenido algunas cosas, sí es cierto. Pero para ser un Emilio Tapia, usted sabe qué nivel es Emilio Tapia. Nosotros somos una empresa creada en Santander y hemos venido creciendo paulatinamente y de manera muy mesurada. No hemos tenido la oportunidad de participar en procesos de gran envergadura y, aparte de eso, Emilio Tapia es un delincuente. Nosotros no tenemos nada que ver con el tema de la delincuencia.
CAMBIO: Si un cementerio recibe entre 80 y 90 millones de pesos diarios,¿donde está esa plata?
E.P.: Empiezo aclarando una duda. Usted dice que los cementerios tienen ingresos diarios de entre 80 y 90 millones de pesos. Si usted multiplica –estamos hablando por 30 días– estamos hablando de 2.400 millones de pesos, lo que significa que la corrida financiera del contrato debía valer 144.000 millones y no 41.300. Partamos de ahí. Si usted en este momento va a los cementerios, ve que tienen un recaudo de 8.900 millones en 16 meses; es decir 18 millones de pesos diarios. Eso implica que el contrato que estaba proyectado por 41.300 millones de pesos realmente será de 33.000 millones, es decir 10.000 millones por debajo de la corrida financiera planteada por la UAESP.
Parada aseguró que si se veían ad portas de un desequilibrio económico y financiero por las proyecciones económicas hechas por la UAESP, demandarían a la entidad. Negó las aseveraciones hechas por Venegas, de quien dijo obedece a los intereses de Dairo Mora, exmiembro de junta directiva y compañero sentimental de su socia: "Si usted mira el prontuario de Dairo Mora, o del propio señor Venegas en la Fiscalía, lo mínimo que encuentra es hurto”.
Cuando se le preguntó por la posible falsedad en la documentación que acredita la experiencia de sus socios, respondió: “No teníamos conocimiento alguno de Panamá, ni hay contratista en Colombia que diga 'me voy a aliar con una empresa panameña, española o inglesa', y que se vaya a Inglaterra a averiguar si lo que dice esa empresa es cierto. Uno parte del principio de la buena fe”.
Insistió en que el actual interventor del contrato es un subalterno de Dairo Mora y que esto lo ha puesto en conocimiento de la directora de la UAESP. En su más que evidente animadversión por su antiguo aliado en la Unión Temporal, aseguró que Dairo Mora había incurrido en el delito de profanación de tumbas cuando estuvo al frente de la administración de los cementerios del Sur y Serafín. "Yo me atravesé para que el señor Dairo Mora Valbuena no hiciera lo que venía haciendo en los cementerios del Distrito. ¿Qué era lo que el tipo venía haciendo en los cementerios del Distrito? profanando tumbas, negociando bóvedas. Yo me atravesé, lo denuncié penalmente, hasta el punto en que hoy ellos no son partícipes en la junta directiva ni pueden entrar a ningún cementerio del Distrito".
Para finales de diciembre de 2022 estaba programada una audiencia para sancionar a los contratistas por incumplimiento de contrato; pero fue aplazada. En medio de señalamientos entre contratistas y directivos de la UAESP de conductas tan variopintas como robo, corrupción, profanación de tumbas y desaparición de cadáveres, el denunciante Sergio Venegas asegura que ya sufrió un atentado contra su vida y dice que hace estas declaraciones porque ya todo lo perdió. Empeñó su patrimonio personal para participar en este contrato y ahora asegura que nunca vio los réditos y que no tiene forma de cobrar.
Eso sí, le dijo a CAMBIO que si algo le pasaba, responsabilizaba a Parada, a una funcionaria de la UAESP y a un general de apellido Rodríguez de la Policía Nacional.