La fiscal que investiga el hurto a Laura Sarabia mintió sobre la interceptación a Marelbys Meza
15 Septiembre 2023

La fiscal que investiga el hurto a Laura Sarabia mintió sobre la interceptación a Marelbys Meza

Las pruebas de que la declaración de la fiscal del caso de hurto no coinciden con el informe de Policía Judicial.

Crédito: Foto: Colprensa y redes sociales.

En una declaración, la fiscal que investiga el hurto a Laura Sarabia dijo que su Policía Judicial le había solicitado interceptar las comunicaciones de la niñera Marelbys Meza. Sin embargo, el informe oficial la contradice. En el documento, los policías solo solicitaron la interceptación de alias Pini y alias Pacho. 

Por: Redacción Cambio

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La declaración que rindió en la Fiscalía la funcionaria de la misma entidad que investiga el hurto de la entonces jefa de Gabinete Laura Sarabia tiene una contradicción.

El pasado 2 de junio, la fiscal Maribel Alcira Morales aseguró que el 2 de febrero recibió un informe de Policía Judicial en el que le solicitaban la interceptación de tres abonados telefónicos, entre los cuales estaba el de la niñera Marelbys Meza. Sin embargo, esa frase parece estar alejada de la realidad, pues el papel muestra otra cosa.

En el informe de Policía Judicial realizado por el intendente Alfonso Quinchanegua y el patrullero Jhon Fredi Morales Cárdenas, adscritos a la Sijin de Bogotá y ambos capturados por el caso de las chuzadas a las empleadas de Laura Sarabia, los policías solicitaron la interceptación de un número de celular de alias Pini y dos de alias Pacho. Es decir, en ese documento no existe solicitud alguna sobre interceptar el celular de Marelbys Meza, como lo sostuvo la fiscal. CAMBIO revela las pruebas.

En su declaración, la fiscal dijo: “El 2 de febrero me allegan un informe de investigador de campo donde me allegan una presentación de una fuente no formal y me hacen la solicitud de interceptación de unos abonados telefónicos. Dada mi labor como fiscal, y teniendo en cuenta que quien me allega el informe es mi Policía Judicial, de quien la fiscal, no solo yo, sino todos los fiscales debemos de creer en nuestra policía y la buena fe de nuestros investigadores, recibo el informe. Le solicito que me acrediten la fuente no formal, me acreditan la fuente, les pido la declaración de esa fuente, me allegan la declaración y pues en el sentido de la buena fe recibo este informe y efectivamente encuentro motivos fundados. Ellos me solicitan la interceptación de dos abonados telefónicos, yo únicamente acedo a dos de ellos, uno de ellos es la empleada de la señora Laura, y el otro, de un alias que aporta la fuente no formal; y en mi consideración de estudio, veo que los motivos fundados me dan para solicitar la interceptación de dos abonados telefónicos. Es así como emito la orden de interceptación”.

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La solicitud formal, es decir, el papel, la contradice. Según el informe que menciona la fiscal Morales, con fecha del 2 de febrero, Quinchanegua y Morales aparecieron con el testimonio de una fuente no formal –también capturada– que decía que un alias Pini, quien salía con una mujer mayor, hablaba de cambiar unos dólares producto de "una vuelta" que había hecho "en el norte de Bogotá", específicamente, en el barrio Colina. Esa información, según los policías, era suficiente para ordenar la interceptación de tres números de teléfono. Uno correspondía a alias Pini y los otros dos correspondían a un supuesto socio de Pini, alias Pacho. Ninguno de los números del informe era de Marelbys Meza. Es decir, en ese documento los policías no solicitaron la interceptación de la niñera.

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Tal y como lo dijo la fiscal es su declaración, ella sólo accedió a la interceptación de dos números, pero lo misterioso fue que incluyó –sin que se lo pidieran los policías– el número de Marelbys Meza. Al final, la fiscal Morales ordenó la interceptación de alias Pini y de Marelbys Meza. 

En ese informe, la patrullera Dana Alejandra Canizales Bonilla, también capturada, fue la que suscribió el formato de fuentes no formales en el que registraba que “una persona de sexo masculino se había acercado el día 2 de febrero de 2023 a las instalaciones de la Sijin Mebog y le había indicado que se encontraba inscrito como fuente con el código (equis) y que le había entregado información relacionada con un hurto en un edificio del barrio La Colina”.

La Fiscalía deberá explicar por qué una de sus funcionarias ordenó la interceptación de la línea de Marelbys Meza, si en el informe que realizaron Quinchanegua y Morales, no sugirieron escuchar el teléfono de Marelbys. 

Ese documento era el segundo elaborado por los policías capturados. Hubo uno anterior, con fecha del 1 de febrero, en el que sí solicitaron la interceptación de Marelbys Meza. Fue entonces cuando la funcionaria judicial negó la interceptación con el argumento de que el denunciante era el esposo de Laura Sarabia y no ella, que era la víctima directa. Un día después, los policías llegaron con el segundo documento, en el que sólo solicitaron la interceptación de alias Pini y alias Pacho.

Ese episodio deberá ser investigado por las autoridades, teniendo en cuenta que la defensa de los policías capturados habla de un entrampamiento de la Fiscalía en este proceso de interceptaciones ilegales, por el hurto a una de las mujeres más importantes del gobierno y más cercanas al presidente de la república, Gustavo Petro. En este caso, la fiscal mintió, pues la que tuvo la iniciativa de interceptar el número de Marelbys Meza fue ella y no su policía judicial. 

No obstante, esa interceptación no fue posible, ya que el número de la niñera rebotó porque ya estaba siendo interceptado en un proceso en Chocó, en el que la hicieron pasar como alias La cocinera, supuesta integrante del clan del golfo.

Meses después, ese episodio desató no solo el escándalo de las chuzadas de las empleadas de Laura Sarabia y la muerte del coronel Óscar Dávila, sino una nueva línea de investigación que adelanta la Fiscalía, relacionada con un posible tráfico de fuentes.

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