La reforma a la salud agoniza: el Partido Conservador y La U se distancian del Gobierno

Después de que el Partido Liberal anunciara su distanciamiento de la reforma a la salud en la tarde de ayer, 28 de marzo, la expectativa se centró en las decisiones del Partido Conservador y el Partido de la U, los aliados del Gobierno con los votos suficientes para mantener a flote la reforma o para hundirla.

Las dos colectividades estaban a la espera de un nuevo texto que por fin recogiera sus exigencias y ese articulado llegó en la tarde de hoy. Sin embargo, grande fue la molestia en las dos fuerzas políticas cuando se dieron cuenta de que prácticamente no había ninguna modificación sobre lo discutido en la cumbre de la Casa de Nariño del pasado 27 de marzo.

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Por ello, Efraín Cepeda, presidente del Partido Conservador, afirmó que no asistirá a ninguna otra reunión con el Gobierno porque es “una pérdida de tiempo”. Así, se espera que en las próximas horas ese partido emita un comunicado oficial en el que fije su postura definitiva sobre la reforma a la salud. Si la bancada azul se suma a los liberales en la decisión de soltarle la mano a la iniciativa, esta no tendría ninguna oportunidad de avanzar en la Comisión Séptima de la Cámara.

El Partido de la U, por su parte, también decidió apartarse del proyecto y resolvió que presentará una reforma propia en la Comisión Séptima de la Cámara después de Semana Santa. La colectividad que lidera Dilian Francisca Toro comparte las mismas preocupaciones que conservadores y liberales especialmente sobre el futuro y sostenibilidad de las EPS en el nuevo modelo y respecto a los Fondos Regionales, que estarían encargados de manejar las cuentas de los recursos de la salud en los territorios.

Los conservadores y La U confiaban en que los acuerdos se cumplieran y que, después del receso de la otra semana, se radicara de una vez por todas la ponencia en la Comisión Séptima para que se diera el primer debate del proyecto y pasara a discusión en la plenaria de la Cámara de Representantes. Por su parte, el Gobierno guardaba la esperanza de que en los próximos días los liberales reconsideraran su postura o que por lo menos se les pudieran arrebatar algunos votos para que el proyecto no fuera aprobado con las cuentas tan apretadas. Sin embargo, con el distanciamiento de esos dos partidos, los potenciales votos disidentes de los liberales no son suficientes.

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Fuentes consultadas por CAMBIO, cercanas al Partido Conservador y el Partido Liberal, indicaron que la ministra Carolina Corcho y su equipo técnico fueron los que entorpecieron la concertación por su "resistencia a ceder" en varios puntos, por lo que la mediación del presidente Gustavo Petro fue insuficiente. Además, a los tres partidos rebeldes tampoco les cayó bien el pronunciamiento que hizo el mandatario ayer, 28 de marzo, en Villavicencio, desde donde aseguró que las reformas no van a llegar desde la Casa de Nariño.

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“No crean ustedes que los cambios no van a llegar si Petro se sienta en una silla, en un salón frío y dorado del Palacio de Nariño a hablar con César Gaviria, por ahí no van a llegar los cambios", dijo el presidente Petro.

El presidente también agregó que “los cambios van a llegar si la sociedad se mueve", en una nueva referencia a la movilización social para respaldar las reformas sociales, algo que ha causado malestar en los partidos desde el primer 'balconazo' del presidente en febrero pasado.