Los sospechosos contratos de la Personería de Bogotá

Personería de Bogotá

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

28 Julio 2023

Los sospechosos contratos de la Personería de Bogotá

Según denuncias sindicalistas de la Personería, la entidad que, se supone, debe vigilar la correcta contratación en Bogotá, estaría firmando contratos cuestionables. Carlos Silgado, cuyo nombre salió a la palestra en épocas del carrusel de la contratación, es señalado por trabajadores como el verdadero poder dentro de la institución. ¿Qué está pasando?

Por: Redacción Cambio

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La Personería de Bogotá no es un poder menor en la ciudad. Tiene presencia en las 20 localidades y un presupuesto anual de 182.481 millones de pesos, de los cuales más de 5.400 millones de pesos son destinados al pago de contratos de prestación de servicios.

La Personería está encargada de velar por los derechos de los ciudadanos y vigilar que los funcionarios de entidades distritales cumplan con sus deberes de manera eficaz y transparente.

En ese sentido tiene la obligación de investigar y sancionar a aquellos que incumplan las normas disciplinarias. Eso incluye penalizar a quienes suscriban contratos sin el lleno de requisitos y vigilar que los contratos se cumplan a cabalidad.

Curiosamente, trabajadores sindicalizados de la entidad enviaron una queja a la Procuraduría denunciando presuntas irregularidades en una serie de contratos de prestación de servicios suscritos en la Personería. 

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Entre los hechos relevantes se cuentan profesionales que al mismo tiempo tenían contratos con la Personería y con entidades vigiladas por dicha entidad; aprobación de pagos a contratistas sin el cumplimiento total de sus obligaciones, y contratistas con órdenes de prestación de servicios en diferentes ciudades del país.

Tal es el caso del abogado Vladimir Arteaga, quien, según la información recabada por los denunciantes, tuvo contratos de manera simultánea en Montería, Piedecuesta-Santander, la Aeronáutica Civil y la Personería distrital. Otro caso incluido en la queja a la Procuraduría es el de la señora Andrea Piquero, que suscribió contratos de manera simultánea con la Personería y con la Defensoría del Pueblo, este último pagado con recursos del BID.

Al comparar los informes de actividades presentados por Piquero a las dos entidades, los demandantes encontraron que una misma actividad era presentada en los dos informes. En otras palabras, por una misma labor cobraba en las dos entidades. 

El presidente de Sindeperbo, Augusto Cortés, le envió un derecho de petición al personero de Bogotá Julián Pinilla, indagando si existía algún de tipo de falta o anomalía al suscribir contratos con profesionales que a su vez eran contratistas en entidades vigiladas por la Personería; si había garantías de que una persona con varios contratos en diferentes ciudades del país pudiera cumplir a cabalidad con sus obligaciones y si en el caso de la señora Piquero existía alguna irregularidad.

Al respecto, el personero contestó que no existen prohibiciones para que una persona suscriba contratos con varias entidades estatales. Frente a una posible fuga de información a entidades vigiladas por la Personería, Pinilla dijo que en los contratos existen cláusulas que obligan a los contratistas a guardar reserva y confidencialidad de toda la información que conozcan en virtud de su labores, bajo riesgo de exponerse a sanciones penales y disciplinarias.


Familiares de políticos y funcionarios con contratos en la Personería

Entre los contratos que hacen parte de la queja presentada por Sindeperbo a la Procuraduría se encuentran dos, cuyos beneficiarios son familiares de reconocidos personajes de la política colombiana.

Es el caso de David Emilio Negrete Barguil, primo del exsenador y expresidente del Partido Conservador David Barguil. Otro caso es el de Carlos Alberto O'meara, hermano de José Andrés y Luis Camilo O'meara. Luis Camilo hizo parte del engranaje de la yidispolítica al haber quedado al frente de la notaría con la que le pagaron a Teodolindo Avendaño su voto a favor de la reelección de Uribe. José Andrés O'meara fue director de Colombia Compra Eficiente durante el Gobierno Duque y, a la salida de ese cargo, fue beneficiado con una notaría que funcionó primero en el aeropuerto y fue trasladada posteriormente a la localidad de Suba.

Andrés Rodríguez Becerra, hermano del hasta hace poco excontralor Carlos Hernán Rodríguez Becerra, es personero delegado para la Coordinación de Ministerio Público y los Derechos Humanos.

Juan Javier Cabello Daza, sobrino de la procuradora Margarita Cabello, es el personero delegado para la Asistencia en Asuntos Jurisdiccionales.

¿Secretario o personero?

En conversación con CAMBIO, Augusto Cortés, presidente de Sindeperbo, cuestionó la labor del actual personero, Julián Pinilla Malagón, y dijo que la mayoría de decisiones, al menos en temas de contratación, pasaban por las manos del secretario general Carlos Silgado. En el Concejo de Bogotá hay cabildantes que tienen una apreciación similar a la de los trabajadores sindicalizados. 

Carlos Silgado, secretario general de la Personería de Bogotá.

Carlos Silgado es abogado y especialista en Derecho Público. Fue considerado como la mano derecha de Miguel Angel Moralesrussi, excontralor de Bogotá condenado a tres años por los hechos del carrusel de la contratación. En 2011, en medio del escándalo, trascendió que en un hotel de propiedad de Silgado se llevaron a cabo varias de las reuniones entre Guido Nule y German Olano, condenados por el carrusel de la contratación.

En su momento, Silgado alegó desconocer que Nule y Olano utilizaban su hotel para sus reuniones. En febrero de 2011, Silgado le negó a Noticias Uno ser el testaferro de Moralesrussi y aseguró que las 14 propiedades que en ese momento estaban registradas a su nombre y al de sus hermanas eran producto de su trabajo.

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El ahora senador Ariel Ávila publicó en 2012 una investigación en la que vinculó a Silgado, quien también fue secretario general de Corabastos, con una serie de contratos cuestionables en dicha central de abastos.

En febrero del año pasado, una queja a nombre de Iván Perdomo Aguilar, asesor de la Personería de Bogotá, fue radicada en repetidas ocasiones. En la queja se aseguraba que el secretario general, Carlos Silgado, había pedido la renuncia a Perdomo por haberse quedado sin respaldo de un concejal. Según el escrito, el cargo le fue pedido para entregárselo a un recomendado del concejal de Bogotá, Edward Arias Rubio. 

El caso fue conocido por la Oficina de Control Interno Disciplinario, la cual emitió un auto en el que se abstenía de iniciar una investigación por considerar la queja como “temeraria”. Dos meses después de la denuncia, el asesor Perdomo presentó renuncia a su cargo la cual fue aceptada.

Las respuestas de Silgado

Carlos Silgado, secretario general de la Personería, respondió a las preguntas de CAMBIO, dijo no recordar puntualmente el caso del asesor Perdomo y aseguró que nunca tuvo participación en los hechos del carrusel de la contratación. No negó su amistad con Moralesrussi y dijo que en su momento había llegado a la Contraloría de Bogotá para ayudar a su amigo y que después renunció por dignidad y honestidad cuando el escándalo del carrusel estalló.

CAMBIO:  Una persona que dijo llamarse Iván Perdomo, exasesor del personero, radicó en repetidas ocasiones una denuncia en la que se aseguró que usted le había pedido el puesto porque lo necesitaban para entregárselo a un recomendado del concejal Edward Arias. ¿Qué nos puede decir de esta queja?

Carlos Silgado: Los cargos de asesor del despacho son de libre nombramiento y remoción, son de confianza absoluta del personero. Por eso, cuando el personero rompe el nexo de confianza, solicita el cambio. Ni siquiera recuerdo el nombre de la persona. Es cierto que el personero, cuando uno no se siente a gusto con el desempeño o quiere optimizar el nivel de sus asesores, porque eso lo hace directamente el despacho, es quien nombra y firma, no lo hago yo como secretario general. En ocasiones, y la ley lo permite, para no declarar insubsistente al funcionario, el personero puede pedir la renuncia y el Consejo de Estado ha dicho que eso es absolutamente lícito y válido.

CAMBIO: ¿Pero usted recuerda haber hablado con el señor Iván Perdomo sobre los hechos que relata en su denuncia?

C.S.: El personero ha hecho varios cambios y en varias oportunidades me ha solicitado a mí que pida la renuncia, pero en este caso puntual no lo recuerdo, no recuerdo el nombre, es que son como veinte asesores de despacho para varios temas.

CAMBIO: Se habla de su enorme poder en la Personería de Bogotá. Se dice que casi todos los asuntos de contratación, de órdenes de prestación de servicios, pasan por sus manos. Cuéntenos si eso es cierto y si eso tiene que ver con las características de su cargo.

C.S.:  El personero delegó el gasto en dos personas: en el secretario general y en el director administrativo y financiero; no ahora, hace años, cuando llegamos eso estaba así. El personero delegó en el secretario general las órdenes de prestación de servicios y en el director administrativo la contratación de bienes y servicios. Es una delegación normal en todas las entidades distritales, forma parte de la estructura administrativa de la Personería.

CAMBIO: Usted tuvo un cargo importante al lado del excontralor Moralesrussi. Usted fue relacionado con un hotel en donde ocurrieron varias reuniones de los implicados en el escándalo. ¿Qué tanto llegó usted a conocer del caso del carrusel y cómo se dio su renuncia al cargo en la Contraloría?

C.S.: Es un tema muy importante y muy bonito. En el sentido de que yo jamás he estado vinculado ni penal, ni fiscal, ni disciplinariamente a ningún asunto del carrusel, porque cuando yo llego a la Contraloría, en octubre de 2011, ya habían arrancado todos los escándalos y procesos. Yo llego a cerrar el tema porque Miguel Ángel (Moralesrussi), a quien conozco y es mi amigo, me dice que le ayude a cerrar unos temas importantes de la auditoría y yo manejo el tema, yo soy pilo en control fiscal.

Pero esos procesos ya estaban abiertos. Yo no conozco nada del carrusel y duro apenas cuatro meses, renuncio en febrero cuando la Procuraduría llama a Miguel Ángel. Me retiré porque decían que yo tenía un hotel. Efectivamente yo tenía un hotel en arriendo, cuatro años antes del escándalo, en 2008. Y como Miguel Ángel era amigo mío, él iba a veces allá y organizaba reuniones, pero yo nunca estuve, yo no conozco ni a Guido (Nule), ni a Benedetti (Ángela), porque el distrito en ese entonces a mí no me importaba. Tanto así que a mí nunca me vinculan a nada.

Minutos después de la conversación, Silgado se puso de nuevo en contacto con CAMBIO y le suministró a este medio la copia de una comunicación con la firma del exasesor Iván Perdomo en la que se aseguraba que su nombre fue utilizado por terceros de mala fe y que los hechos denunciados no habían ocurrido. 

Silgado le dijo a CAMBIO que se sentía orgulloso de su paso por la Personería, entidad en la que dijo que este año se había logrado atender a más personas a pesar de contar con menos recursos.

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