¿Quién es Otoniel Vergara, el afortunado contratista de Nariño con madrina en el ICBF ?

El exconcejal nariñense Haiver Otoniel Vergara Quiñones, implicado en el cartel de las familias falsas del ICBF en ese departamento, también es un megacontratista en esa región del país. El político ha utilizado sus influencias para quedarse con recursos públicos y usarlos, aparentemente, en promover candidatos en Tumaco, la ciudad donde es amo y señor. 

Vergara Quiñones fue protagonista en su región  en 2019, cuando fue elegido como el concejal más respaldado en la historia de Tumaco con un total de 2.000 votos a su favor, que lo convirtieron en uno de los miembros más importantes de esa corporación.

Esa no fue la primera vez que apareció en la escena política. En 2011 fue elegido concejal por esa misma colectividad y desde entonces ha sumado poder para su beneficio propio y para impulsar candidaturas de alcaldes en Tumaco y gobernadores en Nariño. 

En 2022 el portal de noticias La Silla Vacía reveló que Otoniel Vergara trabajó al servicio de la campaña de Víctor Gallo a la Alcaldía de Tumaco en 2011. Luego repitió en 2015 con Julio Rivera y en 2019 con Ever Castillo. 

Pero las ambiciones de Vergara superaban las fronteras de su región. Sus tentáculos también llegaron al Congreso de la República y allí consiguió aliados de la talla del senador Carlos Motoa y otros miembros importantes de su partido Cambio Radical. 

Incluso, en 2018, siendo uno de los militantes con más poder en Nariño, hizo una activa campaña a favor del candidato de Cambio Radical Germán Vargas Lleras a la Presidencia.

Haiver Otoniel empezó a crear su emporio, al  tiempo que cuidaba su curul en el Concejo de Tumaco y buscaba alianzas para conseguir más y más votos en todo tipo de campañas y procesos electorales desde 2012, cuando fundó su primera empresa llamada Corporación Colombia en Paz y Social (Corposocial). Luegó registró la fundación Asoformando y, un par de años más tarde, creó la IPS Afrosalud y Colombia Florece.

Con esas cuatro compañías empezó a conseguir contratos con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Como lo reveló CAMBIO, desde 2014  el señor Otoniel Vergara ha ganado más de 40 procesos con esa entidad, que pueden sumar más de 30.000 millones de pesos. 

No obstante, por ser un político reconocido en la zona donde sus empresas trabajan, Haiver Otoniel hizo lo que todos los personajes de su tipo hacen para obtener contratos: puso cada una de las fundaciones a nombre de  familiares; por ejemplo, a su hija Geraldine Vergara, una de las personas que maneja los negocios del exconcejal.

Las empresas de Vergara también han obtenido millonarios contratos con entes territoriales, como la Alcaldía de Tumaco durante la administración de Víctor Gallo, candidato que ayudó a promover. Según la Silla Vacía, el alcalde le retribuyó el trabajo que Otoniel hizo para conseguirle votos. Por eso, en 2014 le dio 4.000 millones de pesos para ejecutar el Programa de Alimentación Escolar (PAE) en la ciudad.

En 2019 el exconcejal Vergara ayudó a impulsar la campaña a la Alcaldía de Neiva del candidato Gorki Muñoz, aportando importantes recursos que, según las autoridades, no fueron reportados. Una vez su aliado llegó al cargo, también le entregó a dedo contratos de alimentación escolar para la capital del Huila. 

Con los contratos que las empresas de Vergara han obtenido con el Bienestar Familiar y otras entidades dentro y fuera de su región, se han develado las actuaciones de Vergara Quiñones y el manejo presuntamente irregular que les ha dado a los recursos públicos. 

En el caso del proyecto que manejó con la Alcaldía de Tumaco, en 2021 el CTI de la Fiscalía le imputó los delitos de peculado por apropiación y ordenó su captura cuando Vergara se desempeñaba como concejal. 

Lo mismo pasó en  2022, cuando fue requerido por las autoridades por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos, peculado y violación al régimen de inhabilidades, por el contrato que recibió del alcalde de Neiva.

Vergara se libró de la medida de aseguramiento a pesar de las investigaciones por las irregularidades cometidas en su ciudad y en Neiva. Como su proceso se congeló en la etapa de juicio, logró seguir en la política: recibiendo más dinero del ICBF. 

Por eso, en las más recientes elecciones regionales de 2023 intentó llegar al Concejo y quedarse con la Alcaldía de Tumaco a través del candidato Jorge Luis Correa. Sin embargo, a ninguno de los dos les alcanzaron los votos para llegar.

Para ese entonces, y como ya estaba vinculado a procesos penales, el Partido Cambio Radical le negó el aval. Otoniel entonces tocó las puertas del Partido Conservador, que sí le dio el visto bueno para presentarse en la contienda electoral. 

Como sabía que era difícil conseguir un escaño, Vergara promovió a otro candidato al Concejo de los conservadores, que también fue su socio  en varios procesos de contratación. Así como logró poner a su gran amigo Miguel Banguera, su nueva ficha en la corporación. 

Sin embargo, su poder parece ir más allá de las alianzas políticas. Otoniel Vergara tiene contacto directo con funcionarios de alto nivel, particularmente en la dirección general  del ICBF, donde tendría una madrina que, según testimonios recibidos por CAMBIO, es quien le ayuda a poder contratar con esa entidad. 

Se trataría de Martha Isabel Tovar, asesora de la directora Astrid Cáceres, quien lleva muchos años vinculada al Bienestar Familiar. La funcionaria, tal como se escucha en las llamadas que CAMBIO reveló el pasado domingo, parece tener una relación muy cercana con el contratista que trasciende la laboral.

Por eso es que nunca antes, desde 2014 cuando logró su primer contrato con esa entidad, lo habían sancionado por incumplir con sus obligaciones. Otoniel Vergara ha hecho cuanto quiere con los recursos que le entregan en el ICBF regional y aun así nadie se ha atrevido a actuar.