Reforma a la salud: las razones políticas del Gobierno para insistir en tramitarla como ley ordinaria
16 Febrero 2023

Reforma a la salud: las razones políticas del Gobierno para insistir en tramitarla como ley ordinaria

Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño

Si se tratara de una ley estatutaria, el proyecto de reforma a la salud iniciaría trámite en las comisiones primeras, donde la oposición es mayor, y no en las comisiones séptimas, donde el Gobierno domina.

Por: Andrés Muñoz

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Desde la radicación de la reforma a la salud en el Congreso, el pasado 13 de febrero, más de 20 congresistas le han advertido al Gobierno el riesgo de que el proyecto sea declarado inexequible por la Corte Constitucional por ser tramitado como una ley ordinaria y no como una estatutaria.

El alto Gobierno hizo caso omiso al llamado. Pronto, los ministros de Interior, Alfonso Prada, y Salud, Carolina Corcho, expusieron los argumentos legales que justificaban la decisión: “La reforma a la salud radicada establece el cómo garantizar el derecho fundamental que estableció la ley estatutaria", dijo Corcho. Y agregó Prada: "La reforma a la salud, en esencia, desarrolla la ley estatutaria 1751 de 2015 y no modifica la definición ni el contenido del concepto del derecho fundamental de salud".

Sin embargo, quienes sí se mostraron dubitativos fueron Roy Barreras, presidente del Senado, y David Racero, presidente de la Cámara de Representantes. Barreras dijo en la mañana del 15 de febrero que le había solicitado a Prada pedir el concepto del Consejo de Estado, pero tres horas después declaró que ya las dudas habían sido despejadas por el equipo jurídico de la presidencia del Senado y que la reforma a la salud continuaba su trámite como ley ordinaria. Por su parte, Racero adhirió a la postura de Roy Barreras hasta este 16 de febrero.

Con la luz verde de los líderes de ambas corporaciones, la reforma a la salud iniciará su camino legislativo en la Comisión Séptima de la Cámara y no en la Comisión Primera.

¿Por qué el Gobierno insiste con la Comisión Séptima para la reforma a la salud?

El Gobierno tuvo la potestad de elegir en dónde radicar la reforma: en el Senado o en la Cámara. El Ejecutivo optó por la segunda porque, no solo porque esté convencido de que se trata de una ley ordinaria, sino porque, según dijo David Racero, allí “existen mayores consensos”.

La Comisión Séptima de la Cámara está presidida por Agmeth Escaf, congresista del Pacto Histórico y amigo íntimo de la primera dama, Verónica Alcocer.

Además de Escaf, el Pacto Histórico tiene otros tres representantes en esa comisión: Alfredo Mondragón, Léider Vásquez y María Fernanda Carrascal, todos alfiles del petrismo y lejanos a posiciones críticas a la reforma, como las de Roy Barreras.

También hay que sumar dos legisladores del Partido Verde, Martha Alfonso y Camilo Londoño, ambos con opiniones favorables a la reforma y al Gobierno, así como Germán Gómez, de Comunes.

"Estamos seguras de que Colombia puede tener un mejor sistema de salud. Esta es una de las reformas más esperadas por los ciudadanos” dijo Alfonso.

En el Senado, las cuentas también son favorables. La Comisión Séptima en esa corporación está presidida por Norma Hurtado Sánchez, quien hace parte del Partido de la U, colectividad de la coalición de Gobierno que no tiene en sus planes cambiar su postura favorable a Petro.

En contraste, en las comisiones primeras el panorama para el Gobierno es menos alentador. En el caso de la Cámara, la comisión está presidida por Juan Carlos Wills Ospina, representante del Partido Conservador, cercano a Efraín Cepeda, y quien tiene serios reparos a la reforma a la salud.

“En el Congreso de la República tenemos que trabajar en fortalecer el sistema de salud en Colombia, pero no en acabarlo”, dijo Wills.

Con el cambio de mando en el Partido Conservador, el apoyo irrestricto de los azules a las reformas del Gobierno se está renegociando, pues el objetivo de esa colectividad es tener mayor participación en el gabinete. En total, los conservadores tienen seis representantes en esa comisión y tres senadores.

En el Senado, el presidente de la Comisión Primera es Fabio Amín Saleme, del Partido Liberal. Esa colectividad también ha expresado sus reparos a la reforma por instrucción de César Gaviria. Tienen siete representantes en esa comisión y tres senadores. Uno de los líderes de esa bancada es el representante bogotano Juan Carlos Losada, quien ha insistido en el llamado al Gobierno a dejar su “terquedad jurídica” con la reforma a la salud.

La oposición también tiene mucho más peso político en la Comisión Primera que en la Séptima. Entre Cambio Radical y el Centro Democrático suman 10 representantes y cuatro senadores, entre los que se encuentran varios que han expresado las posturas más críticas al Gobierno Petro en el Legislativo, como Miguel Polo Polo, José Jaime Uscátegui, Carolina Arbeláez, Hernán Cadavid, María Fernanda Cabal y Paloma Valencia.

En el caso de los verdes, tienen a Santiago Osorio, Duvalier Sánchez, Ariel Ávila, JotaPe Hernández y Catherine Juvinao. Los dos últimos han arreciado sus críticas hacia el Gobierno Petro en los últimos meses. Hernández, el senador más votado de Colombia, viene impulsando la idea dentro de su partido de salirse de la coalición de Gobierno.

También es cuestión de votos

Además de iniciar en una comisión con un ambiente político más favorable, tramitar la reforma a la salud como ley ordinaria también es conveniente para el Gobierno, pues el umbral de votos es menor a que si se tramita como ley estatutaria.

Si se tramita como estatutaria, el Gobierno necesitaría la mitad más uno de los votos del total de integrantes de cada comisión y de las plenarias de Senado y Cámara. En cambio, al hacerlo como ordinaria, solo necesitaría una mayoría simple del total de asistentes a la votación.

Es decir, teniendo en cuenta el promedio de asistencia en ambas corporaciones, el Gobierno pasaría de necesitar mínimo 71 votos favorables en la Cámara a 91. Y en el Senado, el umbral pasaría de 41 votos a 55.

A la oposición, en cambio, le conviene que la reforma inicie tránsito en la Comisión Primera, donde tendría mayor margen de maniobra y negociación.

 

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