Exclusivo: CAMBIO descubre la reunión secreta del presidente Gustavo Petro y la fiscal (e) Martha Mancera

Crédito: Fotos Colprensa

15 Marzo 2024

Exclusivo: CAMBIO descubre la reunión secreta del presidente Gustavo Petro y la fiscal (e) Martha Mancera

Mientras Petro atacaba la permanencia de Mancera y la demora de la Corte en elegir fiscal, se reunió con ella sigilosamente en la casa del ministro de Justicia, Néstor Osuna. Todo sucedió días antes de la accidentada elección de la nueva fiscal y la renuncia de la candidata favorita del mandatario.

Por: Redacción Cambio

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La noche del miércoles 6 de marzo, en el barrio Rosales vieron llegar un desfile de camionetas blindadas de tal magnitud que sorprendió a los vecinos de un sector acostumbrado a las escoltas numerosas. Coincidieron las dos caravanas de seguridad más nutridas del país. Se trataba de la escolta de la fiscal general de la nación y la del presidente de la república. Los nutridos esquemas con sus avanzadas, su cortejo de motocicletas, hombres fuertemente armados, ambulancias y carros antibalas llegaron hasta un edificio de por sí custodiado porque allí vive el ministro de justicia Néstor Osuna. 

Algunos que se asomaron a las ventanas vieron entrar a la edificación al presidente Gustavo Petro acompañado por la directora de Dapre, Laura Sarabia. El asombro creció cuando a la misma portería llegaron la fiscal encargada Martha Mancera y el vicefiscal Hernando Toro. Los mejor informados no podían creer que dos personas que habían sostenido un agrio enfrentamiento público estuvieran en el mismo edificio. Mancera había responsabilizado a Petro por lo que pudiera pasarle y el mandatario la había señalado unos días antes como agente de intereses mafiosos en Buenaventura por no haber ordenado investigar al jefe del CTI en el puerto, Francisco Martínez Ardila, conocido como Pacho Malo, por supuestos vínculos con el narcotráfico.
 
Entre decenas de mensajes de su cuenta de Twitter, el presidente dijo “Yo no soy indolente y arrogante ante las consecuencias de entregarle la fiscalía a la señora Martha Mancera”, lo hizo para justificar una manifestación en el Palacio de Justicia para urgir la elección de la nueva fiscal. Ella por su parte aseguró que el presidente “le estaba poniendo una lápida”.

Pocos podrían imaginarse que ellos estaban reunidos mientras el país se dividía entre los que pensaban que la permanencia de Mancera era una claudicación ante las mafias y quienes consideran que Petro quería sacarla del puesto rápido para asegurar la impunidad de su hijo Nicolás y su mano derecha Laura Sarabia. 

La reunión sucedía además en víspera de la sala plena de la Corte Suprema de Justicia que votaría después del escándalo de los trinos del esposo de Amelia Pérez, quien hasta ese momento había sido la candidata con más votos.

El encuentro se dio lejos de las cámaras y de la atención pública. No fue en la Casa de Nariño, ni en la Fiscalía, lugares cubiertos por numerosos reporteros. Para conservar la confidencialidad fue escogido el apartamento del ministro Néstor Osuna y su esposo Mauricio Arroyave. Los anfitriones, Laura Sarabia y el vicefiscal Hernando Toro se quedaron en la sala del apartamento. Mientras tanto el presidente Petro y la fiscal encargada Mancera se reunieron a solas en el estudio por 40 minutos.

Lo primero que salta a la vista es la inconveniente presencia de la exjefa de gabinete Laura Sarabia. Tiene una presentación difícil que una alta funcionaria investigada por la Fiscalía por el caso de su niñera Marelbys Meza, esté en una reunión extraproceso con la fiscal general y el vicefiscal. Nadie cree en la autonomía de los fiscales en casos de interés nacional, mucho menos en este que toca a la persona más cercana al presidente y que compromete a varios miembros del equipo de seguridad de la Casa de Nariño. Por eso es inexplicable e inaceptable que la investigada se vea socialmente, y a escondidas, con las cabezas del ente investigador. Según uno de los asistentes a la reunión, ni Mancera ni Toro sabían que Laura Sarabia se iba a aparecer pero todo indica que no manifestaron incomodidad alguna.

CAMBIO descubre la reunión secreta del presidente Gustavo Petro y la fiscal (e) Martha Mancera

Eso de por sí ya sería noticia, pero hay algo más que produce inquietud: El presidente y la fiscal Mancera estaban reunidos unas horas antes de que la Corte Suprema iniciara una votación crucial para elegir a la nueva fiscal general. A esa hora era de público conocimiento que la favorita de unos días antes, Amelia Pérez, se había desinflado. También se sabía que la elección de Luz Adriana Camargo iba tomando forma de manera inexorable.

La doctora Camargo llegó de última a la terna. Fue nominada para reemplazar a Amparo Cerón cuya cercanía con Néstor Humberto Martínez y actuaciones en el caso Odebrecht se conocieron después de la nominación y la despojaron de la confianza del jefe de Estado. El nombre de Camargo llegó al presidente Petro por el ministro de defensa Iván Velásquez. Ella fue magistrada auxiliar de la Corte Suprema al tiempo con él y juntos investigaron la parapolítica enviando a decenas de congresistas a la cárcel por su relación con grupos paramilitares. Años después cuando la Organización de Naciones Unidas designó a Velásquez como director de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), Luz Adriana Camargo fue su mano derecha.

La cercanía con Velásquez la hacía prácticamente inelegible por la Corte Suprema ya que el hoy ministro de defensa demandó, sin éxito, la elección de siete magistrados, casi la tercera parte del tribunal incluyendo al presidente Gerson Chaverra. Ellos no lo perdonan. La paradoja consistía en que Luz Adriana Camargo había llegado a la terna por Velásquez pero solo podría tener chance de ser elegida si renegaba de él y aseguraba que no tendría ninguna injerencia en su Fiscalía. El rumor inicial en el Palacio de Justicia era que si elegían a Camargo como fiscal estarían escogiendo a Iván Velásquez, o a una ficha suya, como vicefiscal.

En el proceso de lograr la cuadratura de ese círculo, la doctora Camargo fue ganando apoyos en la Corte y perdiéndolos en el gobierno. Su jugada más grande fue anunciar a varios miembros de la Suprema que su vicefiscal sería Gilberto Javier Guerrero Díaz, un exmagistrado auxiliar del alto tribunal con simpatía entre los electores y distancias con Velásquez.  Petro veía estas y otras actitudes como un gesto de deslealtad e ingratitud de ella con su antiguo compañero y jefe. Además, desde el gobierno, se empezó a mencionar que el potencial vicefiscal tenía mucha proximidad con la fiscal encargada Martha Mancera. Guerrero fue director de fiscalías en Cali mientras Mancera tenía el mismo cargo en el resto del departamento con sede en Buga y jurisdicción en Buenaventura donde se originan varios de los cuestionamientos contra ella. 

Aunque Petro no hizo nada para que Amelia Pérez fuera elegida, muchos miembros de su equipo piensan que se fue volviendo su favorita. Aseguran que cuando empezó a ver naufragar su candidatura y el súbito auge de Luz Adriana Camargo le pasó por la cabeza la desintegración de la terna para incluir un candidato que lo representara mejor y que tuviera apoyos asegurados dentro de la Corte. Hablaron incluso del retorno del nombre de su antiguo abogado Héctor Carvajal, que hizo campaña y tuvo los votos de los magistrados. Lo único que le faltó fue que su amigo el presidente lo metiera en la lista de tres. Otro nombre que empezó a sonar ante la eventual reelaboración de la terna fue el del exvicefiscal Jorge Perdomo.

CAMBIO descubre la reunión secreta del presidente Gustavo Petro y la fiscal (e) Martha Mancera

De cualquier forma, una eventual desintegración de la terna tendría como consecuencia lógica la prolongación por meses del encargo de Martha Mancera, lo cual podría explicar el súbito y confidencial encuentro del jefe de Estado con ella.

Petro, que carga el problema judicial de su hijo Nicolás, envió inicialmente la terna para elegir fiscal general un día después de la captura de su primogénito y en medio de las declaraciones que daba contra él. Desde ese momento sostuvo públicamente que la suya era una terna de juristas, a quienes no conocía y de quienes solo esperaba independencia. Cuando cambió a Amparo Cerón, reiteró que no era amigo de ninguna de ellas y que no haría guiños para favorecer a nadie. Esa promesa, que algunos consideraron ejemplar, se empaña sin duda por la reunión secreta con la fiscal encargada seis días antes de la elección de su sucesora.

El encuentro quizás habría permanecido en las oscuridades del poder de no ser porque desató la ira del hasta hace unos días jefe de la fiscal Martha Mancera. Francisco Barbosa puso el grito en el cielo por la reunión que percibe como una traición y califica como un “pacto con el diablo”. Él le había dicho a Blu Radio, dirigida por el periodista Ricardo Ospina, que Petro le pidió en un momento cambiar a la entonces vicefiscal Mancera porque le tenía miedo. Después intrigó ante varios magistrados de la Corte para que extendieran lo más posible la interinidad. Buscó en sus medios amigos una forma de promoverla por encima de las dudas que existen por sus actuaciones en los casos de los llamados “narcofiscales” y Pacho Malo. Apretó el acelerador para que le archivaran los procesos en la fiscalía delegada ante la Corte que le reportaba a él. Movió las voces de la derecha para convertir a Mancera en un símbolo político e incluso la llevó a Washington, rodeada de cámaras, para tomarle fotos frente al Departamento de Justicia, que según él apoyaba sin reservas la permanencia de ella en el puesto.

Así fue la reunión entre Petro y Mancera

La colérica reacción de Barbosa, conocida por sus allegados, fue lo que le permitió a CAMBIO saber de la existencia de la reunión.

Hace pocas horas el ministro de justicia, Néstor Osuna, le confirmó el encuentro al periodista Daniel Coronell. Afirmó que la iniciativa había venido del vicefiscal quien lo visitó en su despacho para explorar la posibilidad de juntar al presidente con la fiscal encargada. Cuando el mandatario dio el sí se acordó que se haría en casa del ministro. Osuna dice que desconoce de qué hablaron Petro y Mancera durante los 40 minutos que estuvieron a solas y a puerta cerrada.

Como sea, un día después de la reunión, el jueves, se empezaron a precipitar los acontecimientos. La votación de la Corte Suprema le entregó trece votos a Luz Adriana Camargo y Amelia Pérez bajó a cuatro. El tribunal citó a una sala plena extraordinaria para el martes siguiente, una señal clara de que no quería seguir alargando los plazos. La antigua líder de la carrera, Amelia Pérez, anunció en entrevista con El Tiempo, publicada el lunes, que no renunciaría y dejó entrever que esperaba recuperar su viabilidad, pero 24 horas después hizo lo contrario: se presentó en la Corte Suprema con una carta dimitiendo que la mostraba como una mala perdedora que buscaba evitar el inminente triunfo de su contendora y retrasar todo el proceso. 

La pregunta obvia que surge es si la reunión del presidente Petro y la fiscal Mancera tuvo algo que ver con esa decisión.

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