Gustavo Petro en el debate feminista de 2022.
Crédito: Capturas de pantalla video.
El silencio selectivo del presidente Petro frente a denuncias de violencia basadas en género
Los señalamientos contra Diego Cancino se suman a otras denuncias hacia funcionarios o exfuncionarios del Gobierno de Gustavo Petro. El silencio del jefe de Estado frente a estas denuncias contrasta con la vehemencia que ha tenido hacia otros señalados como César Lorduy. Las reacciones contradictorias de Petro parecen privilegiar la cercanía ideológica por encima de la coherencia.
Por: Andrés Mateo Muñoz
César Lorduy y Diego Cancino están en orillas ideológicas distintas. Sin embargo, tienen en común que, en los últimos 20 días, fueron denunciados públicamente por presunto acoso o abuso sexual. En ambos casos –revelados por CAMBIO– las víctimas estuvieron inmersas en una relación desigual de poder que se convirtieron en desagradables experiencias de agresión.
Aunque las denuncias contra Lorduy y Cancino comparten similitudes, la reacción del presidente Petro no ha sido idéntica. El mandatario no tardó más de dos horas en pedir la ‘renuncia inmediata’ del presidente del Consejo Nacional Electoral, luego de la publicación de la entrevista de la representante Ingrid Aguirre, quien señala a Lorduy de exigirle dinero y favores sexuales.
Incluso, Petro reiteró su llamado a la renuncia del magistrado apenas un día después:
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“Si aún le queda decencia, el señor Lorduy debe renunciar. Siendo un acosador de mujeres, y haber sido procesado hasta que prescribió el caso de feminicidio, no tiene ninguna autoridad para juzgar a nadie”, escribió el mandatario el pasado 14 de octubre.
En resumen: dos pedidos de renuncia en menos de 24 horas. Una postura implacable y –en apariencia– solidaria con la presunta víctima.
No obstante, en el caso de Cancino la reacción presidencial ha sido diferente, o más bien indiferente. Hasta el momento, no ha habido un pronunciamiento público del mandatario al respecto y el exconcejal de Bogotá sigue siendo el único postulado a la presidencia de la SAE y él no ha declinado explícitamente esa designación. En las redes sociales del jefe de Estado tampoco hay rastro de comentarios pidiendo a Cancino desistir de su nombramiento 48 horas después de su publicación.
La denunciante, Viviana Vargas, hizo un llamado a la coherencia al mismo tiempo que ratificó su apoyo al proyecto político progresista. "Yo apoyo hasta el final al presidente Petro, a la vicepresidenta, Francia Márquez, y todo este proyecto político, pero siento que debe haber coherencia", declaró Vargas.
Pero el silencio también se ha extendido hacia el gabinete ministerial. Salvo el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ningún otro integrante del alto Gobierno se ha solidarizado con Viviana Vargas o le ha exigido a Cancino que desista de su postulación.
“Saludo y reconozco la valentía de Yuly Viviana Vargas al presentar su denuncia y reafirmo nuestro compromiso para garantizar que existan instancias en el ministerio que permitan denunciar este tipo de conductas de manera segura y confidencial”, dijo el ministro Cristo.
Y por los lados del Pacto Histórico, las reacciones han sido pocas, por lo menos comparadas con las del caso de Lorduy. Las congresistas Sandra Ramírez, Alexandra Vásquez y María José Pizarro fueron algunas de las pocas caras visibles del petrismo que se solidarizaron públicamente con Vargas. De hecho, Vásquez hizo énfasis en la necesidad de ir más allá de las ideologías para rechazar este tipo de actos.
Fuentes en el Pacto Histórico apuntaron que la posición sobre la denuncia de Cancino no es unánime, pues si bien algunos le creen a la denunciante, otros prefieren pensar que se trata de un supuesto ataque político producto de la división interna del Partido Alianza Verde.
¿Es una cuestión de ideología?
El de Cancino no es un caso aislado de silencio del presidente Petro y sus escuderos sobre denuncias de presunta violencia basada en género. El caso más emblemático es el del embajador Armando Benedetti. Hace apenas cuatro meses se conoció que el diplomático estaba involucrado en una denuncia por presunta agresión en contra de su esposa, Adelina Guerrero ocurrida en España en junio pasado.
Según la denuncia que hizo Guerrero, Benedetti la habría amenazado con un cuchillo y le rompió su ropa. La policía española tuvo que intervenir para evitar que la discusión tuviera peores consecuencias. Por su parte, la Cancillería abrió un proceso de investigación interna en contra de Benedetti, quien ha dicho que nunca amenazó a nadie con un arma blanca.
“No amenacé a mi esposa, a mi suegra ni a nadie con un arma blanca”, le dijo Benedetti a la W Radio en septiembre pasado.
Por supuesto, a la fecha no ha habido ningún pronunciamiento del presidente Petro sobre el caso de su embajador ante la FAO, quien a pesar de sus escándalos y de agredir verbalmente a Laura Sarabia, escaló desde la jefatura de campaña presidencial a una importante embajada con sede en Roma.
“A las mujeres activistas nos impusieron el silencio ante las violencias que vivíamos dizque para proteger al proyecto político y ‘no hacerle el juego a la derecha’. Ese cuentico nos dejó en manos de hombres que gobiernan cómodos con acosadores: Hollman, Benedetti, Cancino, de Currea”, dijo la representante Jennifer Pedraza.
Justamente, el nombre de Hollman Morris es otro en la lista de denunciados por presunto acoso laboral, sexual y maltrato intrafamiliar. Entre las denunciantes están Patricia Casas, exesposa de Morris; Carolina Valencia, periodista, y María Antonia García. A lo anterior hay que sumarle las denuncias en contra de Morris por presunto acoso laboral que han llegado al Comité de Convivencia de RTVC desde que es el gerente general de los medios públicos.
En varias ocasiones Morris ha negado ser responsable de cualquier abuso o maltrato y ha optado por señalar que las denuncias podrían estar motivadas políticamente.
"El ser agentes del cambio, no de ahora sino de toda una vida, nos lleva a tener que soportar todo tipo de infamias", dijo Hollman Morris en enero de este año
Por otro lado, y también en los terrenos de la diplomacia, está el caso del académico Víctor de Currea Lugo, a quien el Gobierno de Petro intentó nombrarlo embajador en los Emiratos Árabes Unidos. En enero de 2023, CAMBIO reveló los testimonios de cinco mujeres que aseguraron haber sido víctimas de acoso por parte de Currea Lugo.
Aunque gracias a ello el nombramiento de Currea Lugo se cayó, no hubo pronunciamiento alguno por parte del presidente Petro. Lo mismo sucedió en enero de 2023, época en la que se conoció la denuncia de una mujer en contra de Mauricio Lizcano por presunto acoso en su época como congresista del Partido de la U. El funcionario aseguró que lo denunciado no correspondía a la realidad: "Es una información totalmente falsa", dijo Lizcano en enero pasado.
Dos meses después de conocerse la denuncia, Lizcano pasó de la dirección del Dapre a ser ministro de las TIC.
Los silencios del presidente Petro hacen cada vez más incómoda la imagen del hoy mandatario con la pañoleta verde en el debate feminista de 2022. La ´prudencia’ selectiva del jefe de Estado en contra de presuntos agresores que hicieron o hacen parte de su Gobierno abrieron grietas que parecen irreparables con los movimientos feministas. Todo apunta a que llegará 2026 y los denunciados seguirán ahí.