Un antiguo basurero de Bogotá se convertirá en velódromo: ¿qué pasará cuando se remueva toda esa basura?

Aspectos del prerdio Gibraltar en Patio Bonito, localidad de Kennedy

Crédito: Fotografía: Iván Serrano

26 Enero 2024

Un antiguo basurero de Bogotá se convertirá en velódromo: ¿qué pasará cuando se remueva toda esa basura?

A denuncias por posibles irregularidades en la adjudicación de un velódromo a días de que Claudia López terminara su mandato, surgen cuestionamientos de índole ambiental. El megaproyecto será construido sobre un relleno sanitario y los vecinos están aterrados por el impacto sobre su salud cuando las toneladas de basura comiencen a removerse.

Por: Iván Serrano

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Una de las más grandes crisis por la disposición y manejo de basuras en Bogotá ocurrió hace 36 años. Era el año 1988, y la ciudad se encontraba atiborrada de desechos sin recoger. Bogotá olía mal y los gallinazos se paseaban a gusto por los barrios y avenidas capitalinas.

Dos eventos propiciaron la tormenta perfecta. De un lado, una huelga de trabajadores de la Edis; del otro, una protesta de habitantes de Patio Bonito, uno de los sectores más sufridos de Bogotá. Los vecinos se pararon en la raya e impidieron el ingreso de más camiones a un basurero con el que convivían al lado, el de Gibraltar.

La crisis marcó para siempre la historia de la disposición de basuras en la ciudad. Presionado por la emergencia, el entonces alcalde Andrés Pastrana inauguró el relleno sanitario Doña Juana, lugar en el que actualmente se depositan cerca de 6 millones de toneladas diarias de basura.

Gibraltar fue cerrado y el otrora basurero a cielo abierto se cubrió de pasto y una que otra acacia. Sin embargo, esa vieja historia que esconde toneladas de basura mal dispuesta y sin clasificar ha vuelto a emerger.

Algo huele mal en Gibraltar

Esperanza Vanegas es residente del barrio las Acacias, en la UPZ de Patio Bonito, la de mayor densidad poblacional en Bogotá. Esperanza, residente del sector hace 25 años, ha lidiado con inundaciones, vías deficientes, problemas de seguridad y –de un tiempo para acá– con una serie de malos olores, proliferación de ratas y muchas moscas y mosquitos.

Esperanza Vanegas, residente del barrio Las Acacias


Las nuevas molestias, según la señora Vanegas, iniciaron el año pasado, con las obras de primera línea del metro que se ejecutan en un borde del lote Gibraltar. Wilton López, miembro de la Junta de Acción Comunal del barrio Las Acacias, le dijo a CAMBIO que las enormes grúas y maquinaria con la que actualmente se interviene una franja del predio han terminado por desenterrar enormes cantidades de basura, basura que estuvo bajo tierra por más de 30 años.

Wilton López, miembro de la JAC del barrio Las Acacias


CAMBIO visitó la zona. Las condiciones de las viviendas al lado de Gibraltar son de una precariedad que uno pensaría ya superada en Bogotá: niños que juegan alrededor de cúmulos de residuos, mujeres que cocinan en leña, terrenos adyacentes que ocultan toneladas de desperdicios y la cercanía a las contaminadas aguas del río Bogotá.

Lo que afirma Wilton López es fácilmente verificable. Sobre los pastos se ve esparcida la basura. Y no es una basura cualquiera. Se ven empaques de productos que desaparecieron hace años, como los de Jacks Snacks, y otros empaques de finales de los años ochenta de marcas que ya no existen.


Por si fuera poco, también se ven residuos hospitalarios, como bolsas de suero de aplicación intravenosa, que han emergido a la superficie por cuenta de las recientes obras.

El pasado 21 de enero, la administración de Claudia López dejó contratada una megaconstrucción que podría cambiar para siempre las condiciones en las que hoy viven los habitantes del sector: un velódromo para competencias profesionales que incluirá, según le contó a CAMBIO Anderson Melo, director de construcciones del Instituto Distrital de Recreación y Deporte de Bogotá (IDRD), un centro de alto rendimiento en jiu jitsu, taekwondo y boxeo; y piscinas olímpicas y semiolímpicas de acuerdo con la reglamentación de la Federación Internacional de Natación. "Vamos a complementar la oferta con la Manzana del Cuidado de Kennedy y de Bosa, que tendrá auditorio y salones multipropósitos. Más hacia el occidente de ese predio, que tiene más de 66 hectáreas, tendremos pista de atletismo, marcha, nuevas tendencias deportivas y módulos para aprovechamiento económico".

El proyecto, sin embargo, tiene preocupados a los vecinos, por la incertidumbre de lo que pueda pasar cuando las toneladas de tierra empiecen a ser removidas. “Nosotros tenemos en este sector muchos problemas de enfermedades respiratorias, sobre todo en niños y adultos mayores. Nos preocupa lo que pueda pasar cuando empiecen las obras del velódromo, cuando toda esa basura empiece a emerger” le dijo Wilton López a CAMBIO.

Una cuestionada adjudicación

El contrato, por 132.821 millones de pesos, es uno de los más altos entregado por el IDRD en los últimos años. El proceso de selección del constructor comenzó con una licitación tradicional que quedó desierta. Entonces, la administración López acudió a una selección abreviada, un proceso permitido por la ley pero que exige menos instancias y requisitos que una licitación. La ganó CYG Ingeniería y Construcciones, empresa mayoritaria del consorcio Unión Temporal Metropolitano Porvenir. Esta selección abreviada, no obstante, ya levantó sospechas.

El abogado Juan Pablo Nova, apoderado del Consorcio Velódromo Bogotá, unión temporal que quedó en tercer lugar en la puja, ya anunció que su cliente demandará al Distrito para que le sean reconocidos los perjuicios por un proceso de selección que, a su juicio, estuvo mal hecho y con graves irregularidades.

Nova asegura que CYG Ingeniería y Construcciones no reportó un desarrollo inmobiliario de gran envergadura que adelanta en la calle 63d con carrera 30 en Bogotá. Reportar los contratos es una obligación que tienen los contratistas para que los comités de selección tengan certeza de la capacidad económica, de endeudamiento y de ejecución de cada oferente. “Estamos hablando de un proyecto inmobiliario que puede sumar más de 250.000 millones de pesos. ¿Cómo le ocultan ese proyecto a una entidad estatal para que esta no sepa si tiene la capacidad de ejecutar el contrato?”, aseguró Nova, quien sostiene que su competidor debió ser descalificado.

Nova agregó que el gobierno de Carlos Fernando Galán tiene la obligación de revisar el proceso y de ponerlo en conocimiento de la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría. Si esto no sucede, anunció que él mismo lo hará.

El diagnóstico del Acueducto sobre el lote Gibraltar

El lote Gibraltar se llama, en realidad, Parque Metropolitano Gibraltar. Sin embargo, allí no ha habido más que pasto y una que otra especie nativa. El proyecto de parque nunca se concretó, en buena parte por la contaminación del suelo por la presencia de gases, lixiviados (líquidos que produce la misma basura acumulada) y metales pesados.

En 2018, la Empresa de Acueducto de Bogotá contrató una consultoría para que hiciera un diagnóstico de manejo ambiental en ese terreno, el cual, para 1985 recibía, en sus 66 hectáreas, unas 3.400 toneladas de basura diarias. Hoy se calcula que el relleno de basuras tiene 13,5 metros de profundidad, es decir, lo equivalente a un edificio de cinco pisos. 

El análisis de suelo reportó que en Gibraltar la presencia de la mayoría de metales pesados no representaba riesgo para la salud pública. Sin embargo, el Acueducto detectó que el benzopireno, una sustancia sobre la que el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos sospecha que es cancerígena, se encuentra en proporciones por arriba de lo permitido. El estudio de lixiviados también determinó que los presentes en Gibraltar requerirán tratamiento antes de ser vertidos a un cuerpo de agua.  En cuanto a los gases, el propio Acueducto, durante la alcaldía de Claudia López, implementó, con chimeneas pasivas, un plan de desgasificación.

Aún así, los riesgos de contaminación surgirán cuando la basura empiece a ser removida. Trabajadores, contratistas y transeúntes podrán ser potenciales receptores de vapores y partículas emanadas durante las obras. Once colegios y tres centros asistenciales fueron catalogados dentro del estudio como posibles receptores de dichas partículas por vía aérea. La obra será tan compleja que la sola remoción de basuras para construir el velódromo costará 40.000 millones de pesos.

Listado de colegios y centros asistenciales identificados por la consultoría

 

¿Qué dice el IDRD? Habla el director de construcciones

CAMBIO habló con Anderson Melo, director de construcciones del IDRD, quien aseguró que el proceso de adjudicación de la megaobra se realizó de manera transparente y legal. También dijo que el proyecto cuenta con todos los permisos y vistos buenos ambientales, los mismos fueron otorgados por la Secretaría de Ambiente, entidad que, al igual que el IDRD, hacen parte de las entidades cuyas políticas y lineamientos son definidas por la Alcaldía de Bogotá.

CAMBIO: Durante años se proyectó el Parque Metropolitano Gibraltar como un sitio con canchas de BMX y senderos de recreación pasiva. Ahora será un velódromo. ¿Cuáles son las características que diferencian a un parque vecinal de un escenario de alto rendimiento?

Anderson Melo: Un escenario de alto rendimiento, como un velódromo, está diseñado para que efectivamente sea un escenario certificado, un escenario de categoría C1. Esto me va a permitir poder tener competencias nacionales e internacionales, a diferencia de escenarios como cualquier otro tipo de parque. Un escenario C1 me permite tener formación deportiva y no me excluye que las escuelas de formación deportiva puedan practicar en ese tipo de escenarios.

CAMBIO: Voceros de la Federación Colombiana de Ciclismo aseguran que Patio Bonito no cuenta ni con la infraestructura hotelera, ni de parqueos, ni de proximidad con el aeropuerto, que son condiciones básicas para que un escenario deportivo sea tenido en cuenta en competencias internacionales.

A.M.:  Una cosa es certificar el escenario. El velódromo cumple con la especificidad para ser escenario C1. Es evidente que para hacer un evento internacional también se requieren otros equipamientos y soportes. Somos conscientes de que la Federación nos dijo que posiblemente vamos a tener inconvenientes allí, pero también les mencionamos los desarrollos en movilidad que va a tener el sector, que se está transformando. Actualmente tenemos la avenida Guayacanes, que cruza el suroccidente; la ALO sur, que está próxima a ser construida; el metro y una serie de ciclorrutas que permitirán tener la cercanía con el Aeropuerto El Dorado y a todo el desarrollo hotelero que tiene Fontibón.

CAMBIO: ¿Por qué construir ese proyecto sobre un relleno sanitario?

A.M.:  Son 66 hectáreas y había que desarrollarlas. Teníamos un mandato de ordenamiento territorial que nos decía: desarrolle el predio. Respecto al tema del pasivo ambiental, nosotros hicimos las consultas necesarias ante la autoridad ambiental para saber si se podía realizar algo allí. Tenemos el visto bueno de la Secretaría de Ambiente.

CAMBIO: El visto bueno del mismo Distrito.

A.M.: Para eso está la autoridad ambiental, y en el Distrito es la Secretaría Distrital de Ambiente; en la parte rural, la CAR. Más allá de que sea el mismo Distrito la autoridad ambiental, es la Secretaría de Ambiente. Tenemos el visto bueno, pero hay algo importante: entre 2020 y 2021 el Acueducto hizo el proceso de desgasificación del predio.

CAMBIO: Además del gas, estamos hablando de entre 11 y 13 metros de basura enterrada. No sabemos a ciencia cierta qué tipo de basura hay, porque en esa época se acumulaba de manera indiscriminada. Eso genera mayores retos en materia de construcción y ambiental, lo que supone mayores costos en la obra.

A.M.: Sí, y esto fue contemplado durante la etapa de diseño. Efectivamente, como usted lo menciona, nosotros nos encontramos con ese relleno antrópico que tiene unos espesores, pero eso está contemplado en los diseños: una cimentación, una protección de los pilotes que van a estar en contacto con el relleno, y tratar de mover de menor manera posible el terreno para evitar algún inconveniente ambiental.

CAMBIO: El menor movimiento de tierra lo entendería uno con canchas de BMX y senderos, pero usted está hablando de un velódromo, un centro de alto rendimiento y piscinas olímpicas. Eso, supongo, debe generar una remoción de tierra enorme.

A.M.: No necesariamente. Esa sedimentación va a ser por pilotes. Vamos a tener pilotes que me van a permitir sostener esas infraestructuras, no hacer una excavación. No vamos a hacer grandes movimientos de tierra.

CAMBIO: Una consultoría contratada por el Acueducto advirtió de la presencia de lixiviados en el lote y de una concentración, más allá de lo considerado inocuo, de un hidrocarburo llamado benzopireno, potencialmente cancerígeno.

A.M.:  Ahí es importante aclarar que el parque tiene tres zonas con diferentes pasivos ambientales. La fase que vamos a intervenir con el velódromo y la Manzana del Cuidado es la que menos problema tiene, es la que está ubicada más al occidente del predio. Todo el análisis de lixiviados y metales pesados fue analizado por la Secretaría de Ambiente, y todos esos niveles de riesgo fueron revisados. Hoy su visto bueno nos permite realizar este tipo de construcciones. Nosotros no podemos iniciar una obra sin los permisos ambientales.

CAMBIO: ¿Por qué no se hizo esta obra en el complejo deportivo El Salitre?

A.M.:  En 2018, el IDRD hizo un estudio de vulnerabilidad en el que se estableció que el velódromo de la Unidad Deportiva El Salitre no cumplía con las características necesarias para realizar un velódromo de competencia.

CAMBIO: Estuvimos en la zona y los vecinos aseguran estar mortificados por presencia de mosquitos y vectores. Ellos aseguran que esos problemas se derivan de las actuales obras del metro en uno de los costados del predio. Efectivamente, en la zona encontramos empaques y basura que data de los años ochenta, pero también vimos algunos elementos considerados como desechos hospitalarios.

A.M.: La caracterización que nosotros tenemos del suelo no nos arrojó esa especificidad de desechos hospitalarios. Sabemos que fue un botadero a cielo abierto, y sabemos que allí el Acueducto depositó lodos durante años. Esa especificidad de desechos hospitalarios no la tenemos. En la licitación quedó establecido que el contratista debe adoptar todos los planes de contingencia ambiental para atender cualquier evento: olores, vectores, lixiviados. El contratista está obligado a implementar planes de contingencia ante cualquier situación de carácter ambiental que pueda suceder.

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