La ansiedad te mueve o te paraliza

Por Natalia Romero Rosanía

La ansiedad es una respuesta emocional normal a situaciones estresantes. “La ansiedad es motor de vida”, aclara la médica psiquiatra Hazbleyde Obispo. “Por ansiedad es que hacemos las cosas. Por ansiedad es que trabajamos, estudiamos y cumplimos nuestras responsabilidades. Cuando nos sentimos amenazados o en peligro es la ansiedad la que nos ayuda a defendernos o a salir corriendo. Todos los seres humanos, en algún momento de nuestras vidas, sentimos ansiedad”, añade.

Sin embargo, cuando esta es excesiva y dificulta el día a día, se convierte en un trastorno de ansiedad generalizada. “Cuando la ansiedad supera un límite y se desborda, deja de ser motor de vida y se vuelve paralizante. Se reconoce porque la persona manifiesta siempre una preocupación excesiva, dificultad para manejar sus nervios, incapacidad para afrontar situaciones cotidianas y síntomas de sobreactividad fisiológica, como son las palpitaciones, las náuseas y la sudoración en exceso. También se puede manifestar como un temblorcito en manos y pies, pérdida del apetito, dificultad para conciliar el sueño y nerviosismo constante. Cuando la persona pierde la posibilidad de crear futuro y ve todo negro es el momento de consultar con un especialista”, recomienda la doctora Obispo. 

Entre lo tradicional y lo alternativo

Muchas de las personas no lo hacen porque piensan que se les va a pasar. Comparten su situación con familiares, amigos o con el de la farmacia y estos, con todo el amor del mundo pero sin los conocimientos que se requieren para ayudar de verdad, les hacen toda clase de recomendaciones. “El trastorno de ansiedad generalizada tiene un componente médico y debe ser tratada como lo que es: una enfermedad”, enfatiza la especialista. “El tratamiento para el trastorno de ansiedad es con medicamentos que regulen la química del cerebro para que este pueda enviar las respuestas adecuadas ante cualquier situación que se presente”. 

También hay quienes creen, cuando se sienten ansiosos, que si se toman unas goticas de valeriana se les va a pasar. “Soy médica tradicional, pero no descalifico lo alternativo. Lo que sí recomiendo es acudir a un profesional entrenado en medicina alternativa que haya recibido la información completa. También, recomiendo que antes de mezclar medicamentos tradicionales y alternativos, averigüemos bien si estos pueden interactuar o no. Está demostrado que la valeriana no tiene ninguna respuesta ansiolítica y que, por el contrario, podría causar daño hepático. Por el contrario, los medicamentos de la farmacología tradicional son seguros. Estos, combinados con psicoterapia, traen una excelente respuesta y, en pocas semanas, la persona puede retomar su vida normal”, explica.

La psicoterapia recomendada para tratar la ansiedad es la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), que puede ser guiada por el psiquiatra, si ha recibido entrenamiento psicoterapéutico, o por un psicólogo clínico. “El orden es el siguiente: si presenta síntomas, consulte con un médico general. Como algunos de los síntomas del trastorno de ansiedad se pueden confundir con temas cardiovasculares, es importante realizar la valoración y los exámenes pertinentes. Si se descarta la parte médica, el paciente será remitido al psiquiatra, que se encargará de la parte biológica y psicofarmacológica. Luego, este decidirá si requiere acompañamiento psicoterapéutico por parte del psicólogo clínico”.  

Ante la duda, consulte

La psiquiatra Obispo insiste mucho en que no hay que quedarse nunca con la duda y en que siempre que las personas noten cambios físicos, mentales o emocionales, consulten con el especialista. Pasa mucho que después del tratamiento, cuando ya se están sintiendo bien, las personas se arrepienten de no haberlo iniciado antes y así evitado tanto sufrimiento innecesario. 

Asegura que, a pesar de que el manejo de la ansiedad debe tener un componente farmacológico pues debemos regular la química cerebral, hay evidencia que demuestra que el deporte, la relajación, la práctica del yoga y de la meditación, aportan al tratamiento. “Todas estas prácticas ayudan a mantener la salud mental del paciente. Son un apoyo y siempre recomiendo que las tengan en cuenta”. La doctora también les recomienda a sus pacientes que aprendan a tener control de sus pensamientos, que siempre estén muy atentos a los contenidos de su aparato mental y que busquen prácticas que les ayuden a cambiar los pensamientos negativos por positivos. “Nuestro cerebro tiende a producir más pensamientos negativos que positivos, así que es nuestra tarea llenarlo con contenidos positivos y enfocarnos en trabajar nuestro presente. El pasado ya pasó y el futuro siempre es incierto. Solo tenemos el presente”, puntualiza Hazbleyde Obispo, médica especialista en psiquiatría, psicoterapeuta, docente y coordinadora de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Cooperativa de Colombia, en Santa Marta.