La ruleta rusa de las sustancias psicoactivas
20 Junio 2023 12:06 pm

La ruleta rusa de las sustancias psicoactivas

La psiquiatra y psicoterapeuta Hazbleyde Obispo, con más de 19 años de experiencia con pacientes farmacodependientes, explica los peligros de legalizar las drogas y realiza una serie de recomendaciones para prevenir el consumo de estas.

Por: Redacción Cambio

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Por Natalia Romero Rosanía

Lo primero y más importante que hay que saber sobre las adicciones en Colombia es que, aunque hay un consumo importante de sustancias psicoactivas, en especial de marihuana, no todo el mundo consume drogas ni todo el que consume es adicto o fármacodependiente. Sin embargo, existen personas que con solo probar una sustancia psicoactiva por primera vez pueden desarrollar dependencia para toda la vida. 

Según un estudio realizado en 2019 por el Ministerio de Justicia en Bogotá, el 8,3 por ciento de las personas que residen en esta ciudad aceptaron haber consumido marihuana por lo menos una vez en su vida. “Esta es una cifra alta. Significa que 8 de cada 100 personas han consumido y/o están consumiendo de manera regular una sustancia psicoactiva. Este es un número considerable de personas, pero no son la mayoría; este es un factor clave que debe plantearse a la hora de diseñar las campañas de prevención, para que realmente realicen una labor preventiva y no de promoción”, aclara la psiquiatra y psicoterapeuta Hazbleyde Obispo, quien cuenta con formación en el manejo de trastornos al consumo de sustancias psicoactivas nuevas y emergentes en la Universidad de los Andes.  

“Adicionalmente a las sustancias psicoactivas ampliamente conocidas, como son la marihuana, la cocaína y la heroína, están las sustancias emergentes, una serie de nuevas sustancias que están tomando mucha fuerza porque no son ilegales ni están controladas. Además, como algunas son a base de plantas naturales, son difíciles de identificar.  En la actualidad, por ejemplo, encontramos que hay marihuana sintética sin olor que se puede consumir a través de vapeadores”, explica la doctora Obispo. 

Agrega que las sustancias emergentes sintéticas son muy peligrosas, pues son a base de químicos de ferretería. Al no ser ilegales, son muchos los traficantes que las están moviendo. Según la especialista, esta sería una de las principales razones por las cuales se ha aumentado el número de casos de infarto agudo de miocardio y de las enfermedades cerebrovasculares entre los jóvenes en Colombia. 

El peligro está en probar y desarrollar la dependencia

También aclara que existen dos tipos de consumidores de sustancias psicoactivas: los que consumen de manera eventual y recreativa, y los que desarrollan la enfermedad de la dependencia a estas sustancias. “Las personas que luego de consumirlas se vuelven dependientes es porque hay una lesión en el circuito de recompensa que altera la química cerebral, desarrollando la enfermedad, que es crónica, progresiva y mortal, y tiene unos criterios diagnósticos”. 

Estos criterios diagnósticos son el de la abstinencia y el de la tolerancia. El criterio de abstinencia es cuando las personas dependientes suspenden el consumo y presentan unos síntomas reales y dolorosos, que es la forma en la que el organismo reclama la sustancia. Por su parte, el criterio de tolerancia es cuando la persona dependiente necesita cada vez una dosis mayor para sentirse bien. 

Tratamientos para las personas dependientes

No todos los que consumen drogas son adictos ni necesitan tratamiento ni deben ser hospitalizados o internados. El tratamiento adecuado para cada caso varía, según el diagnóstico que realice el profesional de la salud luego de la consulta médica.

“Las personas que desarrollan la enfermedad de dependencia son aquellas que tienen una lesión en el cerebro, la cual se descubre cuando la persona prueba la sustancia psicoactiva. Esta enfermedad no se cura, pero se controla por medio de la psicoterapia y, de esta forma, quien la padece puede vivir como una persona promedio, luego de que realice el tratamiento adecuado que para estos casos consiste en: desintoxicación, deshabituación e inclusión social, siempre apuntándole al cero consumo”, resalta especialista en la atención a la drogadicción con enfoque médico psiquiátrico.

Es importante saber que se nace y se muere con la alteración y que, sin tratamiento médico, la enfermedad progresa. Los pacientes con esta enfermedad terminan muriendo por situaciones relacionadas con el consumo, por sobredosis o intentos suicidas. A pesar de que las familias se ven muy afectadas, el que más sufre es el adicto, pues si no entiende que está enfermo, termina creyendo que el malo es él. Se convence de que no sirve para nada, y quiere acabar con eso. Es por eso que muchos deciden terminar con sus vidas. 

“Una persona es dependiente porque está enferma. Es un tema de bioquímica cerebral y no de fuerza de voluntad. Su organismo reclama la sustancia y es por eso que necesita tratamiento médico y psiquiátrico. No es cuestión de decirle: ‘Sé fuerte y pon de tu parte’. La persona enferma no puede, por voluntad propia, parar de consumir”, subraya la doctora Obispo, quien durante los últimos 19 años se ha dedicado a estudiar la dependencia a sustancias psicoactivas y al tratamiento con personas dependientes. 

Efectos de la dependencia a las sustancias psicoactivas

El impacto más grave de esta enfermedad es el deterioro psicosocial. La historia de un adicto es una historia de pérdidas, pues pierde primero su trabajo, luego a su familia y, finalmente, pierde su escala de valores y su proyecto de vida, cuando esta se limita exclusivamente a conseguir y a consumir la sustancia a la cual es dependiente.

“Como médico, no estoy de acuerdo con el consumo de sustancias psicoactivas, porque es abrir una puerta y de ahí en adelante el camino es muy largo y doloroso. Para algunas personas es un riesgo enorme ponerse en contacto con las sustancias psicoactivas, así que siempre promuevo el cero consumo. Es posible vivir y estar bien sin sustancias psicoactivas. Probarlas por curiosidad o por presión social es como jugar a la ruleta rusa”, advierte. 

“Es por esto que legalizar las drogas es abrir una puerta a que más personas con los circuitos de recompensa alterados estén en riesgo de desarrollar la enfermedad. En términos de la salud, la ilegalidad protege. Hay gente que cree que no, pero la prohibición sí funciona. Yo lo veo en los jóvenes, pues muchos de ellos funcionan con normas y límites, y la ilegalidad les pone un freno, una barrera social. Entre menos los expongamos y más los protejamos, menos riesgo hay de que desarrollen la enfermedad de la dependencia”, enfatiza la doctora Obispo.

Información y prevención: claves para evitar la enfermedad por dependencia

Para prevenir el consumo de sustancias psicoactivas y así evitar desarrollar la dependencia a estas es importante:

-Estar muy bien informados y, a su vez, informar a los hijos sobre los distintos tipos de sustancias, los riesgos de probarlas y sus efectos para la salud.

-Hablar con los niños y jóvenes sobre este tema, enfatizando que la dependencia a las sustancias podría acabarles su proyecto de vida.

-Tener en cuenta que los seres humanos somos seres sociales y que todos buscamos lo mismo: que nos quieran, que nos respeten y tener un lugar en la sociedad. Y esto es, precisamente, lo primero que se pierde con la dependencia de las drogas. 

-Entender que estar sobrio no es sinónimo de ser aburrido y que el consumo de sustancias psicoactivas no necesariamente está relacionado con la forma en la que se visten las personas ni con la música que escuchan. 

-Saber que no hay sustancias psicoactivas mejores o peores. En términos de salud y dependencia, todas son iguales. Una persona es dependiente o no. No hay términos medios.

-Tener en cuenta que las dependencias psicológicas, como por ejemplo a las pantallas, a los juegos, a la pornografía o a la comida, también requieren de tratamiento médico, cuando afectan la funcionalidad y el proyecto de vida de las personas. 

-Desarrollar en los hijos la capacidad de decidir y de sentirse cómodos con sus decisiones; la capacidad de tolerancia a la frustración; y la capacidad de cumplir con las normas impuestas. 

Hacer respetar la jerarquía y establecer límites claros. Por medio de esto se forman niños seguros, que se sienten contenidos y apoyados y que debido no ceden ante la presión de grupo, por necesidad de pertenencia e identificación. 

Ante cualquier duda sobre las sustancias psicoactivas y el riesgo de desarrollar dependencia de por vida a estas, el camino confiable y seguro siempre es consultar con un especialista en salud mental. 

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