Las dudas que despierta la paz total

Las dudas que despierta la paz total

Crédito: Yamith Mariño Díaz

Ciertos sectores de la sociedad civil andan inquietos por la falta de claridad y la improvisación en una negociación tan delicada que involucra a por lo menos 22 grupos armados.

Por: Maria F. Fitzgerald

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El proyecto de la paz total del gobierno de Gustavo Petro continúa avanzando. Sin embargo, todavía arroja mucha incertidumbre respecto del que posiblemente sea el proceso de negociaciones de paz más ambicioso que ha llevado el país. 

A la fecha, de acuerdo con Indepaz, al menos 22 grupos armados han manifestado su voluntad de unirse al proyecto. Pero las preguntas sobre cómo será el proceso, a quiénes involucrará, y bajo qué condiciones continúan en el aire, sobre todo para ciertas organizaciones de la sociedad civil, como Human Right Watch y Conflict Responses. 

Para profundizar

¿En qué consiste la paz total? 

La paz total es la apuesta del gobierno Petro para conseguir desmovilizar a los diversos grupos armados que se han desplegado por todo el territorio nacional. A través de procesos de negociación, o de acogimiento a la justicia, busca llegar a cada uno de ellos, apuntando sobre todo a quienes tienen mayor incidencia en las distintas regiones. 

Algunos de los grupos que han asegurado tener voluntad se dividen en tres: las disidencias de las Farc, en las que está el frente Oliver Sinisterra, la columna móvil Dagoberto Ramos, la Segunda Marquetalia y la columna móvil Urías Rondón; las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), dentro de los que se encuentran Los Caparros, Los Espartanos, La Oficina y los Costeños; y la guerrilla del ELN, que tienen un proceso más avanzado en los diálogos de negociación. Sin embargo, esta misma guerrilla presentó un comunicado, hace dos semanas, en el que renegaban de estar siendo incluidos en el mismo proceso de paz que otras bandas criminales pues, son bandas que no tienen un fin político, ni una doctrina social clara. 

Juan Pappier, investigador para Colombia de Human Right Watch, está de acuerdo: "No se puede poner a todos los grupos en la misma bolsa. La respuesta de seguridad y la estrategia de negociación con grupos armados actores del conflicto o con grupos criminales es bien distinta. Parte del fracaso de seguridad del gobierno Duque fue tratar como actores del conflicto a grupos de crimen organizado. El riesgo que corremos es que la política del gobierno Petro sea la otra cara de la misma moneda. Es decir, que ya no en la política de seguridad, sino en la política de paz, termine dándole un tratamiento propio del conflicto armado a actores de crimen organizado".

Lo que parece improvisación 

Kyle Johnson, investigador de Conflict Responses, CORE, considera que las inquietudes de Pappier deben nutrirse con lo que parecen pasos en falso del gobierno. 

Según él, en este momento parece existir un tema de improvisación dentro de los planteamientos, y esto no termina de darles tranquilidad a quienes analizan el conflicto armado. “Es importante que, entre muchas otras cosas, se organicen y se preparen mejor antes de salir a seguir dando anuncios respecto de lo que es el corazón del mismo gobierno de Gustavo Petro. En muchos momentos, las vocerías parecen tremendamente improvisadas, no se sabe si corresponden a Cepeda, a Barreras o a Danilo Rueda. Por eso, al menos tener una vocería clara sería algo mínimo para traer mayor tranquilidad”. 

Para Johnson, la actitud del gobierno de Petro ha sido confusa a la hora de comunicar sus propósitos. Por lo mismo, no ha conseguido afianzar las estrategias que implementará alrededor de la paz total: “Posiblemente algo que traería mayor tranquilidad es entender cuáles serán los planes específicos y que logren explicar mejor qué significan los procesos de negociación, los procesos de sometimiento a la justicia y los procesos de reparación que debe aportar cada uno de los grupos, teniendo en cuenta sus historiales puntuales en el conflicto armado y en la paz de Colombia”, asegura. 

Finalmente, Pappier recuerda que la forma en que se debe dividir el proceso tiene que significar una definición clara de lo que implica cada una de las formas de discurso y funcionamiento de cada grupo, para que la comprensión de la paz total sea realmente completa: "Con los actores del conflicto, como el ELN o las Farc, se pueden negociar políticas públicas y justicia transicional. Con los grupos de crimen organizado, la opción es el sometimiento a la justicia con unas penas de prisión reducidas. Si uno no hace esta distinción de forma clara entre grupos, y abre esta puerta, puede generar el incentivo perverso de que grupos criminales aumenten su reclutamiento y se escondan detrás de unos supuestos discursos políticos solamente para buscar más beneficios en una negociación".

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