¿Qué tiene que ver el aumento del salario mínimo con la disminución de ventas de vivienda de interés social?
4 Noviembre 2022

¿Qué tiene que ver el aumento del salario mínimo con la disminución de ventas de vivienda de interés social?

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

La inflación, en la que ha incidido el aumento del salario mínimo, y los largos periodos de espera han hecho que las viviendas de interés social sean más costosas y que, por lo tanto, se vendan menos.

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Clara decidió cumplir su sueño de tener una vivienda propia y en 2021 se inscribió como futura compradora de un apartamento nuevo en un proyecto de viviendas de interés social (VIS) que aún no había empezado.

Cuando hizo el plan inicial de pagos con la constructora, le dijeron que su vivienda tendría un valor de 150 millones de pesos, pero casi un año después, cuando le pidieron firmar la promesa de compraventa y Clara ya tenía aprobado el crédito hipotecario, la constructora le dijo que su apartamento tendrá un valor de 172 millones de pesos. Como Clara no clasifica a ninguno de los subsidios que el Gobierno tiene estipulados para la compra de este tipo de vivienda, será ella quien tenga que asumir el mayor costo o el mayor monto del crédito.

Este año, los precios de las viviendas han subido y las ventas han empezado a bajar. Según el Dane, los precios de las viviendas han subido 4,84 por ciento entre enero y septiembre, un incremento de 1,72 puntos porcentuales frente al 3,12 por ciento del mismo periodo en 2021.

La inflación y otras consideraciones

Esto se debe a varios factores. El más importante es la inflación, que hace más costosos los materiales de construcción. Lo curioso es que la inflación también ha sido impulsada por la subida del salario mínimo, pues el mayor costo de trabajo para las empresas termina trasladado, al menos en parte, al consumidor final. En el caso de las viviendas, el precio sube porque los costos de producción, por el mayor salario de los trabajadores, también suben.

Recientemente, la ministra de Vivienda, Susana Correa, anunció que, a quienes tienen aprobado el subsidio de Mi Casa Ya –con el que se compran viviendas VIS– pero no han podido recibir la vivienda porque todavía no les entregan el subsidio para que los bancos desembolsen el dinero y la constructora les dé las llaves de su casa, se implementó una medida de contingencia que les permitirá acceder rápidamente a estos recursos y “no perder sus ahorros”. 

Esas mismas familias, dado que los subsidios se miden en salarios mínimos, recibirán un monto mayor respecto de 2021, lo que les permitirá cubrir los mayores costos de sus viviendas pues, si han transcurrido más de ocho meses entre la promesa de compraventa y la compra real, es muy posible que la constructora haya subido el precio de la vivienda. Pero quienes no tienen subsidio, deben sacar de su propio bolsillo para cubrir esos costos. 

Las demoras en la entrega: la pesadilla

Fuentes le explicaron a CAMBIO que uno de los mayores problemas del sector inmobiliario en este momento es que las demoras superiores a ocho meses en la entrega de los subsidios, y de las propias viviendas, obligan a las constructoras a aumentar el valor de las viviendas por el impacto inflacionario y porque, aunque no hayan entregado las viviendas, sí tienen que responder por sus obligaciones financieras. 

El problema de estos incrementos es que eso desincentiva a las familias, que prefieren no materializar la preventa de su casa. Según los datos de La Galería Inmobiliaria, en el tercer trimestre de este año las ventas de viviendas VIS disminuyeron en 24 por ciento con respecto al año anterior, es decir, se vendieron 3.536 unidades menos.

Para el próximo año, el incremento del salario mínimo sería aún mayor, pues se espera que la inflación termine el año en una cifra de doble dígito, cercana al 13 por ciento, según las expectativas del mercado, y lo que habría que sumarles los puntos porcentuales que acuerden los gremios y los sindicatos o el Gobierno.

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