El sacerdote que será ascendido a mayor general en la Policía tendrá mayor rango que la subdirectora

Hay una nueva incomodidad en la Policía Nacional por el ascenso al grado de mayor general del sacerdote de la institución, el brigadier Silverio Ernesto Suárez Hernández, un hombre de las entrañas del actual director nacional, general Henry Sanabria. A ambos los une su fervor religioso. Algunos de los uniformados sienten que es un nuevo capricho del general Sanabria, que ahora se encarga de imponerles a los policías su credo religioso.

El ascenso ya es un hecho. Aunque lo usual es que los ascensos se notifiquen en diciembre, ya se conoció el decreto 2011 del 13 de octubre de 2022, mediante el cual el Ministerio de Defensa confirma el ascenso del general Silverio Suárez al grado de mayor general. Sin embargo, el Senado de la República será el encargado de avalarlo.

El fondo de la polémica está en que el general brigadier Silverio Ernesto Suárez debió ser ascendido el año pasado a mayor general junto con los generales Eliécer Camacho Jiménez, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá; Norberto Mujica Jaime, director de Inteligencia Policial, y Ricardo Augusto Alarcón Campos, director de Antinarcóticos, entre otros. Sin embargo, el entonces director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, consideró que ni él ni los brigadieres generales Fredy Alberto Tibaduiza y Ramiro Alberto Riveros Arévalo debían ser mayores generales. Mientras  Tibaduiza y Riveros solicitaron su retiro (como corresponde), el sacerdote fue enviado por el general Vargas de comisión al Vaticano por un año, como una especie de premio a su entrega a la institución.

Aunque se suponía que cuando llegara de la comisión presentaría su solicitud de retiro a la institución, esta semana se conoció el decreto firmado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, que lo asciende a mayor general por solicitud del general Sanabria.

Así las cosas, el general Silverio Suárez sería el único mayor general que hay en la Policía, después del general Sanabria. Es decir, Suárez tendría más antigüedad que la subdirectora Yackeline Navarro, quien por antigüedad, ascendería a mayor general en dos años. Con ese panorama, el director de la Policía tendría dos opciones: nombrarlo como subdirector o dejar que continúe por fuera de la cúpula, enviándolo de comisión. Así, el padre Sanabria seguiría recibiendo regalos por su espiritualidad.