Estados Unidos y Petro, una relación sorpresivamente amistosa
22 Julio 2022

Estados Unidos y Petro, una relación sorpresivamente amistosa

El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro (D), habla durante una conferencia de prensa junto al asesor adjunto de seguridad nacional de Estados Unidos, Jonathan Finer (I), al final de una reunión oficial en Bogotá el 22 de julio de 2022.

Crédito: Yamith Mariño

La primera reunión entre el presidente electo y una delegación del gobierno de Joe Biden dejó claro que los temas que ocuparán la agenda bilateral serán el cambio climático, el desarrollo económico, la implementación de acuerdo de paz y la lucha contra el narcotráfico.

Por: Jesús Mesa

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Cambio climático, desarrollo económico, implementación de acuerdo de paz y lucha contra el narcotráfico fueron los grandes temas de conversación que trataron el presidente electo de Colombia Gustavo Petro y la delegación de alto nivel del gobierno de Estados Unidos. Una reunión calificada por ambas partes como “amistosa”, que confirmó las sensaciones que quedaron tras la llamada de felicitación del presidente Joe Biden a Petro el pasado 21 de junio.

"Es un encuentro positivo, porque demuestra el interés que hoy existe en el gobierno de los Estados Unidos sobre América Latina y sobre Colombia. Sobre todo, un interés que se construye alrededor del trabajo común, entre iguales. Tratando de construir las razones que nos permitan resolver más eficazmente las problemáticas que gravitan sobre nuestros dos países", afirmó el gobernante electo antes de darle la palabra a Jonathan Finer, secretario adjunto de Seguridad Nacional de Estados Unidos, quien lideró la comitiva estadounidense.

“El presidente Biden envió a nuestro equipo aquí para reconocer el hecho de que Estados Unidos y Colombia son dos naciones soberanas y compañeras igualitarias que tienen una relación muy profunda que se ha construido y desarrollado a través de las décadas. Nosotros, en la administración de Biden, estamos comprometidos a expandirla y fortalecerla a través del tiempo”, aseguró el líder de la delegación.

Finer, quien en el pasado trabajó en la Secretaría de Estado durante el gobierno de Barack Obama, estuvo acompañado por Phil Gordon, asesor de seguridad nacional de la vicepresidenta Kamala Harris; Brian Nichols, secretario adjunto para asuntos del hemisferio occidental; y Juan González, director para Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional y quien es de origen colombiano.

Por el lado colombiano, a Petro lo acompañaron Álvaro Leyva, ministro de Relaciones Exteriores designado, y Luis Gilberto Murillo, próximo embajador de Colombia en Washington. Junto al presidente electo asistieron Laura Sarabia, secretaria privada; Arlene Tickner y Fernando García, del equipo de empalme en Cancillería, y Marcela Ceballos, del empalme con Migración Colombia y el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República.

En una sesión con medios nacionales e internacionales, Finer entregó algunos de los detalles de la conversación con el presidente electo. Aunque el funcionario calificó de positivas las conversaciones con Petro, en una rueda de prensa posterior al encuentro dijo que siempre habrá áreas en las que estarán en desacuerdo, “como en cualquier relación de Estados Unidos”.

“Colombia es un país soberano y tomará sus propias decisiones. Esas decisiones tendrán implicaciones para las relaciones bilaterales, pero esta es una relación que es más grande y más amplia que sólo nuestra cooperación y colaboración en materia de antinarcóticos”, explicó Finer en referencia a una pregunta sobre la política de guerra contra las drogas, de la que el presidente electo Petro ha sido un fuerte crítico.

No hace poco, en la presentación del informe final de la Comisión de la Verdad, el padre Francisco de Roux llamó la atención sobre el papel que distintos gobiernos internacionales tuvieron –y siguen teniendo– en el desarrollo del conflicto armado en Colombia. El enfoque de la guerra contra las drogas, de acuerdo con De Roux, ha causado mucho daño en el país y Estados Unidos ha sido quizás su principal financiador.

Frente a este tema, en una rueda de prensa frente a medios, Jonathan Finer asegura que la cooperación en materia de seguridad seguirá “siendo una prioridad como lo ha sido durante décadas”. Eso sí, asegura que desde Washington están dispuestos a aceptar cualquier cambio que se haga dentro de las fuerza pública, como la reforma a la Policía que prometió Petro durante su campaña. 

“Entendemos perfectamente que va a haber cambios, y estamos dispuestos a trabajar con ellos, en nuestra asociación de seguridad que funciona para ambos países y una agenda que es común a nuestros intereses”, dijo.

La delegación estadounidense insistió, además, en que Washington apoya la propuesta de Petro de implementar en su totalidad el Acuerdo de Paz firmado en 2016 con las Farc, el cual fue fuertemente apoyado durante la administración de Barack Obama, cuando el actual presidente Biden era vicepresidente. De hecho, Finer adelantó que la persona que liderará la delegación del gobierno de Estados Unidos que asistirá a la posesión de Petro el 7 de agosto será Samantha Power, actual directora de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). 

“Creemos que ella también podrá participar algunas de las conversaciones que tuvimos hoy. Así que estamos comprometidos en trabajar con el nuevo gobierno sobre este asunto tan importante como es la implementación del Acuerdo”, dijo.

Uno de los temas que brilló por su ausencia fue el de la renegociación de los Tratados de Libre Comercio, una bandera importante para la izquierda colombiana desde que se firmó este acuerdo durante el Gobierno de Juan Manuel Santos. La última vez que se tocó el tema fue en una conversación que sostuvieron el equipo de Petro y miembros de la embajada de Estados Unidos en Colombia el pasado 13 de julio.

Otro de los temas que será central en la relación entre ambos países será el rol que Colombia asuma frente a la crisis política de Venezuela, que ha forzado a millones de venezolanos a emigrar de su país. Aunque se desconoce si el tema estuvo en la agenda de hoy, se sabe que en Washington hay inquietud sobre los acercamientos de Petro con el presidente venezolano Nicolás Maduro, con quien dijo planea restablecer las relaciones bilaterales. Esto, automáticamente, implicaría dejar de reconocer a Juan Guaidó como mandatario interino de Venezuela.

Sobre este tema, la delegación estadounidense fue clara y dijo que Estados Unidos se mantiene en su posición de reconocer a Guaidó como presidente interino de Venezuela, pero, a diferencia del gobierno de Donald Trump, abogan por una salida negociada. Una posición que dicen compartir con el gobierno entrante de Gustavo Petro.

"Creemos que eso también podría ser un área de terreno común con la administración entrante, ya sea que tomen un enfoque diferente al de sus predecesores, como han dicho que lo harán, para un reconocimiento y normalización con Maduro", dijo.

 

Amistosidad como buena señal

“La amistosidad de las conversaciones entre los gobiernos de Petro y Biden dan señales claras de que al menos, desde el comienzo ambos países planean tener una buena relación”, explica para CAMBIO Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario. 

“La prioridad debe ser ahora la de ampliar la agenda bilateral, desnarcotizarla, incluir los derechos humanos y fortalecer la implementación del acuerdo para que Colombia vuelva a ser un tema de éxito a nivel regional”, aseguró.

Joe Biden es quizás uno de los políticos estadounidenses que más conoce a Colombia. A comienzos del milenio, durante la presidencia de Andrés Pastrana en Colombia y de Bill Clinton en Estados Unidos, fue clave para cerrar el apoyo de los demócratas al Plan Colombia. Años después, como vicepresidente de Barack Obama, respaldó vigorosamente el proceso de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc. 

Ya como presidente, Biden ha abogado por la implementación del Acuerdo de Paz y ha respaldado iniciativas como la exclusión de las Farc, como grupo, de su temida lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por su sigla en inglés) y un nuevo acuerdo antinarcóticos, que incluye proteger a los líderes comunitarios que promuevan la aplicación de la ley. 

En un año en el que Estados Unidos y Colombia cumplen 200 años de relaciones bilaterales, la buena comunicación entre las administraciones Biden y Petro será clave para sus intereses. Comercio, implementación del acuerdo, transición energética y crisis migratoria son algunos de los varios puntos en común que tendrán que ponerse en orden después de cuatro años de improvisación, en los que hubo más desaciertos que aciertos.
 

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