¿Inteligencia militar contra la corrupción descuidará la seguridad?
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Varios cuestionamientos le han surgido a la propuesta de Gustavo Petro de utilizar la Inteligencia en el país para perseguir a los corruptos. ¿Qué tan viable es la iniciativa?
Por: Javier Patiño C.
En su discurso de posesión como presidente, Gustavo Petro anunció la intención de utilizar la Inteligencia del Estado para luchar contra la corrupción. “La orden es no perseguir a los integrantes de la oposición, ni la prensa libre, ni el poder judicial, ni el que piensa diferente”, apuntó.
Para profundizar
Petro hacía referencia a casos como los ocurridos con las llamadas “carpetas secretas”, en el que las capacidades y los equipos de Inteligencia fueron utilizados no para identificar los movimientos de los grupos al margen de la ley, sino para interceptar las comunicaciones de periodistas, integrantes del Gobierno y Organizaciones No Gubernamentales.
No obstante, las palabras del presidente causaron inquietud entre las fuerzas, pues luchar contra la corrupción podría hacer descuidar la seguridad. Al fin y al cabo, gracias a las labores de inteligencia fue posible identificar los movimientos de importantes cabecillas de la guerrilla como alias Iván Mordisco, Fabián y Uriel; lograr la captura de alias Otoniel y evitar varias acciones terroristas contra la fuerza pública y al mismo expresidente Iván Duque.
Más dudas que certezas
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Al general retirado Juan Carlos Buitrago le preocupa que el cambio de roles termine siendo contraproducente. “Existen antecedentes que han causado mucho daño a la democracia, cuando el Ejecutivo ha utilizado la Inteligencia en beneficio propio en transacciones jurídicas, políticas y económicas”.
En opinión del abogado Néstor Polania, esta nueva orden es una medida revanchista contra las agencias de Inteligencia.
En cualquier caso, los organismos de Inteligencia no han sido ajenos a las investigaciones de corrupción. En octubre de 2021, el país conoció de una operación con la Fiscalía que permitió detectar una red de funcionarios de la Gobernación de Arauca que tenían nexos con las disidencias de las Farc.
La corrupción: un tema abstracto
Los analistas consultados por CAMBIO están de acuerdo en que, si bien la lucha contra la corrupción es un tema al que nadie se opone, una cosa es decirlo y otra hacerlo. El analista político Juan Francisco Fernández piensa que el mensaje de luchar contra la corrupción no tiene en cuenta la naturaleza de las organizaciones que conforman la fuerza pública y otros organismos de seguridad. "El presidente debe entender que los roles no se improvisan".
Para el general retirado Juan Carlos Buitrago, atacar la corrupción en Colombia no ha pasado de ser un trampolín político que no ha tenido avances ni en el Legislativo ni en el Ejecutivo. "Todas esas secretarías de transparencia, esas oficinas de zares anticorrupción, esas comisiones de moralización, nunca han terminado en nada. Han sido apenas tramitadoras de anónimos que llegan a la Casa de Nariño".
Por su parte, Néstor Polanía señala que el Gobierno debe dejar claro cuáles serán las misiones que deben adelantar los organismos de Inteligencia y, con base en esas instrucciones, determinar cuál debe ser el esfuerzo de búsqueda.
El camino jurídico
La propuesta del presidente Petro encuentra, de entrada, un obstáculo jurídico. De acuerdo con Jairo Libreros, profesor de la Universidad Externado, la nueva misión de Inteligencia requiere de una nueva normatividad. “El Gobierno debe presentar un proyecto de ley al Congreso de la República, bien sea para fortalecer la antigua ley de inteligencia y contrainteligencia o para establecer los nuevos papeles de las agencias y del servicio de inteligencia en Colombia”.
Para el general Buitrago, se requiere cambiar de enfoque y dar origen a una nueva institucionalidad, autónoma, del más alto nivel, “una especie de zar anticorrupción que articule procesos preventivos e investigativos, dé apoyo a las autoridades judiciales y a los órganos de control, que disponga de todos los recursos y competencias necesarias, el apoyo del sector privado, la colaboración de la ciudadanía, con especialistas cuya honestidad esté comprobada, expertos en inteligencia artificial, inteligencia financiera, análisis de riesgo, contratación pública y privada e investigación criminal”.
Infiltrados contra la corrupción
En opinión de Jairo Libreros, luego de los cambios normativos, “la inteligencia de la Policía podría tener un trabajo muy fuerte en el tema de corrupción y adelantar actividades para obtener información, penetrar organizaciones enquistadas en el Estado y realizar operaciones de infiltración con agentes encubiertos. Ahí se puede establecer un trabajo muy importante”.
Néstor Polania, por su parte, señala que hay dependencias dentro de las Fuerzas Militares y la Dirección Nacional de Inteligencia que, además de garantizar las actividades propias de seguridad, podrían apoyar las labores contra la corrupción. "Lo importante es que esta lucha no puede ser el objetivo central de las agencias en el país".
Para los expertos, la propuesta debe pasar por varios pasos, antes de volverse realidad. Y lo más importante: el presidente no puede olvidar que el país todavía vive la presión de las organizaciones ilegales, con su propia inteligencia que todavía puede hacer mucho daño, un riesgo que solo las inteligencias militar y policial pueden contrarrestar.