Problemas mentales: la excusa de un teniente para librarse de la investigación por lo ocurrido en Tierralta

Las investigaciones de la Inspección del Ejército, la Fiscalía y la Procuraduría por lo ocurrido el pasado lunes 11 de septiembre en zona rural Tierralta, Córdoba, han incluido el interrogatorio de los 24 uniformados que hacen parte del grupo involucrado en las amenazas a los pobladores.

En las primeras versiones entregadas en el batallón Junín, sede la Brigada 11, en Montería, Córdoba, los militares aseguran que estaban realizando una operación contra el frente Javier Yepes Cantero, del clan del Golfo, y que el teniente al mando de la unidad (cuyo nombre aún está bajo reserva, como el de los demás implicados) le había ordenado a un grupo de uniformados disfrazarse para presentarse como integrantes del frente quinto de las disidencias de las Farc.

Los encargados de la misión fueron un sargento viceprimero, un cabo y otros ocho soldados, quienes llegaron al mediodía a la vereda y amenazaron con sus armas a hombres, mujeres y niños durante tres horas.

Ante las acusaciones, el teniente que supuestamente ordenó el operativo declaró que no se encuentra bien mentalmente y que no se acuerda de la orden que dio a sus subordinados, por lo que pide se le realice un examen siquiátrico.

Si la incapacidad mental resulta cierta, la inspección del Ejército no podría recomendar el llamado a calificar servicios del teniente, ya que su salida de la carrera militar dependería de una junta médica por parte del batallón de sanidad.

Según un oficial consultado por CAMBIO, la estrategia utilizada por el teniente busca dilatar la investigación y evitar salir del Ejército mientras no se compruebe que la orden fue dada de forma consciente.

Por su parte, la Fiscalía y la Procuraduría ya terminaron de recoger las denuncias de la agresión y esperan en las próximas semanas entregar un informe sobre lo ocurrido en la vereda Bocas del Manso.